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Voto de Vivoleyendo:
2
Drama. Romance Ambientación del mito griego en el carnaval de Río de Janeiro. La bella Eurídice visita la ciudad brasileña en vísperas de su famoso carnaval, invitada por una prima que vive en los arrabales. Hasta allí llega en un tranvía cuyo conductor, un guitarrista llamado Orfeo, queda prendado de sus encantos. Sin embargo su relación se verá empañada por las sospechas de su celosa novia. (FILMAFFINITY)
5 de agosto de 2009
20 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sí, se supone que es una adaptación del mito griego de Orfeo y Eurídice trasladado al carnaval de Río de Janeiro en el siglo veinte.
Se me ha convertido en un plomazo de grandes proporciones. Y lo siento de veras por un usuario al que le gusta mucho, ojalá hubiera podido decirle que coincidí con él. Pero no.
Ver a un montón de gente tocando y bailando samba sin cesar, pues puede que sea una explosión de colorido y de exotismo, pero cuando me están aporreando sin piedad los oídos y la vista, y además el guión me parece muy tonto, y los personajes totalmente insulsos, y ahí no veo pies ni cabeza ni gran cosa a la que agarrarme, entonces la película me irrita más de lo que me agrada. La samba no me disgusta, pero el retumbar de los tambores y de los instrumentos alargando las mismas melodías durante una hora y cuarenta y dos minutos de metraje, consigue que aprendas a apreciar más el silencio una vez que has terminado la pequeña tortura.
En cuanto a los protagonistas, no encuentro mucho con lo que experimentar empatía. Superficiales, mal esbozados, casi como caricaturas apresuradas dibujadas por alguien inexperto. Alguno de ellos, francamente ridículo. Y para rematar, la "muerte", un tío disfrazado de esqueleto que da menos miedo que la subida de los precios.
Vale, es el imponente carnaval de Río. Ya he visto imágenes por la tele. Mucha gente disfrazada a ritmo de samba, olvidando las penas del resto del año en un día de ilusión efímera. Juerga y desmadre. Disimulando el dolor y la tristeza, soñando imposibles. Y el mundo sigue girando.
La canción más bonita de la película dice: "La tristeza no tiene fin, la felicidad sí..." Ese día de carnaval en el que la gente se lanza a engullir su breve trocito de felicidad, para muchos quizás es casi el único día de auténtica alegría. En el antiguo mito de Orfeo y Eurídice, los amantes apenas disfrutaban de un corto período de plenitud, antes de que todo se fuera a pique...
Una hermosa idea que sin embargo, en esta versión cinematográfica de Marcel Camus, se me queda en una simplona exhibición folclórica digna de aparecer en una guía turística audiovisual titulada algo así como "Venga a conocer las delicias del Brasil".
Vivoleyendo
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