El gigante de hierro

La verdad que es una película encantadora, una sencilla historia pero con un gran fondo humano y lo que la hace más tierna es la técnica del lapicero, esa animación clásica que tantos recuerdos nos trae de la infancia.

Una película tanto para mayores como para los más peques de la casa y la verdad que se ve sin problema.
Como siempre digo en este caso, una película que entretendrá a los más peques y los mayores leerán el mensaje que la historia encierra.

La verdad que me ha entretenido bastante y me ha gustado mucho, es sencilla pero grande, como el gigante.

Unos años más tarde Brad Bird nos sorprenderá con una obra maestra, Los Increíbles.

Sintiéndolo mucho por los fans de Brad Bird, “El gigante de hierro” no es ninguna maravilla, su visión sobre la Guerra Fría es más simple que el mecanismo de un lapicero, y se acerca en demasiadas ocasiones a lo plenamente infantil sin mayores pretensiones.

Y en ese sentido es buena, pero ahí radica el problema, en que llevamos unos años que los adultos ven también cine infantil y suelen ensalzar algunas cintas cuando dicho producto está esencialmente destinado a los niños. Pensar que todos las películas están dirigidas a todas las edades es un error. No es así. Hay películas de mayores y otras de pequeños, igual que está la Secundaria y la Universidad, y los contenidos de los libros de estudio no son los mismos. Claro que ahora que todo el mundo disfruta con todo y donde algunos piensan que “Los Simpson” es la mejor serie de TV es normal que ocurran estas cosas. No cabe duda que si algunos disfrutan de “El gigante de hierro” y piensan que es para todas las edades es porque ellos no disfrutan con el pensamiento de Hegel, que no es un jugador del Bayern de Munich.

Además no respeta el sabor auténtico del cuento de Ted Hughes y lo transforma en un personaje más cercano al cómic y al género de los superhéroes, con incursiones a “La guerra de los mundos”, que era precisamente lo que no quería evitar el escritor.

Si esta película hubiera sido con personajes reales, no cabe duda que la nota no estaría tan inflada, pero ya se sabe que los dibujos siempre tienen un plus añadido cuando alguien va a votar. A mí también me pasa.

Como película infantil exclusiva para niños buena, como película para ver con los niños pasable, y para verla sólo adultos muy regular.

En general la película está bien. Me ha gustado sobre todo la ambientación al estilo serie B de los años 50. No obstante, en mi opinión tiene muchas incongruencias argumentales que empañan el resultado final. Una película tiene que ser coherente. Tiene que ser verosímil. Y esta no lo es. Tú puedes escribir una historia muy fantástica, con robots, alienígenas, fantasmas y todo lo que quieras, pero una vez has asumido todo ese componente fantástico, el desarrollo de la misma tiene que ser coherente y creíble. Y esto también se aplica a las películas infantiles. Y más en este caso que va dirigida a todo tipo de públicos, y no solo a niños. La historia tiene muchas de esas incoherencias y momentos absurdos que te sacan completamente de la película.

Pongo en la zona de spoiler algunas de esas incoherencias, que en mi opinión no tienen justificación, pues en la mayoría de casos los guionistas podían haberlo solucionado simplemente pensando un poco más.

Tierna y enternecedora historia basada en un libro infantil de Terry Hughes publicado a finales de los años sesenta. Los orígenes de Brad Bird están ligados tanto a Disney como a Los Simpson, pero fue Warner la que le brindaría su primera oportunidad como director en el largometraje de animación, con una película que, pese a su fracaso en taquilla, se ha convertido con el tiempo en un clásico del género. El encargado de escribir el guión fue Tim McCanlies, bajo la supervisión del propio Bird, que introdujo varios cambios sobre la trama, incluyendo personajes nuevos. El gigante de hierro es una película que se aleja de los cánones de los dibujos de Disney, y que Bird supo dotar a la historia de una indudable personalidad. Una historia que habla del amor, la amistad (la que entrañan el niño y el robot gigante), del cariño mutuo entre madre e hijo, la valentía, la posibilidad de cambiar a mejor. En definitiva, una historia de buenos sentimientos y de buenas intenciones cargada de mucha bondad, humanidad y cierta heroicidad.

El gigante de hierro es una película infravalorada, que se merece al menos un primer visionado (al ser posible en la tierna y dulce infancia). Un film hecho de metal, pero que por dentro es todo corazón.

Es malo matar.
Las armas matan y tu no eres un arma.
Tu eres lo que eliges ser.
El gigante de hierro desde su sencillez, consigue ofrecer un relato emotivo, memorable y fascinante que vuelve a devolver la confianza en las buenas historias con alma y corazón.
Puede que no tenga unos gráficos excepcionales, pero lo que cuenta y trasmite es digno de recalcar e introducir en la mente de todo el mundo que la pueda ver y disfrutar.
Nos encontramos ante una gran obra maestra llena de alma y emoción, para el recuerdo de los sentimientos de todos. Da igual la edad que puedas tener, la vas a disfrutar y te llegará al corazón.