Justa venganza

Película de Philippe Martinez, aunque comenzada por Ringo Lam, en la que fue su (pequeña) última colaboración con Van Damme es una historia de venganza típica aderazada con elementos orientales como la mafia china, peleas, tiroteos, persecuciones y una escena de tortura que pone la piel de gallina. Inmersa en un caso de inmigración ilegal china, la esposa del protagonista, Ben Foster, agente de inmigración, será asesinada y su hijo secuestrado por las triadas chinas, dirigidas por el gran actor hongkonés Simon Yam, lo que provocará su sed de venganza contra este. Ayudado por sus antiguos compañeros de la mafia marsellesa, Foster escarbará en el sub-mundo de la mafia china hasta dar con el peligroso líder pasando por encima de quien haga falta, de nuevo, y como no, ofreciendo una ración de golpes nunca vistos y haciendo gala de una de las películas más sanguinarias del belga, además de una interpretación muy cuidada, cosa que siempre se le podrá agradecer a Van Damme, sus ganas de progresar.

Buena cinta donde Van Damme únicamente hace lo que se le pide, entretenernos con buenas escenas de acción. Lejos quedan ya "Soldado Universal" o "Kickboxer", pero más no se le puede pedir a una estrella que cada vez más, anda en decadencia. Ésta cinta al menos está bien, ya que otras casi de las últimas de Van Damme casi ni se puede decir eso.

Mi cerebro me jugó una mala pasada y no asocié la cara de Van Damme de nuevo milenio. Me puse a ver la película y pensaba que era de principios de los 90, por razones que ahora saldrán a la luz, y encontré en ella cosas bastante buenas.

Y es que esta Justa venganza tiene cosas buenas, tiene una intención de hacer cosas diferentes, y mostrar un Van Damme un poco más metido en emociones que en pegar patadas redondas. Los primeros planos, algunas secuencias paranóicas e interpretaciones un poco mejores dan suficientes razones para ver la película.

Ahora bien, el hecho de que sea de 2004 cuando parece de finales de los 80/principios de los 90 dice mucho de la realización, y no hablemos ya de la postproducción. Las canciones y, sobre todo, las horribles cortinillas entre escenas, matan todo lo demás. Si no os importa demasiado encontraréis una película decente para los estándares del cine de acción.

Van Damme es el rey de las películas de acción, pero eso ya lo sabía, por lo que no ha sido una sorpresa... Lo que sí me ha sorprendido es el trabajo del director Philippe Martínez, positivamente, muy positivamente, tanto en las escenas de acción como en las demás. Pero no cabe duda de que en este tipo de películas lo que destaca mayormente son las escenas de acción, y esta tiene de la buena, espectaculares escenas, chulísimas, pero aparte de las escenas de peleas y disparos, las de coches y motos que también hay por ahí están muy chulas también. Jean-Claude está más que decente en su interpretación, por más que lo critiquen a mi no me parece mal actor. Gran entretenimiento que se pasa volando y que a los amantes de las películas de acción les encantará, y los incondicionales de Van Damme (entre los que me incluyo) disfrutarán como niños.

La esposa de Ben Archer (Jean Claude Van Damme), Cynthia (Lisa King), quien trabaja para el “Servicio de Inmigración y Naturalización” (INS) como trabajadora social lleva a su casa una niña china que llego en un barco con otros indocumentados.

Esto les cuesta la vida a la esposa, familiares y amigos de Archer, ya que la mafia china anda detrás de esta niña. Ahora Archer llevara a cabo una venganza sin misericordia contra los asesinos de su esposa.

Jean Claude Van Damme sigue mejorando en sus actuaciones, los papeles con toques dramáticos los está dominando muy bien. En el film “Derailed” (2002) hizo de padre protegiendo a su familia, en “In Hell” (2003) pierde a su esposa y en este film combina ambos factores. Van Damme es muy expresivo en sus personajes cuando requieren el toque dramático.

¿Y con respeto al golpe de Van Damme en su frente? Este aparenta haber sido un golpe muy fuerte, con la consecuencia de una pequeña fractura en el hueso.

Para finales de los 80s y principios de los 90s, Jean Claude Van Damme gozo de una enorme popularidad, pero cayó en el olvido y ahora se dedica a producciones de bajo presupuesto “direct-to-video”. La película tuvo un presupuesto de $14 millones y generó $10,5 millones por la venta de alquiler en los videoclubes.