Extraña e inclasificable película de Don Coscarelli, director que en su filmografía suele aunar la comedia con el cine de terror.

En “Bubba Ho-tep” tenemos nada menos que a Elvis Presley (Bruce Campbell), con una lesión de cadera y un grano cancerígeno en el pene, que descansa en una residencia donde lo tratan mientras que un doble imitador suyo, sobre acuerdo, le ayuda a llevarse la gloria por todo el país. Allí conoce a un negro que dice ser JFK (Ossie Davis), y ambos descubren la terrorífica presencia de una momia egipcia maldita, que se viste como un cowboy y se lleva las almas de los residentes.

Tal argumento sólo se puede dar en una insustancial y delirante serie B, pero el filme de Coscarelli tiene momentos en los que sus pretensiones parecen ir más allá. El personaje de Elvis se nos presenta atormentado, asqueado con la vida y con sentimientos de culpabilidad. El interés de Coscarelli por dar profundidad a una cinta que no la necesita hace que “Bubba Ho-tep” sea una “rara avis” de pretensiones dispares. Por un lado, tenemos a un Elvis transcendental con frases de las que luego se repiten como si fueran memorables, y por otro una historia de terror del montón muy manida que se supone es el eje de toda la película.

Hay veces que dos géneros muy dispares funcionan bien y acrecientan el valor de una película, pero en esta ocasión a Coscarelli le ha salido el tiro por la culata intentando hacer una recreación-homenaje de un Elvis a medio camino entre el patetismo y el drama, insertando de por medio una historia de terror simplona que pretende ser el “leit motiv” de la cinta, pero que sólo consigue ser una especie de trama secundaria casi sin interés.

No la suspenderé porque el trabajo de caracterización de Bruce Campbell me pareció fantástico, y algunos momentos son hilarantes por lo ridículos. Para pasar el rato.