22 balas (El inmortal)

Como siempre tenemos una brillante actuación del genial Jean Reno que aunque creo que ser mafioso no es el tipo de papel más acertado para su estilo, lo ha bordado como hace en todos sus papeles. Criminal mafioso con sentimientos, honor y sin piedad. Pese a la contradicción estamos ante una buena realización, con acción digna de las mejores peliculas de Hollywood y una estupenda fotografía arropada con una historia, aunque algo vista, nos entretiene y nos sorprende con un final que muchos espectadores queremos ver respecto a un criminal, que al fin y al cabo no es mala persona.

No cuenta nada nuevo esta historia de mafias y ajustes de cuentas entre bandos de la mafia, con la diferencia que nos encontramos ante una producción francesa con mafia francesa.
El argumento no deja de ser algo que se ha contado en innumerables ocasiones, lo fácil que es entrar en el mundillo del crimen organizado y como cuesta llegar a desvincularse del mismo.
De no ser por la participación de Jean Reno en el papel protagonista, la calidad del producto se hubiera resentido mucho, pero las expresiones, la intensidad que transmiten las miradas y gestos de Jean Reno elevan la categoría del producto.
Logrando hacer creíble un personaje conocido por todos como El Inmortal, que tras su expresión pacifica, esconde la capacidad de resultar el criminal más frió de Francia.
La historia posee escenas de impacto visual contundente y algún que otro momento estelar protagonizado por el protagonista, anunciando a sus enemigos que cuando menos se lo esperen encontrarán la muerte en sus manos.
Dentro de la trama, en algunos momentos sobran algunas historias secundarias, que llegado el momento desaparecen, puesto que realmente no aportaban nada nuevo, pudiendo haber sido eliminadas, haciendo que el metraje de la historia hubiera sido mucho más conciso.
De todas formas y a pesar de no dejar de ser la tradicional historia de venganzas, sangre y crimen, posee una garra visual que engancha.

22 Balas - El Inmortal es una película de venganza, de la mafia, de ajustes de cuentas y de principios morales. Desde su inicio te atrapa y una vez te ha atrapado, no te suelta hasta el final. Jean Renoir era un capo mafioso que dejó atrás su vida delictiva y decidió comenzar una nueva vida. Sin embargo tras recibir 22 balazos en el cuerpo y sobrevivir, buscará ajusticiar a quienes decidieron borrarlo del mapa.

Así empieza este thriller que meterá tensión hasta el final y que recordará las luchas internas de la obra maestra "El Padrino" (Mario Puzzo) entre las familias mafiosas. Todo ello con una narrativa intensa, sin dejar ningún cabo sin atar y con una banda sonora emocionante.

El realismo impera en la forma de las mafias marsellesas, que no eran, ni de lejos, tan fuertes como las de Nueva York y Chicago. Así transcurre esta obra genialmente realizada y cuidada en todos sus aspectos, con un Jean Reno tan sublime que llega a recordar a su gran interpretación en "El profesional, León". Kad Merad tampoco pierde atención en éste filme y cumple perfectamente con su papel de policía.

En fin, acción a raudales, suspense, una trama que, aunque ya se ha visto en bastantes películas sobre la mafia, no pierde su encanto, y un final que deja al espectador con muy buen sabor de boca.

Peculiar filme (como todas las francesas) que pese a tener un argumento mil veces visto en las películas gringas se las arregla para ser impactante. Desde la brutal escena de las "22 balas" hasta cuando "El Inmortal" va consumando su venganza esta película mantiene al espectador enganchado y sorprendido, pese a haber visto unas 100 más con esa trama antes.
Jean Reno es un actor impresionante, los demás (que no los ubico) también están bien. Está correctamente filmada y con un guión sólido. Aunque lo que nunca olvidaré son los balazos, todos los que aparecen en la película. Son los balazos más bonitos que he visto en una película, nada que ver con las balas y chicha CGI chantas de los gringos.

Totalmente recomendable.

Me ha gustado a pesar de su mal doblaje, con lo cual chirriaba un poco. A mí de Jean Reno me gusta su aspecto grandote y el hecho de que sea hijo de padres gaditanos (se llama Juan Moreno). Podrá ser mejor o peor actor, en eso no me fijo cuando lo veo; yo veo un tío que se esfuerza en hacerlo bien y con dignidad. Marsella también forma parte de la película y su fotografía en colores opacos es esencial y muy bien utilizada para darle la ambientación de ocaso, de acuerdo con los personajes.