Un amor entre dos mundos

Con buena intención, la película anda a caballo entre ciencia ficción y romance. Chico conoce a chica y se gustan pero ella está en el Mundo Superior y él en el Inferior. Partiendo de esa premisa, la película sería una excusa maravillosa para hablar del amor entre distintas clases sociales; la niña bien y el chico pobre que lleva toda la vida trabajando. Podría haberse desmarcado y, aunque ya hay muchas películas que traten de lo mismo, haber sido distinta. No hay química, no es creíble, los "enamorados" son dos lánguidos sin carácter en un interesante mundo de ciencia ficción.

Es floja, no engancha y el final es poco más que absurdo y precipitado. Ahora, si hablamos de efectos visuales la película es maravillosa; la representación de cada mundo es fascinante, la diferencia de un lugar y otro, arriba todo es luz y lujo, abajo sombras y pobreza.

En general una película recomendable para la gente curiosa ya que a los amantes de la ciencia ficción no les va a entusiasmar y la gente que busque romance va a encontrar un amor plano y vacío. Una lástima porque de haber ejecutado bien la idea habría sido una película disfrutable y tan épica como debe ser una historia de amor en el cine.

El punto fuerte de la propuesta radica en su deslumbrante y original idea de ofrecer un universo con dos mundos que poseen gravedades diferentes, dando lugar a momentos visualmente rompedores, a un constante juego de perspectiva bien explotado por parte del filme, a un concepto fascinante como pocas veces he visto. En mi opinión resulta de agradecer y mucho un producto como éste, que se atreve con una premisa tan diferente y novedosa que te deja, en cierto modo, hipnotizado. A destacar, además, una maravillosa fotografía, resultando un gran acierto dentro de la cinta.

Otra cosa es el tema romántico, desde ese punto de vista la propuesta chirría un poco y no funciona igual de bien, sin estar mal de todo creo que falla en algunos aspectos que le hace bajar bastantes enteros al conjunto. La historia comienza bien, presentando esa complicidad y ese afecto entre dos personas que viven en mundos separados y cuyo amor en un principio parece imposible o, como poco, muy difícil. El arranque me ha resultado efectivo pero tropieza durante el desarrollo, semeja un tanto atropellado y con demasiados puntos sin concretar, y el desenlace que se le da al mismo no resulta del todo convincente. La película podría ser de nota un 9 sino fuera por este aspecto.

La película, a pesar de patinar un poco en la parte romántica, merece ser valorada positivamente sólo por la interesante y original premisa que presenta y que es de agradecer en un panorama fílmico con tantos productos parecidos.

Al grano:
Clarísimo ejemplo de una buena idea (aunque no novedosa) echada a perder sin remedio.
Lo tenía todo:

-Un arranque ágil, en que explican las tres reglas de la gravedad opuesta.

-Una idea con posibilidades: Dos mundos paralelos e inversos que no se pueden mezclar.

-Una pareja de buenos, jovenes actores: Kristen Dunst (una sosa que nos gusta) y Jim Sturgess (a quien odiamos todos por ser novio de Anne Hathaway)

-Una estética, recargada, pero atractiva.

-Una historia con amores imposibles, superación personal, aventura, suplantación de identidades, lucha de clases...

-Medios.

Una historia de amor entre dos mundos paralelos (uno pobre y otro rico) que no se pueden mezclar entre ellos, y en que uno explota al otro. Un amor prohibido entre una inexpresiva e ineficaz Kristen Dunst, y un lucido y voluntarioso Jim Sturgess que lucha por sacar adelante tamaño desaguisado. Una historia de amor que no acaba de cuajar. Un ejercicio de cámara sorprendente a ratos, pero empachante la mayor parte del tiempo.

Un guión que no sabe muy bien por dónde tirar. Un final bochornoso que destruye cualquier posibilidad de guardar cualquier buen recuerdo de una película que podría haber sido pasable hasta entonces, a pesar de su elevado nivel de moñería y ñoñería.

UNA AUTÉNTICA LÁSTIMA Y PÉRDIDA DE POSIBILIDADES:
Podría haber sido una fábula inteligente, pero se queda en un Romeo y Julieta post-Crepúsculo.
Podría haber sido una película de ciencia ficción digna, pero se queda en un anuncio de colonias hiper estirado.

Podría haber sido una historia de amor y superación personal, pero se queda en una telenovela de segunda.
Podría haber sido una película de aventuras futurista, pero se queda en una aventura sin futuro.

Podía haber sido una fantasía refrescante, pero se queda en un cuento insufriblemente cursi.
Podía haber sido una crítica sutil de nuestra sociedad, pero se queda en un panfleto moralizante sin crítica.

Podía haber sido un ejercicio de dualidad, pero se queda en una imagen doblada en dos.
Podría haber sido mil cosas, y cualquiera interesante, menos lo que es.
Yo sigo intentando ver cine francés(co-producido con Canadá en esta ocasión) que me convenza, ¡¡pero mira que me lo ponen difícil!

Insisto, vaya chorrada de película, que juega a romance fantástico con un impronta progresista pero que a fuerza de almíbar acabamos saturados a los cinco minutos. El único atractivo de "Un amor entre dos mundos" es ver a Kirsten Dunst, una actriz por la que siento debilidad, y mi mayor preocupación, que sólo apareciera boca abajo. La idea original, la de la existencia de dos mundos uno encima del otro con la particularidad de estar uno respecto al otro en posición invertida, a alguien le habrá parecido sumamente hermosa pero en realidad es pretenciosa e inútil. De hecho, quien no sienta rubor al ver a estos dos acaramelados, o peor aún, dando saltitos, ella encima de él, en medio de las montañas, es que está muy endurecido.

La única virtud, además de Kirsten Dunst, es la fotografía, a base de infografías pero que da unos paisajes muy bonitos, que algún espectador puede reciclar como fondo de pantalla. En lo demás, la trama parte de una fantasía con unas reglas completamente anticientíficas, que aunque se supone que son de gran relevancia, luego se les saltan cuando les viene en gana. Para más inri, "Un amor entre dos mundo" acumula giros estúpidos, con la tarjetita entro donde quiero, soy inmune a las caídas de no sé cuantos metros. Por otro lado, el esquema de clases altas y bajas, con el amor de por medio, siempre él pobre y ella rica, está más visto que el tebeo. Tan pastelosa y progre que tenía que ser francesa y con un director argentino.

La idea inicial es bastante buena, la existencia de dos mundos con gravedad diferente y que tienen unas reglas por las que se tienen que regir. La película tiene varias cosas interesantes:
- Los títulos de crédito iniciales, donde te explica la existencia de esos dos mundos y cuales son las tres reglas básicas.
- La música es adecuada a lo que estas viendo en cada momento.Gran banda sonora.
- La presencia de Timothy Spall, uno de los actores secundarios más camaleónicos y que viene de la escuela británica de Mike Leigh, aporta los únicos toques cómicos de la película.
Sin embargo, la relación existente entre los dos protagonistas es poco creíble y hay diferentes circustancias que incumplen las normas de la gravedad.
Lo peor de la película es el final, ya que debía haber acabado diez minutos antes y no estropearla con ese final definitivo.
La voz en off solo aparece al principio y al final, cosa que se agradece y además es adecuada con lo que vemos en pantalla.