Rudo y Cursi

Rudo y Cursi es la primera película como director de Carlos Cuarón, hermano y colaborador habitual del mucho más conocido director Alfonso Cuarón, que tiene una carrera internacional más que digna y vistosa. Solo ha dirigido dos películas en su país natal, su poco conocida opera prima, y su cuarta película, la extraordinaria Y tu mama también, en la que colaboraba en el guión precisamente su hermano Carlos, que es quien ahora nos interesa. Y todo esto para decir que Rudo y Cursi está más influenciada de lo que pueda parecer a primera vista por Y tu mama también, más allá de la presencia de sus dos estupendos protagonistas.
Rudo y Cursi son los dos apodos por los que son conocidos dos hermanos que viven en una pequeña aldea mejicana. Y pese a ser hermanos son tan diferentes como la noche y el día. Solo comparten una pasión, el futbol. Su gran oportunidad llegará cuando un manager decida llevárselos a la capital para jugar en la principal competición del país. Cursi lo hará con la vista puesta en un futuro lanzamiento como cantante, mientras que Rudo pensará en conseguir lo mejor para su mujer e hijos, pero pronto encontrará otras actividades de las que ocuparse. Y como era previsible el éxito y el dinero acabarán echando por tierra todas sus ilusiones, hundidos en sus propios excesos.
Contada de esta forma se podría pensar que estamos ante un drama, pero no, la película mantiene desde el comienzo un tono de comedia ligera y algo vulgar en ocasiones, que no abandona ni en sus momentos más dramáticos. No solo eso, sino que cae en todos los tópicos imaginables de este tipo de películas sobre el rápido ascenso al éxito y posterior caída del personaje víctima de su propia ignorancia.
Por suerte para la película, pese a lo dicho en el párrafo anterior, la historia tiene varios momentos, mucho más reflexivos, influencia directa de Y tu mama también, que le dan a la película un tono más profundo de lo que a primera vista pueda parecer. Detrás de la obviedad que desprende la película se adivina un mensaje más interesante sobre la situación actual del país, que está ligeramente emparentado con las reflexiones que se obtenían durante la visión de la película de Alfonso Cuarón. Puede que me esté pasando de sutil en esta observación pero alguna crítica he leído que insiste en el mismo asunto.
Por lo demás, y por encima de todo, queda la química brutal entre Diego Luna y Gael García Bernal, que aunque caen directamente en la caricatura, desprenden un carisma arrollador.

La pareja tragicómica que funcionó exitósamente en “Y tu mamá también”, Gael García Bernal y Diego Luna, repiten protagonismo en un film que viene a vender lo mismo que ha venido vendiendo la ficción latinoamericana durante los últimos cincuenta años: la historia del joven pobre que, por picardía o suerte, llega a ser rico, en la capital (como no). Tato (“Cursi”) Verdusco y Beto (“Rudo”) Verdusco son dos hermanos que sobreviven día a día como jornaleros en un platanal de la Costa Pacífica del Norte de México. Además de jugar bien al fútbol, Cursi es un aficionado al cante, y su hermano a las apuestas. Una mañana de domingo, camino de la cancha, se aparece como caído del cielo un cazatalentos argentino, y representante de futbolistas, en un deportivo rojo. Ese será el día que marcará un antes y un después en la vida de este par de hermanos. Por desgracia, en el coche deportivo del cazatalentos solo hay sitio para una futura promesa del fútbol, y uno de los hermanos debe ir despidiéndose de su sueño. Desde entonces se acentúa una rivalidad ya existente en la que la única premisa clara es que la fortuna de uno, supondrá la desgracia del otro. Pura supervivencia latinoamericana.

Los hermanos Cuarón, creadores de la mencionada “Y tu mamá también”, más Guillermo del Toro y Alejandro González Iñárritu como productores, estructuran un entretenido drama lineal que respira a través del humor. El humor que se encuentra desde la narración de la historia, llevada a cabo por Batuta, el cazatalentos, y el eterno filón cómico del ingenuo pueblerino en la gran ciudad. Humor. Porque las películas de “los Cuarón” encuentran su razón de ser en la comedia, y es en gran medida ese humor descarnado y franco, que se alimenta constantemente de situaciones absurdas, la magia de esta película. “Rudo y Cursi” no es una cinta innovadora, tampoco invita mucho a la reflexión. No es recomendable para los que esperen una trama de “tres cabezas” propia del tándem Arriaga – González Iñárritu, pero complacerá muy gratamente a los que disfrutaron de “Y tu mamá también”. Es una película para sonreír, para reír a carcajadas, y en ocasiones para sentirse compungido, pero no para mucho más, en el mejor de los casos se le puede hallar su moralina, pero terminarás como si acabaras de ver una de Jim Carrey: Entretenido.

