Probablemente la tercera entrega sea la más irregular de la popular saga que tantos dividendos ha dado en taquilla. Como era de esperar tras el final de la segunda, nos encontramos abocados a una resolución de las muchas tramas abiertas. Aquí notamos que "En el fin del mundo" es la más ambiciosa de las tres, pero también la que más flecos presenta.

En primer lugar decir que se nota a efectos negativos que la segunda y tercera entrega se rodasen conjuntamente. Da la sensación de que iban en el mismo paquete, lo cual explica que algunas de las evoluciones de los personajes no queden claras, así como ciertos huecos que no se resuelven. Como fuere, la solvente actuación de un Geoffrey Rush inspiradísimo, permite que la primera media hora pase con fluidez, incluyendo un arriesgado pero eficaz inicio que te deja sentado en la butaca.

Lo sorprendente es la reaparición del carismático Jack Sparrow. En las dos anteriores entregas el surgimiento de este personaje es brutal, un clinic de cine de aventuras. Aquí, se trata de un momento farragoso y de autocomplaiencia, convirtiendo una de las grandes virtudes de un gran actor como Depp, versátil a más no poder, en un aspecto negativo. Nos encontramos ante el Sparrow más enloquecido, por supuesto tiene momentos brillantes, pero es su aportación más floja a la entrega y en ocasiones hasta rompe el ritmo.

En cuanto a pases adelante, hay que destacar a Keira Knightley, quien curiosamente intenta dar lo mejor de sí en esta parte donde ya anunció que no seguiría en la franquicia. Orlando Bloom y ella no están mal, a un nivel correcto, pero algunos momentos como la ceremonia ofrecida por Barbosa (el mejor en esta tercera parte) rayan lo ridículo hasta extremos insospechados.

La genial banda sonora vuelve a darles puntos extra a los tripulantes de la Perla Negra, incluyendo un cameo histórico del legendario guitarrista Keith Richards, que además no está nada mal. No obstante, sorprende tanto talento desperdiciado, especialmente Chow Yun-Fat y Jack Davenport, dos magníficos intérpretes que vienen simplemente a pasearse con los pocos bocaditos que les deja un guión leonino que parece exclusivo para el lucimiento de los dos enamorados y Depp. Solamente Rush se salva, como ya decimos.

El final es más que correcto, aunque muchos puntos quedan oscurecidos. Abandonas la sala con la sensación de que se ha visto algo rodado con premura y prisa.