Medidas desesperadas

Entretenida pero inverosimil hasta decir basta. Andy García sigue siendo el caracartón de siempre pero Michael Keaton salva la película en su encarnación de psicópata asesino, quien a pesar de ser un criminal de primer nivel, en el fondo tiene su corazoncito (y se puede ver en algunas escenas). En la gran pantalla he visto criminales mucho más infames que este (Kevin Spacey en Seven, J.T. Walsh en Breakdown, Michael Rooker en Henry: retrato de un asesino, Benoît Poelvoorde en Ocurrió cerca de su casa, David Hess en La última casa a la izquierda, Andrew Robinson en Harry el sucio, Barry Foster en Frenesí, los 2 chavales de Funny Games....etc).

El jodido niño por cierto es cargante de cojones (el hijo de Andy García, quien además en el doblaje en castellano tiene la misma voz que el chaval que fue capaz de arruinar una peli de Star Wars, Jake Lloyd en La amenaza fantasma... jejeje ¡PATÉTICO!).

Buenos secundarios como el británico Brian Cox (¡el Hannibal Lecter original en el Manhunter de Michael Mann!), Marcia Gay Harden (Mystic River, Space Cowboys) y el orondo e inconfundible Richard Riehle (El fugitivo, El corredor de la muerte, Casino de Scorsese) completan el reparto.

En cuanto a la película en sí, me gustó especialmente la secuencia final, ya que yo personalmente acabo cogiéndole simpatía al personaje de Keaton, que no al de Andy García. La verdad es que la secuencia final acaba por dejándole a uno en la incertidumbre, dando la oportunidad al espectador de opinar libremente sobre si el personaje de Keaton, dado su estado, logra finalmente o no su propósito. Como digo es un final abierto a distintas opciones.

En lo relativo al doblaje en castellano, me pareció una cagada enorme la elección de voz para Andy García.... Por razones que se desconocen, decidieron prescindir del gran Pedro Molina (el doblador habitual de Andy García desde los tiempos de Los intocables de Eliot Ness en 1987, además tanto actor como doblador nacieron en el mismo año, 1956) para meter con calzador a Salvador Vidal...... que como todo actor de doblaje, tiene sus limitaciones y a contracorriente de lo que puedan pensar las distribuidoras y majors su voz no siempre encaja con cuaquier actor (caso de Andy García).

Muy bien Juan Carlos Gustems como Michael Keaton (quien además ha doblado a dicho actor en catalán en numerosos títulos como Batman, Batman Returns y Beetlejuice, entre otras).

No es el único film que nos presenta a una familia en la que el padre se ve obligado y es capaz de hacer todo lo que haga falta por ayudar a su hijo con un problema médico. Ahí está la estupenda "John Q" y la mucho más desconocida "Inhale". Pero esta lucha entre Andy García y Michael Keaton es anterior a las mencionadas, y el tema médico es tan solo una excusa para una persecución de acción en la que el malo, precisamente, no puede morir.
Así que la premisa es bastante interesante, con unos actores de primera fila que creo que no habían coincidido antes, en un enfrentamiento de personajes con carisma, algo parecido un poco a lo que vimos en "Cara a cara", pero sin el derroche de acción de John Woo, claro.
De hecho, esta película realmente tiene pocas escenas de acción. Y lo que tiene es bastante convencional, sin que exista ninguna secuencia verdaderamente espectacular.
Más bien lo mejor es el duelo interpretativo, y ver cómo el protagonista lo pasa bastante mal a la hora de intentar resolver esta situación. Pero hay películas con psicópatas como este, que están bastante mejor. Eso sí, hay que reconocer que Keaton hace muy bien de malo.
Es de esas que se valoran mucho mejor si solo se ven una única vez, pues pierde mucho en los revisionados.

Aunque no aparece nunca en las quinielas de nadie, es la típica película que te sientas a ver cuando la emiten por televisión. ‘Medidas desesperadas’ es una película de lo más disfrutable, como lo eran la mayoría de los thrillers de los años 90, muy representante del cine de aquellos años, que partía de una trama sencilla que iba complicando gracias a llevar a sus personajes a situaciones límite.

Así, encontramos aquí a un solvente Andy García dando vida al sufrido cabeza de familia, detective honorable que busca desesperadamente un donante de médula ósea para su hijo, que está bastante malito. La única persona que parece ser compatible es un “figura” de cuidado, un psicópata interpretado por Michael Keaton. Un preso que verá cómo le brindan la posibilidad de huir de la prisión antes de la operación.

Porque si amigos, ya habíamos visto al amigo Keaton disfrutando mientras hacía de villano en, por ejemplo, ‘Beetlejuice’, pero es que aquí tiene cancha para hacer lo que le venga en gana y, así, prepara un lío de tres pares de narices en el hospital. Los dos intérpretes principales funcionan muy bien, uno como contrapunto del otro.

En la vida real, al personaje de Andy García se le habría caído el pelo solo con haber planteado la situación, pero esto es cine amigos, lo que nos da pie a un intenso e entretenido thriller que no da un segundo de respiro al espectador en una persecución que no sabes en ningún momento cuando va a terminar.

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