Dura cinta, áspera, amarga, tristísima, que en cuanto a calidad cinematográfica intrínseca, esto es, teniendo en cuenta por separado sus distintos mimbres técnicos, como fotografía, interpretación, banda sonora, se puede decir que es de calidad, pero que en conjunto, como resultado final no puede ser más deprimente y desoladora.
La verdad, una vez vista uno/a se pregunta para qué carajos se ruedan films así, no en vano, aparte de no ser la alegría de la huerta, te dejan un poco hecho polvo, y no sabes si hay mensaje o qué tras todo ello.
Y es que sólo aparecen las cosas malas de la vida, como el maltrato infantil, el alcoholismo, la violencia cruel y desgarradora, el asesinato a sangre fría por dos pavos y una botella de mal vino, el maltrato animal...Bueno, también hay cosas positivas, como la amistad, en este caso entre un ex-convicto con su particular código del honor, y un muchacho que trata de escapar del horror cotidiano que le ha sido impuesto de nacimiento.
Lo mejor es la ¿recuperación? de Nicolas Cage, en un papel que borda y vuelve a recordarnos el estupendo actor que fue durante muchos años y que luego, seguro que por tener que pagar a ex-mujeres y hobbies muy caros, ha tirado por los mediocres filmes de acción que se ven y olvidan de la misma.
En definitiva, que no digo que sea mala película, ni mucho menos, pero no le encuentro, salvo en los apartados técnicos y de interpretación nada positivo.

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