Haz click aquí para copiar la URL
España España · Somewhere Far Beyond
Voto de Richy:
8
Ciencia ficción. Drama. Aventuras Al ver que la vida en la Tierra está llegando a su fin, un grupo de exploradores dirigidos por el piloto Cooper (McConaughey) y la científica Amelia (Hathaway) emprende una misión que puede ser la más importante de la historia de la humanidad: viajar más allá de nuestra galaxia para descubrir algún planeta en otra que pueda garantizar el futuro de la raza humana. (FILMAFFINITY)
17 de noviembre de 2014
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay veces en las que ser tan fan de la ciencia-ficción en cualquier formato, y a la misma vez haber visto tantas y tantas películas del género, hace que te traicionen las expectativas. Esto es lo que me pasó con “Interstellar”, esperadísima película de este director visionario que siempre busca la sorpresa y lo original en cada una de sus obras, ese Nolan prestidigitador que siempre tiene algún truco sorprendente que ofrecer. Pues bien, si “Interstellar” no deja de ser original y compleja, su hilo argumental va a resultar decepcionantemente predecible a los más acérrimos seguidores del género.

El filme está conformado por dos relatos paralelos que se entrecruzan y se sostienen el uno con el otro. Por un lado, un melodrama familiar al uso, de sesión de tarde, en el que se muestran las relaciones entre un padre, los hijos y el abuelo en un marco apocalíptico, viviendo en medio de una plantación, en un planeta Tierra que vive sus últimos momentos. Por otro lado, una aventura espacial compleja y extraordinariamente escenificada, en la que ese padre emprende una misión, encomendada por la vieja NASA, para buscar el próximo planeta donde la Humanidad residirá.

Matthew McConaughey es el encargado de liderar la misión exploratoria de la Endurance hacia esos planetas candidatos, situados en otra galaxia, a la que se accede por un agujero de gusano que se encuentra en las cercanías de Saturno. En el otro lado, un inmenso y masivo agujero negro, “Gargantúa”, domina todo el panorama con su inmensa atracción gravitatoria. Esta fuerza es la principal protagonista de todo lo que sucede, la que hace ralentizar el tiempo en las cercanías del agujero negro, la que se forma artificialmente en la Endurance a base de la fuerza centrífuga, la que provoca las olas gigantescas… en términos de rigor científico, el filme de Nolan es bastante conciso y explicativo, un buen ejemplo de la ciencia-ficción llamada “hard”, todo lo contrario a los atentados a la ciencia que veíamos en "Gravity" (2013). Los efectos de la teoría de la relatividad einsteniana se evidencian, se exponen y se padecen hasta el mismo límite de la ciencia. Hasta aquí, se ve la mano del astrofísico Kip Thorne, supervisor del guion. Más allá de la frontera, del horizonte de sucesos, la especulación es libre, y Nolan se aprovecha de ello para dar rienda suelta a su imaginación de la forma más rocambolesca (algo que no me desagrada, en ciencia-ficción todo es posible si se sostiene al menos teóricamente) y con una ñoñería propia del más edulcorado Spielberg.

El relato espacio-temporal que crea Nolan une la enorme inconmensurabilidad del drama cósmico con los sentimientos humanos, pecando de un antropocentrismo rayano en lo pedante. Su mensaje es bien claro: el cosmos es lo que es, y el ser humano puede usarlo en su beneficio sin importar las limitaciones físicas, espaciales o temporales. Todo es utilizable, y el mismo cosmos es el que puede salvar a la Humanidad mediante un instrumento clave: el amor de un padre hacia sus hijos.

El potencial de “Interstellar” es tan grande como las expectativas que crea. El aspecto técnico y el formato del filme son, como siempre en Nolan, impecables, con un Hans Zimmer haciendo su inevitable sucesión de clímax musicales, pero la cinta se queda corta en el planteamiento matriz y, sobre todo, en su resolución final. La idea es original en cuanto a concepción y desarrollo, adornado al máximo con unas bellísimas imágenes que pueden recordar, aunque ni mucho menos igualar, al “2001: Una odisea del espacio” (1968) de Kubrick, pero al contrario que éste, a Nolan le gusta explicar lo que ya se explica con las imágenes, pues no olvidemos que no deja de ser cine comercial. Filosófico, complejo, ambicioso, pero destinado a hacer la mejor taquilla posible.

En cuanto al elenco, cabe destacar un cada vez más sorprendente Matthew McConaughey, al que su participación en la serie “True Detective” (2014) parece haberle dado una técnica interpretativa sobresaliente. Su actuación en “Interstellar” resulta más que correcta, ofreciéndonos algunos momentos de realismo conmovedor, en los que es difícil olvidarse que en realidad está actuando.

Es indudable que Nolan se metió con “Origen” (2010) en el olimpo de la ciencia-ficción del nuevo siglo, y con “Interstellar” casi lo vuelve a hacer. El primer visionado de esta obra magna y compleja deja abiertas las puertas de la mente y la necesidad imperiosa de volverla a ver una segunda vez, para que el calado emocional de la primera vez se convierta (o no) en certeza absoluta de su identidad como referente del género. Tiene papeletas para ello, pero también tiene las mismas para lo contrario. Todo dependerá si su alma logra sobrevivir a la succión del agujero negro del masivo cine comercial actual, y logra trasponer su propia dimensión. El espacio-tiempo dirá.
Richy
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow