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España España · Somewhere Far Beyond
Voto de Richy:
8
Comedia. Terror El joven doctor Frederick Frankenstein, un neurocirujano norteamericano, trata de escapar del estigma legado por su abuelo, quien creó años atrás una horrible criatura. Pero, cuando hereda el castillo de Frankenstein y descubre un extraño manual científico en el que se explica paso a paso cómo devolverle la vida a un cadáver, comienza a crear su propio monstruo. (FILMAFFINITY)
27 de noviembre de 2013
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Divertidísima y magistral obra maestra del irregular Mel Brooks, un tipo bajito, muy rico gracias a esta película, y cuyo sentido del humor surrealista ha dado tanto para parir bodrios infumables y vergonzantes (los más) como obras más notables, entre las que se encumbra, sin duda alguna, “El jovencito Frankenstein”.

Brooks, como buen cinéfilo, ofrece una parodia-homenaje de las películas de terror clásicas de la primera mitad del siglo, siendo el referente principal las dos magníficas películas de James Whale, “Frankenstein” (1931) y “La novia de Frankenstein” (1935). Tanto es así, que algunos de los escenarios del filme fueron los mismos usados por Whale para la primera película del monstruo ideado por Mary Shelley. La cinta respira, gracias a la estupenda fotografía en blanco y negro de Gerarld Hirschfeld, el aire gótico-romántico del cine de terror clásico, con una puesta en escena muy cuidada y unos gags que, lejos de reírse del género, lo engrandece.

El humor de Brooks siempre ha sido de una acidez y picardía malsanas, además con gags pasados de rosca, pero en “El jovencito Frankenstein” se disfruta de un humor más comedido, elegante y efectista. Es de agradecer que Brooks evitara aquí esa manía suya que se da de forma generalizada en casi toda su filmografía: el recurso de dirigirse directamente al espectador para rizar el rizo de un gag concreto, como haría incontroladamente en “La loca historia de las galaxias” (1987) parodiando de forma divertida aunque no tan brillante la saga “Star Wars” y otras películas de ciencia-ficción populares.

Aparte de la incuestionable calidad técnica de la cinta, lo que más se recuerda de “El jovencito Frankenstein” son las interpretaciones. Gene Wilder, actor cómico de reconocido talento, realiza un papel más que correcto, dando a su personaje de Frederick Frankenstein (o Fronkonstein) ese tono irónico y paciente con el que solventa los ridículos problemas y situaciones en los que se ve sometido. Pero es el personaje de Igor (un genial Marty Feldman) el que más ha calado en el recuerdo. Su cómica figura encorvada y jorobada, y sus ojos estrábicos y saltones le hacen ser el personaje clave y la base del humor de la cinta.

El filme presenta momentos memorables y destacables. La estación de tren, el primer encuentro entre Igor y Frederick, el descubrimiento del pasadizo, el encuentro del monstruo (Peter Boyle) con el ciego (un irreconocible Gene Hackman), los guiños cinéfilos (el peinado de Madeline Kahn hacia el final, igualito que el de “La novia de Frankenstein”) y, muy especialmente, el impagable número musical del monstruo con su creador, son brillantes momentos de una película que se mitifica por sí sola.

Inolvidable.
Richy
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