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Recuerdos del ayer

7,2
4.182
Animación. Drama. Romance Taeko Okajima es una joven que pide permiso de vacaciones para poder regresar a su casa de Yamagata, el pueblo de su cuñada, y donde vivió los momentos más felices de su vida. En el transcurso de su viaje a la granja de sus familiares y a su posterior estancia, Taeko irá recordando su pasado, mientras vive intensamente su presente, sin saber muy bien qué hacer con su vida. (FILMAFFINITY)
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Críticas 26
Críticas ordenadas por utilidad
27 de diciembre de 2018
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Volver para atrás y mirar nuestra infancia es a menudo la mejor manera de dejar de lado los problemas cotidianos, viajar al pasado, al colegio tal vez, aquel lugar en el que la felicidad nos invadía sin saberlo. Me rindo, ante una película que es capaz de ofrecer en imágenes un proceso tan habitual y cotidiano en el ser humano como es recordar pero que a la vez es tan complicado de transmitir. No hay nada más bonito y a la vez, creo que debido a que es algo tan personal e íntimo, puede que sea una de las cosas más complicadas sobre las que escribir, hablar o en este caso filmar. Nos pasamos la vida recordando, pero hacerlo ver... no creo que haya muchas cosas más complicadas.

Precisamente por esa dualidad, su incuestionable poesía siendo un proceso tan complejo, la película brilla por la facilidad con la que fluye. Tomando a una mujer adulta en apariencia hecha y derecha nos trasladamos a su infancia con una normalidad precisa y preciosa. Ella aparenta ser alguien con las cosas muy claras hasta que llegamos al tramo final de la película en el que como colofón se nos insinúa un futuro sentimental que empieza precisamente cuando acaba la película. Para entonces ya tenemos clara la bondad de todos, conocemos la vida en el campo, lo que significa la naturaleza... y gracias a los recuerdos muchas más cosas que harán que aparezca una sonrisa incluso para los que no somos muy seguidores del género. Yo me he tenido que rendir...

Y sí, es lenta, no aparecen fantasmas, animales del bosque que hablan y se transforman, no hay acción y sigue siendo de la misma productora japonesa... Y es buena...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Luisito
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13 de abril de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El estudio Ghibli tiene dos leyendas como directores de muchas de sus obras: Miyazaki y Takahata. Muy diferentes a primera vista, pero en realidad son las dos caras de la misma moneda de la genialidad. Miyazaki ha primado las historias con acción, más internacionales y con un mayor contenido de fantasía. Takahata, por su parte, es mucho más "japonés" en sus películas, sus películas son más pausadas y la fantasía está menos presente. Por su puesto, hablo de líneas generales, pues Takahata tiene obras más fantásticas y con más acción (Pompoko) y Miyazaki más realistas y pausadas (El viento se levanta). No obstante, el caso es que Miyazaki es más fácil entendible en el extranjero, mientras que Takahata es más local... en apariencia.

Y es que Takahata nos presenta en esta "Recuerdos del ayer" una historia que, en realidad, se puede entender en cualquier cultura. Una mujer joven, Taeko, decide pasar unas vacaciones en el campo, para ayudar en la cosecha del cártamo y, sin que lo pueda evitar, eso le hace reevaluar su vida, a partir de sus recuerdos de cuando tenía 10 años.

Todo se hace de un modo muy natural. Los espectadores impacientes pueden confundir esta naturalidad con lentitud y con ausencia de un guión ordenado, pero Takahata no busca ese tipo de película. Lo que busca es mostrar ese proceso de evaluación inconsciente. Para los que tengan paciencia, se encontrarán con una película llena de pequeñas pinceladas, divertidas algunas, otras más serias, pero todas emotivas. Ayuda mucho a crear esa emoción la magnífica música y los impresionantes escenarios; los de la niñez con bordes difuminados, fondos de acuarela, los de la edad adulta llenos de preciosos detalles del entorno rural.

