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Orgullo y prejuicio

Romance. Drama Las cinco hermanas Bennet han sido criadas por una madre obsesionada por encontrarles marido. Pero una de ellas, Lizzie, inteligente y con carácter, desea una vida con perspectivas más abiertas, un anhelo respaldado por su padre. Cuando el señor Bingley (Simon Woods), un soltero rico, y su círculo de sofisticados amigos se instalan en una mansión vecina para pasar el verano, las Bennett se entusiasman con la posibilidad de encontrar ... [+]
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Críticas 214
Críticas ordenadas por utilidad
8 de noviembre de 2008
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Orgullo y Prejuicio”, es una película que no desmerece nada de tal excelente novela escrita por Jane Austen, en cuanto a sonido, reparto, actuación, diseño, interpretación, adaptación a la época y un sin fin de destacadas cualidades.
Una historia de drama y romanticismo que cautiva, que no permite distracción distinta a ella y de sorpresas, un desenlace que, no previsto, deja una grata sensación de buena inversión en tiempo, incluso para quienes prefieran películas de otro género.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Flavia
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24 de mayo de 2018
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Toda una sorpresa que un miércoles después de la media noche, pongan esta película en A3. Una historia de amor de cuyo origen esta en la literatura inglesa de principios del siglo XVIII.
La película esta llena de costumbres muy anticuadas para nuestra época. El cortejo, los matrimonios de conveniencia e incluso por dinero, las reverencias, la educación, las diferencias de clases y el papel ornamental de las mujeres.
Algunas cosas no han cambiado tanto, y por encima de todo el amor, un sentimiento irracional que lleva a quien lo padece a hacer locuras por las que merecerá la pena vivir.
Este película aborda el tema del amor verdadero frente a el amor por interés, por dinero. Mucho mas mundano este segundo. Tenia una frase Baudelaire muy ingeniosa sobre este tema.

Unas buenas interpretaciones, Keira Knightley y su cara angelical es la rebelde de la familia, la romántica, y la más elegante por su naturaleza. Con una rapidez en sus respuestas y una inteligencia que hacen dudar al mismo Darcy, si el orgullo es un defecto o una virtud.
Su hermana mayor Rosamund Pike esta bellísima en esta película y hace el papel de hermana guapa a la perfección y se compenetra muy bien con su hermana mas pequeña, teniendo las dos papeles opuestos.
El actor ingles Matthew Macfadyen hace un buen papel de rico aristocrático ingles, tieso como un palo y romántico incurable.
Brenda Blethyn hace un papel de odiosa mujer, madre interesada en casar a sus hijas al mejor postor, al mejor precio. Ni siquiera imagina que alguna de sus hijas podría querer otra cosa que no fuera cazar a un marido.
Donald Sutherland esta genial en el papel de Señor Bennet, me ha recordado mucho a Manuel, el papel que interpretó Fernando Fernán Gómez en Belle Époque, de Fernando Trueba. Una de las mejores películas de cine español que no tiene nada que envidiar a la historia de Orgullo y prejuicio. De hecho es mas fresca, divertida y original Belle Époque.
A destacar el papel de Judi Dench de la viuda rica Lady Catherine de Bourgh, un papel determinante para entender la historia y para entender las diferencias sociales.

Algunas frases bonitas, amor sincero, elegancia, esta cinta lo tiene todo para ser un clásico de las películas románticas que tanto nos gustan a ambos. Pero aunque la historia de amor tiene los obstáculos necesarios para hacer que el amor sea mas fuerte y mas desesperado, creo que es por la música, mucho piano pero una banda sonora fácilmente olvidable. Me quedo con La edad de la inocencia, con Cumbres borrascosas o con Las amistades peligrosas. Quizás porque todas ellas tienen finales infelices, pero como cantaban los segovianos Sonrisa Vertical, el amor con dolor es siempre mucho mejor.
pikuet
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17 de noviembre de 2022
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos ante la que es probablemente la mejor adaptación cinematográfica de una novela de Jane Austen (pues ni "Emma" (1996), ni "Sentido y sensibilidad" (1995), ni "Mansfield Park" (1999), ni "Amor y amistad" (2016) llegan a esta altura de despliegue audiovisual y honor al material literario original). Joe Wright brilla en este debut para la gran pantalla con un film purista y clásico, pero de excelente factura.

