Todo el envoltorio atrae. La premisa advertía de un juego de gato y ratón, un thriller de esos que añoramos en las carteleras. La presencia hipnótica de Eva Green y su complicidad en pantalla con Emmanuelle Seigner invitaban al optimismo de presenciar una obra al estilo "La mano que mece la cuna" pero con la literatura obsesiva de telón de fondo.

Transcurre la trama y, si bien Polanski tiene oficio y buenas maneras, nada termina enganchando. Estamos a la espera de ese giro o escena que nos abra la caja de Pandora. El guion se va tornando incomprensible. No hay pulso ni los personajes quedan definidos de una forma que podamos quererlos y odiarlos.

La frialdad preside todo el entramado de "Basado en hechos reales". Pensemos en una joya como "El ciudadano ilustre" para ver que con tramas similares se pueden crear reales maravillas. Desgraciadamente, pese al reparto que le acompaña, vamos a estar ante una pieza muy menor dentro de la filmografía del polémico cineasta.

Se llega al último capítulo de este libro con cierto hastío.