Buen debut como realizador y guionista de Joel Edgerton, que aquí se reserva el papel de co-protagonista.
Tiene como su mejor aval los giros que tiene el film, yendo de un género a otro, siempre el de intriga como bandera y principal, pero tomando caminos distintos a medida que el espectador va sabiendo más y más detalles de la historia. Y es que vamos de la mano del personaje de Rebecca Hall (como siempre excelente como actriz). Según va sabiendo ella datos, nos enteramos nosotros y la perspectiva de la historia cambia por ello.
Está bien realizada, muy bien interpretada y funciona siempre, no mermando el interés en ningún momento.
El final es abierto a posibles lecturas y deja en el espectador, a pesar de su ambigüedad, un buen sabor.
No es un film extraordinario, ni siquiera tiene momentos espectaculares, pero el ritmo es constante y denota un buen gusto en la puesta en escena y, sobre todo, es honesto con el espectador, no dándole gato por liebre.
Merece la pena.

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