Boys Don't Cry

Estamos ante una película de Kimberly Peirce que plantea una temática casi tabú en la historia del cine; el tema del travestismo y fallidas identidades sexuales. Aquí se intenta plantear con relativa seriedad la difícil y compleja temática de la identidad sexual y los problemas que ello conlleva

Es una película dura. Ya desde el principio se empieza presentando la difícil vida de una chica que quiere ser un chico. Las circunstancias de su vida; una vida inestable, sin trabajo, sin apoyo familiar... agravan la situación. En una juerga nocturna conocerá a un grupo de amigos a los que les oculta su verdadera identidad de chica, y comienza propiamente la trama de la película cuando se enamora de una del grupo.

Es una película que habla de las malas amistades, del fracaso, de las ilusiones, de la soledad... Es un drama en sentido estricto que se basa en un hecho real. Lo más incomprensible de la película es la violencia gratuita que se sale hasta de la historia, como por ejemplo toda la del episodio final.

Los personajes de esta película son personas perdidas, sin rumbo, sin un claro referente en sus vidas, a excepción de la protagonista que, dejando de lado la imposibilidad de su deseo, sabe lo que quiere. El gran problemas de los personajes de esta película está en no asumir lo que se es, y es esa no aceptación la que les lleva a un camino sin retorno.

Una estremecedora y conmovedora película que te mueve los sentidos y que desemboca en un final que te pilla por sorpresa, doblemente sobrecogedor ya que sabes que está basado en hechos reales.
Me parece una interesante ópera prima, con algún que otro fallo en la dirección, pero con un guión muy bueno (en ocasiones se hace monótono, pero bueno...) y su gran baza: las interpretaciones de las dos actrices principales, Hilary Swank, sorprendente y totalmente convincente en su interpretación de Brandon Teena y Chlöe Seigny, una grata sorpresa que no vió su mérito reconocido con el Oscar, que le ganó mi "amada" Angelina, pero como no he visto "Inocencia interrumpida" no puedo juzgar.

Mi nota: 7,7.

Cuando termine de verla, me quedé con la sensación de qué a esta historia se le puede sacar mucho más partido (ej: Brokeback Mountain), y más sabiendo que está basada en hechos reales.
Y es que la película, que está bien, es entretenida, el/la protagonista hace un gran papel..., pero la película carece de profundidad psicológica, y eso que la mayoría de los personajes en si, son muy interesantes, con conflictos de identidad, familias rotas, drogas, alcohol, maniáticos..., al final resulta un poco simple y efectista.
Una lástima, no por lo que es, sino por lo que pudo haber sido.

Película dura, lenta, larga (el ritmo baila junto con el guión), violenta tanto en las formas como en el fondo. Extraños flashbacks que se anticipan.

Buenísima la mirada de "Lana", la única que vé y siente al chico que lleva dentro nuestra prota. Miradas expresivas: pasión, curiosidad, miedo, Amor... siempre en un tono de madurez moral superior al resto de su familia.

Quiero creer que el prototipo de: delincuentes, bebedores, fumadores, habladores de monosílabos y por tacos, violentos, cerrados e ignorantes, son la minoría, la excepción; dejémoslo ahí.

Fui consciente de mi progresivo aburrimiento hasta la gran escena de la conversación familiar en casa de Lana y su familia; despues de aquello, hay un cierto decline a peor a mi gusto. Que este o no basado en hechos reales, para mí, ni le pone ni le quita nada.

Por momentos es un cielo de película, por momentos un infierno...

Hilary Swank ganó su primer (y merecidísimo) Oscar por esta película, en la cual encarna a un joven muchacho preso en el cuerpo de una mujer. Basada en una historia real, Boys Don't Cry es un crudo drama que habla sobre la identidad y la aceptación (de uno mismo y de los demás), realizando un feroz retrato de la intransigencia y del miedo a lo diferente. La película nos introduce de la mano de Swank y Sevigny (ambas excelentes y entregadas por completo a sus personajes) en un mundo marginal, de delincuencia, violencia y confusión sexual, aunque también en una atípica, pero no por ello menos eficaz y bella, historia de amor.

No, Boys Don't Cry no es otra película de denuncia social, en parte por la puesta en escena de Peirce, quien consigue que nos involucremos sobremanera en las desdichas de nuestra protagonista sin necesidad de caer en tópicos o en vacuos sentimentalismos. Es decir, lo hace sin dulcificar un relato que se presenta doloroso y que no puede (ni debe) mostrarse de otra manera. Mención especial merece su potente clímax final, un tour de force tan asfixiante como agotador, pero, sobre todo desalentador. En definitiva, una película dura de necesidad que debería servir para remover conciencias.