Algo pasa con Mary

Para una generación es una cinta mítica (y un empujón para explotar el "boom" de Cameron Díaz). Inolvidable el gag del "fijador" de pelo. Los personajes son personas mayores pero que se han quedado en los 15 años en cuestión del amor y no saben qué hacer para captar la atención de Mary. Peli digna de tener en tu colección de cine

Porque para que salgan a la pantalla películas así... En fin, las hay peores, eso también es verdad. Pero es que aparte de lo mona monísima que es Cameron Díaz la película tiene poco más.

Es la típica comedia en la que se suceden uno tras otro una serie interminable de gags que se supone que son graciosos y que incluso te hacen sentir mal si no te ríes, tan claro te ponen el chiste. Hay veces en que el humor tan simple; la risa tan... por que sí, no hace ni pizca de gracia.

Reconozco que hay algunos que sí pasan una leve sonrisa, y desde luego no es tan mala como para salir de la sala pero, la verdad, una cosa es una película sin grandes pretensiones y otra muy distinta es una película en la que se toma al espectador por becerro.

Ya he comentado otras veces que algo empezó a cambiar en la segunda mitad de los 90. Es como si se tratara de un enorme edificio, o mejor, una presa, que tras varias muestras de resquebrajamiento, llega un momento en el que estalla y el agua se desborda destruyendo todo lo que encuentra a su paso. A partir de aquí, mediocridad en el cine y en otros sitios. Llega 1998 y, en este caso, un torrente de ordinariez reprimido durante años explota dejando una huella permanente. Luego vendría la saga de American Pie, la primera de 1999, y una legión de películas de mal gusto, hasta el punto de que uno se acerca asustado hacia cualquier cosa que huela a comedia o romance, pero creo que la primera que levantó la veda fue "Algo pasa con Mary". De acuerdo, fue un gran éxito de taquilla seguramente por el morbo de ver esas 3 o 4 cosas "tan fuertes" que salían.

Para que os deis cuenta de lo que digo, unas cosillas. Peter Farrell debutó en el cine dirigiendo "Dos tontos muy tontos" (1994), un trabajo tan desternillante como de un humor limpio. Cuatro años más tarde, se destapa con este esperpento. Compárese que si en 1998 "Algo pasa con Mary" fue la 4º película más taquillera en el mundo, en 1994 la que ocupaba esa posición era otra comedia pero de un humor de lo más inocente: "La Máscara". Por cierto, la 6º fue otra comedia, "Los picapiedras" y la 7º, "Dos tontos muy tontos". Por otro lado, la famosa escena relacionada con el tupé de de Cameron Díaz fue pensada por Kevin Smith para "Mallrats" (1996) pero los estudios la eliminaron por considerarla de mal gusto. A todo esto, hay algún momento en el que te ríes (ese perro), que es cuando se olvidan de lo obsceno, pero aún así el film es claramente insuficiente.

La verdad es que la película es muy entretenida y tiene unas escenas en las que me he reído a carcajada limpia (como la pelea contra el perro y la reanimación del mismo), y las demás aunque no han sido tan descacharrantes, por lo menos, me han provocado una sonrisa. Lo que no me ha gustado de la película es que al final se descubriera que estuviera detrás de Mary todo el mundo. No sé, me parece demasiado poco creíble. Además, lo raro que son algunos personajes como Buggy, la vecina de mary o el pizzero no me ha agradado mucho, sinceramente. Sin embargo, a pesar de esto último que he dicho, me parece una comedia muy recomendable que debería ser de obligado visionado si quieres pasar un buen rato y echarte unas risas.

Vuelta de tuerca sorpresiva del humor escatológico que impera por temporadas en el cine norteamericano blockbuster: El soleado entorno de Miami es una mera anécdota para el desfile de una serie de estrafalarios personajes con un objetivo común: follarse a una rubia extrañamente tonta dedicada al golf, jogging, cotilleos, playa, cócteles, coches y a trabajar de vez en cuando, para que no se note que es hipermegapija. Ése es el estilo de vida de la ciudad de Horatio Caine.

No es que entusiasme mucho la interpretación de Stiller o Díaz,a pesar del espectacular físico de la última; pero la nota final sube mucho gracias al extraordinario papel de Matt Dillon, una especie de Torrente a la americana, deliciosamente mentiroso, estafador, taimado, manipulador... Por cierto, en la época en que fue rodada la película, este actor consiguió liarse con Mary en la vida real.

Excelente banda sonora, con temazos de power-pop entre los que destacan "Everything shines", "If I could talk I'd tell you", de The Lemonheads, "Is she really going out with him", de Joe Jackson (1977) y "Built me up buttercup", de The Foundations. Por otra parte, las apariciones de Jonathan Ritchman con su guitarra, aderezando interludios de la película, son muy resultonas y surrealistas. Lástima del doblaje penoso ¡del cantante!, por Dios, esto hay que dejarlo en versión original y poner subtítulos.