Para el público japonés, ver esta película debió ser como para los españoles ver el primer capítulo de la serie "Cuéntame", por la multitud de referencias culturales de la niñez de Taeko en 1966. Algunas son más internacionales (los Beatles, las minifaldas), pero otras, como los programas infantiles son muy locales... y sin embargo, tienen un componente universal que las hace parecer como un tesoro que perdiste y que has recuperado de modo milagroso. Eso sí, a diferencia de la serie española, muestra una familia japonesa, pero sin pretender ser representativa de nada, ni hacerla partícipe de todo lo que sucedía entonces en Japón. Esa falta de pretensiones la convierte en más real. Lo más curioso es que, al ser la cinta de 1991, y al desarrollarse la acción del "presente" de Taeko a comienzos de los años 80, también esa parte ahora está impregnada de nostalgia por un pasado lejano.

Un pequeño análisis más profundo de la película, sin demasiados destripes, en la zona spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
artabro
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12 de noviembre de 2015
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque sea de animación los que llevamos ya varias películas de Ghibli, que no todas aunque esa es mi meta, el verlas todas, he de decir que no son películas para niños aunque muchas tengan momentos encomiables de valorar en el género e infantiles. Sus películas dan un giro de tuerca a veces a historias que ya conocemos como puede ser Pocahontas o La sirenita en el caso de Mononoke y Ponyo. En esta ocasión evitamos la fantasía y el surrealismo para ver una conmovedora historia sobre el cambio, la madurez, el amor, el desamor pero sobretodo Recuerdos del ayer gana enteros en la parte flashback narrada por la protagonista donde cada espectador o al menos yo se identificará constantemente con la pequeña protagonista en las escenas de colegio con sus compañeros y compañeras que resultarán entrañables como divertidas. Si es cierto que la parte adulta se me hizo más pesada y que la duración mucho no ayuda pero a los adultos les encantará más que a los niños, más que nada porque es bastante realista y emotiva. Los tópicos se los salta y si se para en ellos es para darle un giro al asunto. Es una película preciosa pese a su exceso de duración y que siendo dos mitades en sí, gane la de flashback pero si ganase la de la protagonista en adulto estaríamos ante una posible obra maestra. Buena.
StarNine27
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3 de julio de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El poder de "Recuerdos del ayer" es que consigue que el espectador reflexione también, a la vez que la protagonista, en su propia infancia, en la luz de aquellos años que casi siempre son felices (incluso los recuerdos relacionados con la vergüenza o alguna pequeña discusión). No aspira a un sentimentalismo fácil, ni llorica, pero solo la manera de narrar, solo las expresiones faciales, los momentos dulces del pasado, pero también los crueles, hacen que veamos solo veracidad en sus sentimientos. Viendo los dibujos de Takahata, meditamos acerca del peso que tiene el pasado, más del que creemos o nos gustaría, en nuestro presente y en las decisiones que tomamos cada día. Takahata funde pasado y presente porque, en el fondo, son la misma cosa: la propia vida, entendida como un ente lleno de matices.
gpiqueras
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18 de febrero de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Takahata era un genio absoluto, menos prolífico que Miyazaki, pero cuyas mejores obras están al mismo desorbitado nivel que las del maestro Hayao.

Recuerdos del ayer quizás sea la gran joya escondida de Ghibli. Es de esas obras maestras del estudio cuyo visionado te conecta durante dos horas con las partes más puras de tu alma, te abre los ojos, te sientes comprendido y reconfortado. Tu existencia y la vida cobran sentido ante una obra artistica de esta envergadura. Es para mí la película con una representación de la infancia mas precisa jamás realizada. Y la elegancia y plasticidad con la que está plasmada es sencillamente irresistible. La paleta de colores es de una finura y una belleza magníficas. Todo es sutil y vibrante al mismo tiempo. Todo es imaginativo, divertido, inteligente, desprejuiciado y sincero. Las escenas de la infancia contrastan con las de la vida adulta, menos estilizadas pero con momentos de pura poesía.

Por si fuera poco el final es de los más hermosos y conmovedores que nunca he visto. Una obra absolutamente sublime.
Pabloody
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