No hay duda de que A. Parker crea, a partir de una novela, una película que mezcla muchos estilos para conseguir uno propio, no hay película similar, con trama detectivesca; religiones y otras creencias; asesinatos y alucinaciones; cine negro con escenarios sombríos y una serie de personajes bien perfilados formando un conjunto que estrecha el lazo y ahoga, puede que el guión no sea la maravilla, pero la intriga va paso a paso, se cierra bien y sobre todo, deja buen sabor de boca, de esos de libre elección...

Puede que la investigación parezca previsible en ocasiones, en otras incluso escapando a la lógica, pero se mantiene por ese galán de los antes, los tipos duros y malos que hacen latir el corazón de las mujeres, la película emana sensualidad en paralelo a la sangre de los rituales, todo un repaso a las diferentes culturas de cada Dios, a los pasatiempos paranormales de algunos humanos y a las deudas con el diablo, muchas personas han vendido su alma a Lucifer, y muchos la venderíamos a poco que nos proponga.

¿Por cierto, quién era el cadaver del principio?