Radford realiza una cinta excelente de suspense, en la que te preguntas todo el rato que ha podido pasar y que puede pasar a cada minuto. Moore vuelve a encarnar a una mujer que intenta hacerse un hueco en el mundo de los hombres como directora del mayor comercio de diamantes. Caine hace un plan para robar en un principio una pequeña cantidad de sus cámaras acorazadas, sin embargo las sorpresas del film están aseguradas. El director imprime un toque clásico a la película que la hace seria y atractiva, con una música e interpretaciones sobre todo de Caine magistrales. Posiblemente uno de los mejores papeles en la irregular carrera de Demi Moore.