El regreso del australiano Mel Gibson como protagonista casi absoluto de una película después de siete años dedicado a la dirección no se puede decir que me haya resultado decepcionante, todo lo contrario. Gibson cambia radicalmente de género con respecto al que sería su último papel hasta la fecha, la película de M. Night Shyamalan "Señales", y se dedica a intentar averiguar por qué su única hija de 24 años ha sido brutalmente asesinada a las puertas de su casa. Gibson está haciéndose mayor, éso es cierto, pero como muy bien afirma otro usuario, no necesita ni pelucas ni operaciones quirúrgicas para seguir en activo y ése quizás sea uno de sus encantos. Sigue estando en forma para rodar películas de acción y se mete de lleno en le papel de padre vengador. La película está realmente entretenida y Martin Campbell, director también de la serie ochentera que la precede, sabe realizar un trabajo de acción con toques melodramáticos muy bien entremezclados. Junto a Gibson podemos disfrutar de la actuación del británico Ray Winstone, quién aceptaría el papel tras abandonar el proyecto Robert De Niro a los pocos días de comenzar el rodaje. Winstone está fantástico como mercenario a sueldo y recomiendo disfrutarlo en versión original porque la voz del actor se lo merece. El tercero en discordia es el cada vez más prolífico Danny Huston, actor más que interesante que se está especializando en papeles de villano, tal como lo demostró en "El jardinero fiel" o "30 días de oscuridad". Coincido plenamente con todos aquellos que alaban lo bien rodadas que están muchas de sus secuencias de acción y destacaría también como una de las más impactantes la del asesinato de la hija de Gibson al comienzo de la película.