La distancia

Iñaki Dorronsoro ha realizado la que probablemente sea mejor película de cine negro español desde "La caja 507", aunque de calidad inferior a ésta. Lo mejor del film es el guión, que narra una historia en la que intervienen personajes clásicos del género: boxeadores, prostitutas, criminales y policías corruptos. La trama está bien llevada, con un ritmo adecuado que va desentrañando poco a poco el hilo argumental principal, insertando ciertos momentos de boxeo en los que se ha buscado más la espectacularidad que el realismo, aunque sin pasarse, lo cual da cierta emoción al film. Lamentablemente, lo peor de toda la producción es el protagonista, lo que hace bajar bastantes enteros el caché de la película; hablamos de Miguel Ángel Silvestre, un actor que demuestra escaso talento interpretativo, con una actuación excesivamente melancólica y poco creíble de un boxeador que tratará de redimirse de crímenes pasados. Por si fuera poco, su personaje no está bien definido, dejando algunas lagunas importantes sin resolver. Al menos el resto del reparto sí está a la altura, destacando José Coronado en un difícil rol de policía corrupto que además debe lidiar con su condición de homosexual. También merecen mención Lluís Homar, un cínico policía que trata de resolver un crimen bastante enredado y Federico Luppi, un entrenador de boxeo que verá puesta a prueba su integridad moral. A pesar de la torpeza y poca credibilidad de Silvestre y un par de fallos de guión, podemos decir que "La distancia" es una buena película, además de entretenida, que nos ofrece la siguiente pregunta: ¿por qué el cine español no se dedica más a este tipo de productos en lugar de destinar tanto esfuerzo y recursos a películas made in Santiago Segura?.

La distancia, del debutante Iñaki Dorronsoro, fue aplaudida hace un par de años como un thriller solvente con un interesante planteamiento argumental y dramático. Acompañada por actuaciones sólidas, en especial José Coronado, La distancia hace gala de una historia sórdida, dura, narrada con mesura y sentido del equilibrio, a pesar de que la trama parece enrevesarse demasiado para lo que finalmente es. La dirección de Dorronsoro merece destacarse por su solidez, su sencillez incontestable y su sobria factura, sin hacer alarde de efectismos innecesarios y siempre al servicio de la historia que está narrando.
Los contras son los de muchas de las películas españolas: la vocalización es pobre, muchas veces se nos escapan ciertos diálogos. Un buen ejemplo es Luppi, al que no le discuto nada como actor, pero en esta película no se le entiende ni la mitad de lo que dice. Este asunto de los diálogos siempre parece ser una deuda pendiente del cine español.
Por lo demás, La distancia, sin ser perfecta, es una buena opción para los que gusten del thriller con ribetes dramáticos. Una historia sobre el dolor y el desarraigo protagonizada por perdedores en busca de una buena razón por la que vivir.

Película mas que correcta, y además, el ser española y de este género le añade un punto a su favor. Empieza un poco lenta, rara y un poco confusa, la historia con la chica la hace poco menos que una película común, pero con el paso de los minutos la película empieza a mejorar y a ponerse interesante, hace que te sientas cada vez mas intrigado por la trama y con ganas de saber mas. En definitiva, buena película, entretenida y que te deja con buen sabor de boca.

Sorprendente película española de intriga, casi desconocida para el público. Recientemente fue estrenada en televisión, concretamente en "Versión española" de La 2.
Tengo que decir que me gustó bastante y por supuesto me sorprendió, te mantienes en tensión hasta el final, aunque tenga sus altibajos, pero también los tienen muchas de las superproducciones americanas.
Las interpretaciones bastante buenas, a excepción del protagonista, Miguel Ángel Silvestre, bastante inexpresivo. El ambiente de atmósfera oscura muy bien logrado.
Películas así si que merecen que las apoyemos, entretienen, están bien logradas y se nota que el director, desconocido, y el reparto se lo curran.

Es extraño que una película tan coherente, equilibrada y bien filmada como esta haya pasado desapercibida no sólo en la ceremonia de los Goya, casi siempre reacios a verdaderas muestras de talento e innovación, sino también entre el público de a pie, indiferente al muy competente registro noir que acomete el debutante Iñaki Dorronsoro en su primer larga duración.

En mi modesta opinión triunfa por tres motivos: uno (el principal), cuenta con unos personajes atractivos dentro de su condición de arquetipos que, además, están muy bien interpretados por sus respectivos intérpretes; dos, sabe captar perfectamente el tono idóneo para presentar el relato, gracias a una buena labor de iluminación y una dirección imaginativa que no escatima contundencia en la escenas más violentas; y tres, ofrece una historia que, pese a excesos colaterales de guión, se muestra siempre más sustanciosa de lo que parece a simple vista, culpa de nuevo de esos personajes llenos de matices y dobleces y de un ritmo narrativo impecable.

Si tuviera que englobarla en una corriente o línea determinada lo haría en la que inauguró (y casi sin continuación, por desgracia) Enrique Urbizu en la estupenda La caja 507. Es decir, un cine imponente, sobrio y realista, atento a los modelos cinematográficos que toma de base pero sin plegarse del todo a ellos ni dejarse llevar por el golpe de efecto o la hipérbole expositiva. El resultado es muy superior a la fallida Segundo asalto, que parte prácticamente de los mismos elementos, y también me resulta más estimulante que la apreciable pero imperfecta AzulOscuroCasiNegro, cinta esta cuyo éxito unánime no termino de comprender. ¿De verdad es para tanto? En fin, pequeña, sombría y recomendable.

Lo mejor: su solidez, en todos los niveles.
Lo peor: tampoco es que sea el colmo de la originalidad.