Interesante secuela del popular cazador de vampiros de Marvel, Blade, creado para el cómic "La tumba de Drácula" en un momento de inspiración por Marv Wolfman y Gene Colan. Guillermo del Toro desembarca en la franquicia con fuerza. Sigue siendo un producto bastante prefabricado, aunque muy bien hecho y con una dosis de acción fuerte lo suficientemente digna para mantener enganchada a la audiencia.

Wesley Snipes, verdadera estrella del género en aquel momento, sigue dando presencia "al que vio el Sol", además de tener la ventaja de que su Blade tiene poquitos diálogos, siendo más bien de ensartar y luego preguntar. Del Toro además lanza el anzuelo atractivo (muy de los cómics de terror de los 70) de que los no-muertos deban recurrir a su Némesis para hacer frente a una amenaza todavía más devastadora.

Es muy de agradecer que renueve Kris Kristofferson, quien encaja muy bien como el mentor del protagonista, además de plantearse la tensión latente por su largo cautiverio con las criaturas. Un joven Norman Reedus que saltaría a la fama con "The Walking" Dead también se une al elenco.

El director se permite el lujo de incluir a uno de sus buenos amigos en el casting, nada menos que un Santiago Segura divertido como un vampiro degenerado que cruzará varias veces los caminos con el bueno de Blade. Sin ser un alarde de originalidad, es una secuela bien construida y que da a los fans lo que desean.

Lástima que del Toro no repitiese en la tercera.