Por favor, fuera perjuicios y comparaciones, la película es buena, entretenida, simpática y enrollada, con unos escenarios bellísimos de los mares de Tailandia y un aire aventurero como debe ser, con actores muy a propósito como Roger Moore, el último de los bucaneros, que aporta su simpatía innata, su alegría y su buen hacer por lo menos para los que siempre le hemos estimado. Hay paisajes bonitos, un buen desarrollo de la historia y los demás personajes quedan estupendamente para este estilo de guion que no es macarrilla ni cruento ni sangriento. Van Damme lo ha hecho estupendamente como director, ha sabido hacer los combates perfectamente amenos, con típicas peculiaridades de los participantes que no van más allá de nada, y además, los combates son cortos y mantienen la esencia del campeonato hasta el último, y la periodista da el toque de leyenda necesario para el final de una aventura. Muy bien Van Damme.