Black Snake Moan

Nada típica historia, donde los actores hacen un trabajo interpretativo muy elevado, e interesante.
La combinación de actores es fantástica, y Samuel L Jackson está genial, aunque no podemos olvidar a Christina Ricci, que en este film es todo lo contrario de esa "Miércoles" de la familia Adams. Es increíble lo sensual que está en esta película, y como sabe transmitirlo sin caer en ningún tipo de "vulgaridad". La película es original, fuera de lo común y las típicas historias, por lo que es de agradecer, ya que nos presenta algo novedoso y con un trabajo sencillo por parte del director, sin artificios. Sólo una buena historia, con buenos actores y como no, una música de fondo excelente. Recomendada la BSO para los amantes del genero Blues más puristas.
Recomendada para ver con un volumen elevado en las escenas donde hay música.
Atención al manejo del instrumento de Samuel L Jackson, que aprendió para esta película.

He de decir que me sorprendió gratamente esta película. Me sorprendió porque no me esperaba para nada el argumento del film (viendo la portada no ayuda a averiguarlo, y viendo el título, menos). La película es interesante, bien desarrollada (excepto algunos momentos de telefilme) y con un trasfondo y un mensaje que intenta llegar al espectador. Ni Cristina Ricci ni Samuel L. Jackson eran santos de mi devoción, pero tengo que admitir que Samuel está de crack en esta película; y Ricci, probablemente haya hecho el mejor papel de su carrera (cosa que tampoco es muy difícil). Sólo Timberlake (que se dedique a cantar) denota falta de expresión y de capacidad interpretativa. El final eso sí, muestra una falta de ideas considerable eligiendo el camino fácil. En resumen, a mí me gustó y la recomiendo.
Lo mejor: Samuel (y sus blues) y Ricci (increíblemente sexy).
Lo peor: Timberlake y un decepcionante final.

La historia de un hombre acabado y resentido que pretende "curar" a una oveja descarriada que se pierde por un polvo. El nombre de Lazarus ya nos indica nada más empezar por donde irán los tiros, se trata de un relato de resurreción y redenciones personales. A grandes trazos el argumento resulta descabellado y original a partes iguales. El visionado del film deja a uno con una impresión matizada: no es tan descabellada pero tampoco tan original.

Sin embargo capta nuestro interés y nos lleva de la mano con una cierta fluidez que nos hace salir satisfechos por el resultado. Eso sí, peca de cierta previsibilidad.

Como ya ocurrió con Hustle & Flow, Craig Brewer utiliza la música a modo de hilo conductor, y lo hace de forma eficiente. En esta ocasión la nota musical la pone un más que notable Samuel L. Jackson, que junto a Christina Ricci son de lo mejor de la película. Justin Timberlake, por su parte, también aprueba y reafirma que es una apuesta de futuro.

A modo de conclusión, es una película interesante de ver, con un planteamiento diferente y un trabajo actoral y técnico que deja buen sabor de boca. La pega, recuerda demasiado a lo anterior del director.

Esta película parece tenerlo todo: una buena historia, una gran interpretación, una buena dirección. Sin embargo, no llega a profundizar. El problema del cantante de blues se nos plantea pronto, pero el de la chica y su novio tarda demasiado en aparecer. El final resulta muy precipitado, aunque todos podemos imaginarnos que esos dos seres en ese viaje van .... a ninguna parte.

Lazarus (Samuel L. Jackson) y Rae (Christina Ricci) no pueden ser más opuestos, el primero es un hombre negro de mediana edad, muy religioso y abandonado por su mujer, ella es una joven blanca y con un complicado problema de dependencia sexual, cuyo apocado novio (y único pilar) Ronnie (Justin Timberlake) la deja para ingresar en el ejército. Un buen día Lazarus tropieza con Rae, quién está tirada en medio de la carretera, medio muerta. Lazarus la lleva a su casa para curarla, estableciéndose entre ellos una amistad con la que enfrentarse a sus propios demonios.

Lo más interesante de la película es la relación que se establece entre la pareja protagonista, y por ende el excelente trabajo de ambos actores. Jackson es capaz de transmitir compasión o ira con asombrosa facilidad y Ricci realiza una de sus mejores interpretaciones, y con uno de los papeles más arriesgados de su carrera (y ya es decir). Igualmente destacable es su poco convencional guión, el cual aunque no resulta tan polémica (puesto que así ha sido vendida, véase por ejemplo su cartel) como se espera su feliz provocación resulta francamente estimulante.