Muchos dicen con toda razón lo impactante que debe haber sido ésta películas para 1968, quizás porque si bien había habido otras obras perturbadoras, el terror físico en éstas llegaba al final para causar impacto, privilegiando el psicológico, cosa que me parece muy bien y dio obras maestras, pero ésta impacta porque desde el comienzo vemos a una chica corriendo por su vida frente a personas que buscan atacarla sin razón alguna, todo el delirio pesadillezco, y que eso sea una realidad, que no este loca, o que sea un sueño. También es increíblemente moderna al poner como héroe a un negro en plena época donde en el sur seguían asesinando a líderes negros, aquí lo ponen como todo la voz de la coherencia, quien se erige como líder, el más fuerte tanto física como mentalmente.
Destacar también que si bien sus efectos y la pinta de los muertos vivientes se ven risible hoy en día, el blanco y negro y la falta de presupuesto también le agrega un valor, hacen que la historia se sienta como algo que podría suceder, y se asienta en lo que tiene, gente encerrada en una casa alejada, siendo atacados por muertos vivientes que por alguna absurda razón necesitan alimentarse de carne humana.
El ritmo es irregular, tiene escenas larguísimas de diálogos o casi monólogos, también toda la parte de los informes televisivos, si bien son imprescindible para entender qué está pasando, hacen que la acción se ralentice, pero igual cerca del final logran escenas realmente perturbadoras, algunas incluso sensacionalistas que son una oda a la creatividad, se nota que Romero y John A. Russo, estaban ansiosos por meter todas las truculencias provocativas que se les ocurrieran, y lo mejor es que la mayoría de ellas son acertadas.