El terror llama a su puerta

Otra supuesta película de culto. Para que esto fuese cierto, no estaría de más que el producto tuviese algo de calidad, cosa de la que ¨El terror llama a su puerta¨ carece por completo. Un filme que dura 78 minutos y tarda 70 en arrancar, nada menos. La historia está de sobras trillada, no hay terror en ella ni tan siquiera algo que se le parezca un poco.

Los homenajes son burdos, consisten en filmar en blanco y negro la parte ambientada en los 50 y darle apellidos de reputados directores del cine de terror de los ochenta a los protagonistas (Cronnenberg, Raimi, Carpenter). Vamos, muy cutres, esto no me parece ninguna genialidad. Es evidente que no tenían mucho presupuesto, por lo que puedo perdonar esa horrible fotografía y los paupérrimos efectos especiales, lo que no le paso es que no ofrezca nada a cambio, los asesinatos son de lo más light, cada vez que parece que va a haber una escena interesante con las babosas, el chucho o el psichokiller del hacha te la cortan de golpe para ponerte discusiones chorra entre los personajes. Todas se quedan en meros esbozos de lo que podrían haber sido, incluido el climax final del que yo esperaba mucho más, vale que tiene un aire a lo Braindead, pero le falta tensión, muertes explícitas, más humor negro...

Solo se salva un poco la banda sonora y las frases del policía interpretado por Tom Atkins, lo mejor del filme sin duda y el único personaje salvable.

Si lo que buscais es una parodia del género o una cinta de zombis distinta a lo que venía siendo habitual en los 80, yo os recomiendo las muy superiores ¨El regreso de los muertos vivientes¨ y "Muertos y enterrados".

Floja y decepcionante

Cuando una comedia de terror no provoca ni miedo ni risas, es que algo ha salido mal. Concebida para ser disfrutada con la mente muy abierta (o, directamente, desconectada) y para ser olvidada en cuanto se termina de ver, sólo la reciente sublimación de la serie B ha podido encumbrar este supuesto divertimento sin aspiraciones casi a la categoría de película de culto. Y, oye, que viva la libertad de culto, que cada uno rinda pleitesía a lo que quiera, faltaría más, mientras no nos intenten hacer comulgar a los demás con sus gustos.

El caso es que la película no está del todo mal, e incluso se ve con simpatía, aunque no pasa de ser una de tantas del mismo estilo, dirigida a un público juvenil sin muchas pretensiones. Pero desde que Tarantino empezó a ensalzar las "pequeñas joyas" escondidas entre las series B y Z de su videoclub, las películas de culto han empezado a proliferar como hongos, y cualquier mediocridad, preferiblemente de los ochenta, cuenta con multitud de fanáticos rendidos a sus pies.

En la mejor época del terror, nacieron películas como esta, una mezcla entre ciencia ficción, comedia y terror que hacia las tardes mucho mas agradables.
Buenos efectos especiales, original historia y actores que gracias a estas cintas son clásicos del género.
Para quienes amamos la década dorada del terror.
Lo mejor: Esa mezcla de humor y terror con la sencillez.
Lo peor: Que no se hagan hoy dia cintas como esta.
Conclusión: Gran película, recomendable para los amantes del terror clásico.

Fred Dekker es un guionista y director de breve trayectoria, sin embargo recordada, especialmente para el seguidor de cine fantástico de serie B. En 1986 llegó un éxito de taquilla escrito por él, House: Una Casa Alucinante, a la que le seguiría ese mismo año su debut como director, El Terror llama a su Puerta, y un año después Una Pandilla Alucinante, ambas películas consideradas de culto por muchos. Tras escribir Agente Juvenil (con el terrible Richard Grieco) y el entretenido thriller Ricochet (con Denzel Washington), puso fin a su carrera cinematográfica con Robocop 3, tan mala que desde entonces a nadie le ha dado por querer continuar la saga del policía robot (hasta 2013). La película que me ocupa es su debut, El Terror llama a su Puerta, también conocida como Night of the Creeps.

1959. Un peligroso artilugio extraterrestre cae en la Tierra, siendo encontrado por un adolescente que es atacado por una babosa que se encontraba en el interior y que se introduce dentro de su cuerpo. Veintisiete años después, Chris (Jason Lively) y C.J. (Steve Marshall) son dos estudiantes freaks que tratan de entrar en la fraternidad Beta para ligarse a una chica, el requisito para ser seleccionado es hacer una prueba: traer a la puerta de la hermandad un cadáver. De busca por un hospital, dan con una sala donde se encuentra criogenizado el cuerpo del chico de 1959, el cual dejan en libertad, creando una serie de catástrofes.

Alienígenas, zombies, babosas y psicópatas a las puertas del baile de fin de curso, una combinación difícil de ver en la misma película, y sí, El Terror llama a su Puerta es tal película, un cruce a medio camino entre el cine fantástico de los 50/60 con el terror que se llevaba en los 80 con directores como Romero, Carpenter, Dante, Landis y Cronenberg. De hecho, posiblemente como homenaje, todos los personajes del largometraje tienen el apellido de estos realizadores, y de todos ellos hay un poquito en la cinta de Dekker.

No hay un gran guión, tampoco grandes interpretaciones, y la dirección no pasa de ser justita (por el minuto 70 uno empieza a tener ganas de que se acabe la película), nada de ello una objeción para disfrutar con esta modesta serie B repleta de sangre, muerte, (buenos) efectos especiales y humor (divertido el personaje del detective encarnado por Tom Atkins en este apartado), aspectos que era fácil encontrar en el cine de terror ochentero al que pertenece tanto esta como otras propuestas menores similares: The Blob, Critters, Muerte a 33 r.p.m, La Puerta, Granja Maldita...

Perfecta para ver en una doble sesión 'Grindhouse' con Slither (La Plaga) de James Gunn, la acompañante idónea dado el parentesco entre ambas. Yo pagaría por ello.

Me gusta esta película. La idea es muy sugerente y divertida, pero Fred Dekker creó un producto torpe, a veces lento y tosco. Los actores no acaban de dar la talla, sí quizás el protagonista, pero todo parece rezumar un aire cansino, a veces forzado. Le falta fuelle, y lo mejor sin duda es la presencia de Tom Atkins. Le quitan a esta película su interpretación y se queda en un producto mucho menor. Imfumable la secuencia del perro que cruza la carretera, el chofer del autobus aparece en un plano como un muñeco al que se le hinchan los ojos como globos...