El coloso en llamas

No sé si algún niño dirá esta frase hoy en día, pero yo la voy a decir. La voy a decir como homenaje a un cuerpo no lo suficientemente retratado ni admirado. Sólo cuando ocurre una catástrofe nos acordamos de ellos. Acordémonos hoy, mañana, siempre.

Reparto de lujo para, posiblemente, la mejor película de catástrofes hasta la fecha. El incendio en un rascacielos crea un auténtico caos, y en medio del infierno (nunca mejor dicho), dos héroes de carismática presencia: Paul Newman y Steve McQueen. Yo, la verdad, tengo mi propia teoría sobre los orígenes del fuego, el cual no tienen nada que ver con cables erróneos ni instalaciones baratas, sino más bien con unos ojos azules portentosos. Paul Newman incendiaría hasta el hielo.

Además, la tensión está garantizada. Personalmente, la escena que más me impacta es la de McQueen y el ascensor, situación que refleja de manera sensacional todas las virtudes que homenajea «El coloso en llamas»: fuerza, lealtad, entereza y valentía. Estos sí que son héroes. Y, ojo al detalle, no hay ninguna mujer bombero. Que cada cual saque sus propias conclusiones.

Acción, emoción, guión inteligente y mensaje crítico en una película que hará las delicias de casi todas las edades. Muy recomendable.

Hay por ahí teorías acerca de la grandeza y el poder reflejadas inconscientemente con el tamaño del falo (no tengo precisa la referencia), donde los objetos representan a través de sus características físicas y cualitativas, tamaño y ostentosidad respectivamente, el poder que se poseé entre los individuos.

Con lo anterior se dice que se alardea de contar con un gran pene y estar en competencia constante por demostrar quién es el mejor y vencer. Sin duda esta concepción aplica a nivel disciplinario y alcanza al colectivo, como país vale reiterar, en el cual los estadounidenses desde hace mucho tiempo se jactan por ser los mejores en muchos aspectos y la arquitectura no sería un caso ajeno a esta necesidad por reafirmar el poderío de su nación. Sin embargo, con grandes edificios se conlleva a riesgos inmensurables a estos niveles, hablando literal y metafóricamente, con consecuencias caóticas cuándo las medidas de seguridad no se han llevado al pie de la letra.

Una cinta de crítica hacia estos proyectos con etiqueta de seguros, pero que pueden significar la tumba para miles de sus ocupantes, –ya lo vimos en el caso del World Trade Center el 11 de septiembre de 2001–, donde el peligro no sólo radica por catástrofes naturales o descuidos humanos, sino por atentados en contra de los símbolos que hoy estás estructuras adquieren.

"Infierno en la torre" así fue como en México se le adoptó, cinta de larga duración y con unos logros a nivel fx como de argumento. Así es como la inauguración del edificio más alto del mundo, en plena recepción, el pláceme se convierte en terror al fijar la mirada niveles abajo para percatarse el ascenso del infierno, sin tregua y donde las opciones son casi nulas ante medidas de seguridad excedidas, aunado a la desesperación de los asistentes.

Aquí el terror implícito por un antagónico natural, genera tensión y angustia dados que contempla todas las salidas posibles con escenas loables, donde las posibilidades se ven reducidas hasta lo impensable. Además, las buenas actuaciones avalan un proyecto ambicioso de las grandes productoras del vecino país, lo que hacen uno de los pocos ejemplares equilibrados acerca de catástrofes.

Apto para toda las generaciones.

Hombre, ver a tantas estrellas juntas… última peli de Jennifer Jones, de las últimas de William Holden… ver juntas a dos de las grandes estrellas del momento: Steve McQueen y Paul Newman.
El guión está muy bien! Bastante realista par ser una película de catástrofes.
La banda sonora de John Williams es sobria, en su perfecta dosis de cantidad y emoción.
A nivel de efectos especiales es la crème de la crème de la época.
Ah, y otro detalle: fue la primera vez en que dos de las Majors co-produjeron juntas: 20th Century Fox (se quedó con los derechos de libro “The tower” x 400,000$) y Warner Bros. (Libro “The glass inferno”, x 300,000$).
Coste del film: 14,300,000$

Un Paul Newman tan guapo que sólo por eso merece verla.

Con un presupuesto de 14 millones de dólares (una fortuna en el año 74) Guillermin logra un exitoso film catastrofista. La trama perfectamente escogida (muy de moda en los 70), los personaje prototipo no dañan sino que ayudan y unos efectos especiales que sorprenden por su época.El reparto de estrellas dirigidos por un gran conocedor de su trabajo elevan el séptimo arte y pone de manifiesto que aún se pueden ver grandes películas.

Finalmente después de tantos años queriendo ver ésta peli y la verdad es que me sorprendió gratamente.
Todo el mundo me decía que se me haría muy lenta y nada de nada porqué es muy entretenida y la acción empieza pronto.
Toda aquella gente que se encuentre indecisa, adelante es digna de ver.

Saludos Cordiales.