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España España · Somewhere Far Beyond
Voto de Richy:
7
Drama. Comedia. Romance Mark O'Brien (John Hawkes), poeta y periodista tetrapléjico y con un pulmón de acero, decide que, a sus 38 años, ya es hora de perder la virginidad. Con la ayuda de su terapeuta y la orientación de un sacerdote (William H. Macy), Mark se pone en contacto con Cheryl Cohen-Greene (Helen Hunt), una profesional del sexo. (FILMAFFINITY)
13 de noviembre de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sorprendente tragicomedia de un semidesconocido Ben Lewin, que ha conseguido engatusar tanto a la crítica especializada como al gran público con una propuesta que recuerda mucho al taquillazo francés de Nakache y Toledano, “Intocable” (2011).

El filme cuenta la historia de un poeta y periodista, Mark (John Hawkes), un tetrapléjico al que encargan un artículo sobre sexualidad. Como es lego en la materia, decide dar el paso para perder su virginidad contratando unas sesiones de una terapeuta sexual, Cheryl (Helen Hunt), una especie de prostituta para personas con deficiencias físicas.

Lewin elabora un relato con la suficiente autoridad moral y elegancia como para evitar el escándalo, presentando la sexualidad de una forma humorística y sincera. Habla sin tapujos y explora sensaciones y sentimientos de forma concienzuda, haciendo al espectador partícipe de los deseos de Mark, tanto físicos como sentimentales. Es una persona llena de vitalidad a pesar de su estado, cuyas inquietudes intelectuales le hacen ser una persona dinámica y evitan la podredumbre espiritual del que se resigna a esperar el final. Cheryl, su terapeuta sexual, le ofrece la posibilidad del redescubrimiento de su cuerpo de una forma que supera lo trascendente, enseñándolo y ofreciéndole, además, ese cariño y afecto esperado de una persona que mira a otra como a un igual sin importar las trabas físicas y emocionales.

El aspecto humorístico de este drama edulcorado se centra tanto en el tono irónico del discurso desenfadado de Mark, como en la siempre correcta interpretación del eterno secundario, William H. Macy, haciendo esta vez de un sufrido sacerdote que hace algo más que apoyar espiritualmente los deseos de Mark.

Las grandes bazas del filme son las notables actuaciones de Hawkes y Helen Hunt, siendo este último caso uno de los papeles más arriesgados de toda su filmografía. La solvencia de las interpretaciones es notoria en ambos casos pero Helen Hunt tenía más que perder ante los ojos del público más conservador y, claro está, más intransigente. Lewin ha jugado una partida complicada con una historia superficial y cuanto menos curiosa, pero la ha jugado con las mejores cartas y le ha salido una película de las que llenan y emocionan a casi todo el mundo, sin caer en ningún momento en la ñoñería y la lágrima fácil.

Muy recomendable.
Richy
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