Lo mejor de la cinta es la pareja protagonista que tienen bastante química.
Lo peor, que te cuesta Dios y ayuda enterarte de lo que dicen, nunca llegas a acostumbrarte al idioma.
Por otra parte está entretenida, mezcla amor, fraternidad y futbol.

A pesar del 5 me gustó la película pero... Hay determinadas cosas que le bajan la nota de forma drástica. Para empezar la historia es poco creíble... Dos pueblerinos que salen de la nada y se convierten en estrellas del fútbol a nivel nacional como si le hubiesen pedido un deseo al genio de la lámpara mágica... Luego me chocó mucho que en una película de fútbol las escenas de los partidos estaban obviadas... Siempre enfocando a la grada narrando las jugadas que te tenías que imaginar.. En fin, me gustó pero creo que se pudo hacer mejor.
En cuanto a interpretaciones he de admitir que la vi por Gael García pero en esta película me quedo con Diego Luna y su personaje 'El Rudo'. Me pareció buenísimo.

El realizador mexicano Carlos Cuaron nos ofrece lo que se ha llamado el reencuentro entre Gael Garcia Bernal y Diego Luna, participantes de la exitosa "Y tu mamá también". En este caso, el film nos cuenta el ascenso y caída de dos hermanos, Tato (Bernal) y Beto (Luna), quienes son sacados de su modesta vida de la mano de un túrbio mánager argentino (interpretado por Guillermo Francella) que recorre el país mexicano en busca de posibles figuras a las que descubrir y sacar partido de su posible éxito.

De todas formas, aunque hay secuencias más bien dramáticas, el tono que predomina en el film tiene un aire más bien cómico, alentado por la entonación del narrador de la historia que el es el propio mánager de ambos hermanos. Cuarón pretende dar una versión muy particular y "a la mexicana" del llamado "american way life". Aunque también se podría aplicar a cualquier país sudamericano, e incluso el nuestro, en el que el deporte ocupa una parte importante en el modo de vida y es visto como una vía para llegar a la fama y por tanto hacerse ricos. Es interesante como el film nos cuenta las dos formas diferentes que tienen ambos hermanos de encarar la fama. Para Tato, el cursi, en realidad es un vehículo para dar rienda suelta a su verdadera pasión que es cantar rancheras, mientras que para Beto, el rudo, en principio es utilizado para ayudar a su familia, aunque muy pronto sus nuevos ingresos irán destinados a los juegos de azar.

En el fondo no deja de ser la típica historia de ascenso fulgurante y caída igualmente fulgurante, pero visto desde el prisma mexicano. Cuarón tira de tópicos tanto de lo que les sucede a ambos hermanos cuando están en primera línea (mujeres, gastos ostentosos, vicios) como de la forma que tienen de malograrlo, demostrando que es más fácil llegar a la cima que mantenerse en ella. En este film es casi más importante lo que no se dice que lo que se dice. Y esto lo comento como principal demérito de la película. Cuarón podría hablar de las condiciones de vida cercanas a la miseria de muchos sus compatriotas, de la avidez por ganar dinero por el medio que sea, de la trastienda que rodea a un deporte como el fútbol (apuestas, extorsiones, presiones para colocar a tal o cual jugador, comisiones, etc). Pero todo esto queda contado de forma marginal y muy en segundo plano por parte de un Cuaron más preocupado de mantener el film en niveles modestos (apenas vemos escenas de fútbol, excepto de forma puntual), centrándose mucho más en los personajes.

Y es que lo mejor del film está en la excelente sintonía entre Gael García Bernal y Diego Luna, ambos excelentes y sería difícil escoger entre ambos registros. Aquí está precisamente el "gancho" para atraer espectadores a las salas de cine. También es cierto que para espectadores no mexicanos será complicado entender los diálogos entre ambos actores, pero esto no debe desmerecer un film modesto, un tanto blando en sus planteamientos, pero agradable de ver.