El Gran Hotel Budapest

El Gran Hotel Budapest es una película del 2014 dirigida por Wes Anderson y protagonizada por Ralph Fiennes, Tony Revolori y F. Murray Abraham. Narra la historia de Gustave H., un conserje de un famoso hotel europeo de entreguerras, y su amistad con Zero Moustafa, un joven empleado al que convierte en su protegido. Juntos se ven envueltos en una serie de aventuras y peripecias relacionadas con el robo de una pintura renacentista, la herencia de una rica familia y los conflictos políticos que sacuden Europa.

Es una delicia visual, llena de colores, detalles y simetrías que caracterizan el estilo de Anderson. La ambientación recrea un mundo imaginario y nostálgico, inspirado en los escritos de Stefan Zweig. La música de Alexandre Desplat acompaña perfectamente el tono de comedia y drama que se mezclan en el guion. El reparto es impresionante, con actores como Adrien Brody, Willem Dafoe, Jeff Goldblum, Jude Law, Bill Murray, Edward Norton, Saoirse Ronan y Tilda Swinton, entre otros.

Es una obra maestra del cine contemporáneo, que combina humor, emoción y reflexión sobre la memoria, la amistad y la belleza. Es una película que se disfruta desde el primer minuto hasta el último, y que deja un sabor agridulce al recordar un tiempo y un lugar que ya no existen.

El gran hotel budapest es un ejemplo orgánico de lo que es un trabajo por amor al buen cine. Cuando el guión, la dirección, la actuación, los planos y la fotografía se entretejen con genialidad, allí hay un manantial. En muchas ocasiones este tipo de cine ha sido intentado, logrando poco el entrañamiento de la historia hacia el televidente, sin pisotear su coherencia, poder y ritmo, pero el hotel budapest lo hace con gracia y elegancia.
Personajes muy bien logrados; fotografía y planos espléndidos. Agradable y posible de ver varias veces para ser admirada desde diferentes enfoques contemplativos.
Agradezco el buen cine. Una visión excelentemente lograda del gran Wes Anderson

“THE GRAND HOTEL BUDAPEST”

Año: 2014
Director: Wes Anderson
País: EEUU
Calificación 6/10

La vi en su estreno y no me gustó nada, por lo que tenía pendiente su revisión. Viéndola una segunda vez, me ha gustado ahora algo más, pero no es ni mucho menos mi favorita de Anderson, empezando aquí el director americano su late motiv de la búsqueda de la estética "accidentally wesanderson" por buscarla, olvidándose un poco más de cerrar mejor sus películas.

A destacar la escenografía y el buen reparto.

Inspirada en los escritos del escritor austríaco Stefan Zweig. ‘El Gran Hotel Budapest’ es una comedia escrita y dirigida por Wes Anderson, quien además ha dirigido (Los excéntricos Tenenbaums 2001, Isla de perros 2018, El fántastico Sr. Zorro 2009, Un reino bajo la luna 2012, La crónica francesa 2021, y Asteroid City 2023) entre otras.

M. Gustave H. (Ralph Fiennes) es el conserje de El Gran Hotel Budapest y su vida cambia cuando una amiga íntima Madame D. (Tilda Swinton) es asesinada, y Gustave es acusado del hecho y posteriormente apresado, pero gracias a la ayuda de su nuevo chicho del lobby Zero Moustafa (Tony Revolori), logrará escapar para tratar de probar su inocencia.

Los hechos acaecidos en ‘El Gran Hotel Budapest’ son narrados en forma de flashback, por el personaje del Escrito (Tom Wilkinson) luego por Jude Law como una versión joven del Escritor y después por F. Murray Abraham como un Zero ya viejo.

Anderson ha hecho una maravillosa comedia, donde resalta su estilo peculiar a la hora de hacer películas. Con una trama no lineal que se divide en cinco capítulos, con un elenco coral, repleto de personajes excéntricos y singulares liderado por el gran Fiennes, los cuales hacen contraste con las escenografías teñidas de colores pastel.

Destacando, entre tantas cosas, la amista entre el señor ‘Gustave’ y su aprendiz ‘Zero’, que devela la irrefutable química que existe entre Fiennes y el joven Revolori.

"El Gran Hotel Budapest" sigue las peripecias del conserje Gustave H. y su joven aprendiz Zero Moustafa mientras enfrentan una serie de enredos y conspiraciones en el elegante hotel durante la década de 1930. La historia se despliega como un relato dentro de un relato, narrado por un escritor que conoce al anciano Moustafa cuarenta años después, quien le comparte la fascinante historia del hotel.

Descubrir el universo cinematográfico de Wes Anderson se ha convertido en un placer sorprendente que va más allá de mis expectativas iniciales. Quizá Taika Waititi, con su película "Jojo Rabbit", haya sido el catalizador de este cambio de perspectiva. La primera vez que experimenté con la película de Waititi, me encontré cuestionando su estética, inicialmente parecida a la de Anderson. Sin embargo, en su posterior revisión, comencé a apreciar sus capas más profundas y su enfoque peculiar, un fenómeno que también he experimentado con "El Gran Hotel Budapest".

Analizando por qué la primera vez no conecté con la película, recalco que, aunque su guion es indudablemente original, no conecté con su tono alegórico. En mi percepción inicial, parecía como si el director hubiera priorizado la estética sobre el contenido, sumergiéndose en el diseño artístico, el vestuario, el maquillaje y la peluquería y la banda sonora, aspectos que, sin lugar a dudas, destacan de manera innegable en la película.

Sin embargo, con el tiempo, he logrado sumergirme y conectar con el mundo de fábula creado por Anderson. Las actuaciones teatrales de los actores, la simetría cuidadosamente diseñada de las imágenes y el continuo desfile de rostros famosos han contribuido a esta reconciliación. En última instancia, "El Gran Hotel Budapest" no es simplemente una obra de estética deslumbrante, sino una amalgama sofisticada de estilo y sustancia, donde la exquisita dirección visual se entrelaza con una narrativa ingeniosa.

En definitiva, la película invita a la manida discusión sobre la relación entre la forma y el contenido en el arte cinematográfico. La visión única de Wes Anderson, con sus elementos extravagantes y encantadores, ha logrado conquistarme (poco a poco… “Isla de Perros” la sigo repudiando), redefiniendo mi percepción del cine de autor y abriéndome a un mundo de narrativa visual excepcional.