Antes, ir al cine a ver una Dudley Moore era ir a pasarlo bien porque sabías que te ibas a reír, a vista de hoy parece que su éxito fue efímero y consta como desaparecido en combate. Dudley Moore hay que rescatarlo, es obligado para el sano funcionamiento del quehacer diario. Chavy Chase también estuvo encasillado en la comedia aunque creo que el cenit de su carrera estuvo con Carpenter, no obstante se hizo fuerte en aquellas películas familiares de vacaciones infernales o navidades agónicas. Y Goldie Hawn por lo que fuera pues también se encasilló a base de bien con papeles de joven inocentona que la ocurre de todo y no sabe cómo.

Juego peligroso es un film a mayor gloria de ella y es de un valor meritorio, es el clásico thriller cómico en el que el tema central tiene que tener una base lógica y creíble hasta el desenlace, aunque el desarrollo debe ser desenfadado, atropellado en fases y en plan comedia absoluta, desechando completamente lo obsceno. La otra condición indispensable es el romance casual que debe surgir y llegar a buen puerto. También se suelen evitar los muertos, y si los hay no deben desagradar, siendo los tiroteos y las carreras de coches con estropicio de mobiliario urbano indispensables para el espectáculo.

Y bueno, sólo por ver a Dudley Moore merece la pena, con gabardina, con toalla y finalmente con las gafas de sol. Es imposible que esta película desagrade, siempre que uno esté dispuesto a viajar a años luz de distancia del cine intelectual, ese de pacotilla y para cinéfilos de postín.