El acusado

La sentencia final, 5 años de prisión suspendida para Alexander. En caso de reincidencia cumplirá en la cárcel la totalidad de la pena.

Lo peor, sin duda, el final, donde pierden la neutralidad e intentan hacernos ver a una chica versada en temas sexuales como una estupida profunda durante mucho tiempo y, sin ser sometida a ningún tipo de forzamiento, ser incapaz de expresar, de algún modo, un rechazo, o irse, o decir simplemente No.

Ella no se sintió tanto violada sino más bien engañada, que se había aprovechado de ella, esperaba que él fuera más tierno, que se comportase de otra manera, más cariñosa. Como no lo puede denunciar por eso (la amoralidad es difícil de juzgar) apela al abuso sexual. Las motivaciones y actos de las personas suelen ser mucho más complejas que las explicaciones posteriores que están dispuestas a dar sobre ellos, y en una sociedad que es enseñada a regirse por modas y etiquetas que tienden a generalizar y a ser parciales, los criterios para determinar lo que es realmente justo o no se ven adulterados.

Aunque me voy a contradecir, el chaval en realidad sí se aprovechó de la inexperiencia de la chica para salirse con la suya, lo que pasa que el despecho de la chica fue tan grande que lo quiso castigar de alguna forma. No lo habría hecho de forma consciente ni intencionada, pero sí la hizo daño. (Yo reconozco que no sabría juzgarlo, cometió un error, ¿le jodemos de por vida? ¿O le perdonamos?) Ahí es cuando cobra fuerza la necesidad de una correcta educación sexual (pero de la buena, nada que nos degrade ni enfrente más todavía, como lo pueden ser las políticas feministas de hoy día que enseñan a condenar de antemano al hombre como ejercicio de sororidad) para que la gente, sobre todo en los años mozos, aprenda a tratarse de una forma correcta y con respeto, sin intereses (políticos, gubernamentales) de ningún tipo de por medio.

No está ligado con la trama principal, pero vemos como el padre del chico se acuesta con una becaria, pasan treinta meses y... tienen un hijo y viven juntos. A la mañana siguiente de haber pasado la noche entre las sábanas la becaria trataba de excitarlo, puesto que el veterano seductor no conseguía empalmarse. Hasta que al final sí, logra poder penetrarla, la chica pone cara de disgusto, pero... viven juntos, tiene la vida solucionada. Una sutil crítica a ciertas relaciones sexuales y lo que pueden buscar algunas mujeres, reflejo directo de la desigualdad económica en la que vivimos. ¿Quién es el culpable? ¿La pérfida y astuta mujer o el sistema que brinda tanto poder y oportunidades a unos y tan pocas a otros?