Pelham 1, 2, 3

Normalmente la primera mitad de este tipo de películas consiste en presentar el plan, se nos enseña cómo se conocen quienes lo van a ejecutar, su personalidad y las opciones de que funcione. Los malos quedan, preparan milimétricamente lo que tiene que hacer cada uno y entonces cuando sabemos de qué va a ir todo nos fregamos las manos porque empieza lo bueno. Pues bien, "Pelham 1, 2, 3" se salta todo ese rollo y exactamente después de los títulos de crédito iniciales vemos subir al metro a un hombre sospechoso con gabardina, sombrero y bigote. En la siguiente estación sube otro, y otro y otro... Son cuatro y aunque la sinopsis nos indica de antemano que es un secuestro, no sabemos cómo lo van a hacer, no sabemos si son unos psicópatas, si van de farol al amenazar con el asesinato de sus rehenes y no sabemos ni qué quieren. Por no saber, no sabemos ni sus nombres. A mí esa perspectiva me ha parecido maravillosa: no tener ni idea de lo que van a hacer. Por lógica les saldrá mal, pero también eso está por ver.

Al otro lado tenemos a un teniente de policía encargado de la seguridad del subsuelo que inevitablemente ha de dejar caer su rastro de humor porque su nombre es Walter Matthau, que como actor bien que se ganó la vida haciendo reír. Si "Pelham 1, 2, 3" no llega a tocar el cielo es por ciertos comentarios sexistas, por ese alcalde incompetente y prescindible en la trama y porque como toda película hija de su tiempo padece de ese estancamiento. A los que nos gusta mirar atrás una película tan anclada en los años 70 nos parece que por ese tipo de realización es recomendable a quienes buscan cosas parecidas, pero reconozco que a algunos no les parecerá adecuada y preferirán su remake, que para eso se hacen. Yo me quedo con esta de 1974, desde luego, por sus brillantes secundarios, por la mala leche de los malos y el ritmo acelerado del final casi a tiempo real. Incertidumbre, desasosiego y hambre de buen cine saciada. Que sea poco conocida no es más que una circunstancia, "Pelham 1, 2, 3" es una película muy bien hecha.

Un thriller setentero en toda regla; intrigante, entretenido y no decae el ritmo en ningún momento. “Pelham 123” se apoya en un espléndido y atrapante guión, y se aleja de los siempre presentes convencionalismos del cine americano (efectos especiales innecesarios, personajes estereotipos, etc.) para hacer un digno producto que roza lo clásico y que continua vigente a pesar del paso de los años. Del elenco poco más que añadir, todos excepcionales destacando a Walter Matthau y Robert Shaw.

No hace falta una gran parrafada para describir una buena película. De entrada, tenemos una historia interesante, unos buenos actores y un doblaje añejo de esos que suenan tan bien.
El ritmo de la cinta es lento, pausado y metódico (al igual que los secuestradores), pero sin embargo logra mantener el interés del espectador sin necesidad de recurrir a unos tiroteos estruendosos o a grandes explosiones. Solamente con la incertidumbre sobre la situación (si traerán a tiempo el dinero, si matarán a los rehénes, si lograrán huir o no...) consiguen tenerte atento a la pantalla. Además, cuenta con algunos toques de humor que hacen más amena la espera. Y lo que es mejor, todo lo que se menciona a lo largo de la película tiene su razón de ser (spoiler).

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Más críticas en:
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Tensión, drama, crítica social , humor.... la película lo tiene todo.
Una buena dirección, buenos actores, buen guión y bajo presupuesto, lo que le da ese toque de realismo que la hace tan, a ratos, afixiante.

La crítica al Nueva York de la época reflejada sobretodo en ese alcalde ridículo y en los pasajeros del metro.

Walter Matthau, como siempre, si no mejor. Su último segundo de actuación (el último de la película) es memorable.

Antes de nada, una curiosidad, o al menos algo que a mí me pareció curioso; ésta es una de las raras ocasiones en que una distribuidora en España en vez de prolongar un título o darle la vuelta hasta conseguir que cualquier parecido con el original sea mera coincidencia, no sólo no lo alargan sino que lo acortan; sustituyendo el inicial, “The Taking of Pelham One Two Three” (El secuestro del Pelham uno dos tres), por el más escueto, “Pelham 1, 2, 3”. ¿Fue por ahorrarse tinta?, ¿fue por darle menos pistas al espectador?, ¿o fue...? porque coincidir literalmente con el de origen, hubiese creado un peligroso precedente.

Una vez arrancada esta, pequeña espina, pasaré a dar mi opinión, que en definitiva es a lo que vinimos, sobre Pelh…. sobre esta película; es el mejor thriller que he visto de los años setenta, y uno de los mejores de todos los tiempos. Tiene ritmo, tiene humor, tiene intensidad, tiene suspense, tiene los fríos ojos de Robert Shaw, tiene la sardónica sonrisa de Walter Matthau, y tiene el inteligente guión de Peter Stone.

Los encuentros entre sus antagonistas, Matthau y Shaw, resplandecen en la pantalla sin llegar casi nunca a encontrarse cara a cara, salvo en una corta escena. Sin muchos alardes técnicos ni muy elaboradas secuencias de acción, que aun así resuelve con bastante dignidad cuando el relato lo precisa, el prolífico y televisivo Joseph Sargent realiza esta medida trama con la habilidad de un artesano, con el metraje justo; sin que le sobre, ni le falte, un solo minuto. Perfecto hasta el segundo final.

Olvídese de los muchos años que tiene, olvídese de la moderna versión de Denzel y Travolta, olvídese (del todo) de la chabacana versión de Snipes y Harrelson; y recuerde que fue homenajeada por Tarantino en “Reservoir Dogs” tomando de ésta los apodos para sus atracadores; señor Azul, señor Marrón…

Recuerde que Quentin suele tener buen gusto y véala antes de que alguien se la cuente del todo… y se la pierda.