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Voto de Vivoleyendo:
9
Comedia. Drama. Romance Antonine (Jean Rochefort) ha crecido con una secreta pasión: casarse con una peluquera. Ya en la madurez su deseo se hace realidad: se une en matrimonio a una bellísima peluquera (Anna Galiena). La pareja comparte una felicidad perfecta, y su vida es un idilio permanente tan sólo comparable a un sueño. (FILMAFFINITY)
9 de noviembre de 2008
67 de 89 usuarios han encontrado esta crítica útil
A veces llega alguien a quien no conocías, alguien de quien no habías oído hablar en tu vida, y de golpe y porrazo entra de lleno en tu vida con una fuerza inusitada. Sin el menor esfuerzo, sin buscar, encuentra la llave de tu corazón en ese rincón donde la guardas celosamente, y de inmediato atina a tientas con la cerradura en medio de la oscuridad de tu interior, y abre esa puertecita detrás de la cual late todo lo que eres tú. Le has dejado entrar porque ha sabido hallar el lugar justo por donde colarse, y porque te está legando un regalo que parece hecho a la medida exacta de tus sentimientos. Como si, viéndote aparecer en el horizonte, te reconociera porque eres esa persona a la que estaba aguardando, y ya te tuviera preparado el regalo que sabe que más te va a emocionar.
Patrice Leconte tal vez había adivinado ya que su pequeño drama romántico estaba hecho a mi medida, y, con sonrisa picarona, lo escondió enterrado bajo un árbol, dejando un mapa con instrucciones como en el juego de la búsqueda del tesoro, y ya sólo tenía que esperar pacientemente a que yo lo encontrara.
Me imagino su sonrisa, de esas que se muestran con chispitas en los ojos.
¿Qué es lo que he encontrado oculto bajo el árbol de los tesoros? Pues una historia intimista sobre la pura esencia de las sensaciones y del deseo. Sobre las fijaciones que se forjan durante la infancia y que planean sobre nosotros durante el resto de la vida. Sobre la terrible soledad y el miedo a los finales, a la pérdida. Sobre la alabanza más infinita al amor, a esa extraña y mágica química entre los espíritus y los cuerpos y que tantas veces se resiste a aparecer en las vidas de mucha gente, que trastabillan en busca de un puerto que tiene la forma de unos brazos, de un pecho cálido y de un regazo solícito.
Un hombre que, en la niñez, descubrió, de la forma más diáfana, lo único que realmente deseaba para ser feliz.
No deseaba dinero, ni éxito laboral ni social. Sólo quería casarse con una peluquera.
Él, siendo un tierno infante, adoraba ya esa dulce sensualidad que suavemente derraman esas mujeres de manos delicadas que acarician las cabezas masculinas. Que huelen a lociones, a champú, a crema de afeitar, a femineidad absoluta, mientras se inclinan primorosamente sobre el cliente y lo rozan con su cuerpo al lavarle el cabello, al cortárselo, al afeitarle la barba.
Antoine, desde la primera vez que posó sus ojos de niño asombrado sobre la guapa peluquera alsaciana de su barrio, supo que no necesitaba nada más que pasarse los días contemplando tanta belleza y rabiando por acariciarla un día y otro, y otro. Eternamente. Y que no descansaría hasta poseer la belleza de una peluquera.
Leconte ha creado una comedia dramática o un drama con trazos de comedia hecho para mí.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Vivoleyendo
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