Dentro de la filmografía de este gran director que es Ang Lee, nos encontramos con una cinta que a priori parecería una obra maestra por el tema que trata y por su enfoque, pero el resultado, desgraciadamente, es todo lo contrario.

El filme se ambienta en plena Guerra de Secesión norteamericana y la historia se centra en el bando perdedor, los sudistas, en un grupo que se dedica a luchar en escaramuzas. En él se enrolan dos jóvenes (Tobey Maguire y Skeet Ulrich) que consideran la guerra casi como un juego, pero pronto se darán cuenta de que no es lo que ellos pensaban.

La película va mostrando la evolución de los personajes del grupo, concretamente los dos principales, y a la vez presenta a otros que se relacionan con el grupo de maneras distintas; desde unos sudistas renegados y violentos (con un joven y malvado Jonathan Rhys-Meyers) que recelan de uno de los chicos por tener ascendencia alemana (los alemanes simpatizaban con la Unión y por tanto no eran bien mirados por los sudistas), hasta una viuda (Jewel) que les provee de comida mientras pasan el invierno a la intemperie. La relación con esta última será más especial e íntima, y condicionará el destino de uno de los guerrilleros.

Como es habitual en este tipo de dramas, y en especial si son de Ang Lee, la fotografía de exteriores es magnífica, y los aspectos técnicos muy cuidados. También nos regala dosis de su talento en las escenas de batallas, muy bien ejecutadas. Pero, a pesar de tener tantos elementos a su favor, Lee no consigue despertar excesivo interés en el espectador. El planteamiento del filme resulta falto de ritmo, un tanto denso y carece de la chispa que la historia debe tener para resultar atractiva. Además, si a esto le sumamos su excesiva duración, hace que “Cabalga con el diablo” no llegue a ser la gran película que esconde en su interior y se mantenga oculta cerca de la superficie, sin poder emerger debido al lastre de su tempo narrativo.

Las actuaciones no desentonan por lo general, aunque Tobey Maguire sigue teniendo esa cara de pánfilo para cualquier momento del día y para cualquier película, da igual que interprete a Peter Parker que a un pistolero sudista. Nada que destacar, salvo la interesante vena dramática que demuestra Jewel, todo un acierto.

Ang Lee firma, pues, una de sus películas más flojas, pero no por ello mala, al menos no mala del todo.