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Voto de Vivoleyendo:
9
Drama. Intriga Narra paralelamente la historia de tres personajes que han tenido algún tipo de contacto con la muerte: una periodista francesa (Cécile de France), que estuvo a punto de morir durante el tsunami que asoló el Sudeste asiático en las Navidades de 2004; un niño inglés (George McLaren) que pierde a su hermano gemelo en un terrible accidente y que busca respuestas, y un norteamericano (Matt Damon) que tiene el don de comunicarse con los muertos. (FILMAFFINITY) [+]
4 de junio de 2011
16 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Clint me ha hecho el obsequio de un torrente de emoción.
Una melancolía familiar, con la que es fácil empatizar, porque contiene en su plenitud los rasgos de la ausencia, del vacío tan aplastante que deja la marcha de quien más se quiere, también pinceladas sobre esas diminutas islas que somos en el cosmos, como átomos de hidrógeno flotando en un espacio tan vasto que muchos ven pasar los eones sin juntarse con otras partículas, o estableciendo contactos fugaces que desprenden energía, se separan de nuevo o se aniquilan, y regresan al silencio negro y aterciopelado de la nada. Tal vez esa sea la nada a la que tanto tememos, como ese vacío absoluto de las zonas del universo en las que no hay materia, ni luz, ni arriba, ni abajo, ni antes, ni después.
Quizás eso es lo que nos espera. O quizás no.
Se nos esbozan el miedo a la muerte y a enfrentar lo desconocido, y las puertas que algunos, no muchos, han traspasado para volver atrás. Hay gente que afirma haber estado en un brillante túnel en el que finalmente no se quedaron porque algo hizo que se aferraran a la vida cuando ya todo parecía acabado.
Grandes misterios de los que sólo podemos conjeturar, pero que Clint moldea con el punto adecuado de sugerencia y de comprensión hacia los que quieren creer, hacia los que tienen la certeza de que sus seres ausentes más amados les están esperando allí, en una dimensión desvinculada de lo terrenal, incorpórea, sin tiempo ni espacio, pero repleta de luz y de paz. Muchos afirman que son pobres locos persiguiendo fantasmas, pero quién sabe quiénes son los locos aquí.
La quebradiza línea entre estas dos dimensiones con las que convivimos, la de estar vivo y la de morir, puede llegar a obsesionar, a paralizar, a detenernos en una negación de la vida. Eso le pasa a George, que se esconde de los vivos porque no puede seguir tolerando que le pasen la carga de sus fallecidos con los que quieren comunicarse a través de él. Eso le pasa a Marcus, que se niega a avanzar mientras no hable una vez más con su hermano gemelo Jason, al que un accidente arrancó de su lado.
Y en medio, Marie, que ha estado a punto de ir por el corredor del que rara vez se retorna, con la salvedad de que ella retornó y ahora siente el imperativo de publicar su experiencia, y así tal vez abrir un poco más las mentes cerradas e inculcar la duda y la esperanza.
Un lírico y triste viaje por los lazos entre vida y muerte, entre final y principio, entre el descenso hacia el pozo de la soledad y el ascenso hacia la voluntad de seguir luchando.
Y renacer.
Vivoleyendo
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