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Voto de Vivoleyendo:
6
Drama. Romance Michel es un carterista que no roba por necesidad como tampoco lo hace por vicio; no es cleptómano, roba para darse a sí mismo un valor, porque el robo es el medio de expresar sus sentimientos. (FILMAFFINITY)
22 de mayo de 2010
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Bresson casi virtuoso de “Las damas del bosque de Bolonia”, “Diario de un cura rural”, “Un condenado a muerte se ha escapado”o “Una mujer dulce” decae algo en mi interés con su “Pickpocket”. Continúa el estilo sobrio, las actuaciones hieráticas y un manto de melancolía perenne que impregna cada fotograma. Pero hay demasiada frialdad para mí. Algún componente que sí tenían las otras películas citadas, se ha perdido en “Pickpocket”. Puede que el drama, el verdadero drama, se concentre en las miradas, en los silencios, en los gestos contenidos. Puede. Pero yo apenas capto un resquicio débil.
No me transmiten demasiado esos actores que a veces parecen estar pronunciando sus frases por pura inercia, como si declamaran sin entusiasmo en un teatrillo de tres al cuarto, sin que sus reacciones se correspondan gran cosa con sus palabras. No me han surtido efecto otros factores, o sencillamente dichos factores no están presentes, los cuales suelen hacerme perdonar ciertas carencias, o lo que para mí son carencias. La teatralidad y artificialidad se me hacen excesivas, más de lo que suelo tolerar. No hay suficiente presencia de la garra atrayente que derriba mis defensas. La había en otros dramas bressonianos, en dosis sutiles pero efectivas. Aquí encuentro un leve rastro.
Lo más interesante es ese despliegue de planos próximos acerca de las habilidades de los carteristas en plena acción, que me recuerdan que debo triplicar mi vigilancia sobre mis bolsillos, mi bolso y mi cartera cada vez que esté en medio de aglomeraciones. Tampoco son desdeñables la tristeza y la desorientación existencial que acompañan a Michel en su vida de rata solitaria. Y las obvias referencias a Dostoievski y ciertos pasajes de “Crimen y castigo”. Mejor dicho, gran parte del metraje de la película está plagado de guiños a una de las obras cumbre de la literatura. Quizás el punto álgido sea ese dilema de la licitud del acto delictivo, de la búsqueda de justificación por parte del delincuente que sabe que obra mal pero que aún así lo hace.
Sus influencias ha recibido y ha aportado este drama de uno de los grandes directores del país galo, y se nota tanto por las fuentes literarias de las que bebió, como por sus huellas en la cinematografía posterior. Lo cual tiene sus méritos.
Vivoleyendo
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