Pues la puesta en escena ofrece un despliegue de escenarios tan esplendoroso como absorbente. Resulta muy fácil perderse en esos palacios nobiliarios, en esas vetustas casas de piedra y en esos frondosos jardines y paisajes sublimes. La dirección artística es todo un dechado de virtudes, con una cinematografía para enmarcar (valga la redundancia), con unos decorados ampulosos acordes al lenguaje rebuscado de sus personajes, con una composición apolínea de sus elementos escénicos, con un vestuario y un maquillaje magníficos, y con una fotografía que mima al milímetro su confortable mezcla de colores, resultando todo este dechado de virtudes en una inmersión bucólica para el espectador y en un regalo para la vista en todo momento durante el metraje.

El estilo plástico de "Orgullo y prejuicio" es tan memorable como triunfal. Y la realización de Wright no se queda corta con unos planos medios y unos planos secuencia verdaderamente lucidos. "Orgullo y prejuicio" es una obra pictórica en movimiento al nivel de "Brokeback Mountain" (2005), "Braveheart" (1995) o la trilogía de Peter Jackson de "El Señor de los Anillos". Otra cosa muy diferente es que su premisa y desarrollo estén al mismo superlativo nivel del despliegue audiovisual aportado. Ya les adelanto que no es así.

Y es que estamos al fin y al cabo ante una novela de Jane Austen para lo bueno y para lo malo. Y esto es una novela rosa, con melodramas y melomanías varias (sí, admito que la novela rosa no es mi género favorito literario y mis derroteros van más hacia la inadaptación de personajes a lo Pío Baroja o hacia la literatura de fantasía). La autora de Inglaterra desplegó grandes virtudes con unas historias de amor efectivas con ciertos misterios y secretos por desvelar respecto a sus protagonistas, y con unos personajes constreñidos a la época del siglo XIX con todo lo que ello implica. El libreto de la novelista Deborah Moggach resulta tan fiel al material original como digno hacia el romance de época que presenta el producto cinematográfico, sin embargo no puede evitar caer en bastantes instantes en el tópico, en la caricatura o en la unidimensionalidad.

No me malinterpreten, de tanto en cuanto resulta de lo más satisfactorio evadirse de los problemas reales y verdaderos con personajes cuya única ocupación en la vida sea contar las veces que los hombres entran a su puerta para pedirles la mano de su hija, cuyos dramas de lloriqueos se limiten a si un familiar les ha deshonrado casándose con alguien que no es de su misma clase social, y cuya rutina consista en asistir a fiestas y a leer bajo los mantos del campo. Es agradable escapar con tal eficacia como lo logra "Orgullo y prejuicio". El problema viene cuando se busca algo más que unos personajes limitados y hasta irreales en su humanidad (el personaje de Brenda Blethyn se lleva la palma en ese sentido. Resulta absurdo que nadie le haga reaccionar. Desde luego la actriz irlandesa hace malabares con él y al menos lo solventa con oficio), en ese caso no se puede evitar comparar la cinta con otros romances de época como "Carol" (2015), "Belle" (2013), "Brokeback Mountain" o la propia "Expiación" (2007) del mismo Joe Wright (su mejor película hasta la fecha) con personajes menos pomposos, más humanos, más francos y más multifacéticos.

Es esa la gran losa de "Orgullo y prejuicio": su limitación a la hora de desarrollar y pulir a sus personajes con mayores dimensiones y madurez, algo que se pudo hacer en un largo de más de 2 horas de idas y venidas (nunca mejor dicho) entre sus parejitas. ¡Pero claro!, entonces no se hubiera respetado tanto la novela de Austen y desde luego a los más puristas no hubiera convencido. Desde luego la cinta se hace completamente indispensable a todos los fans de los romances de época en pantalla, para el resto de público adulto es recomendable sin más. Un entretenimiento ajustado gracias a su depurada puesta en escena, pues la cinta posee un ritmo activo, unas actuaciones precisas (los actores jóvenes encajan como guantes en sus roles. Keira Knightley, Rosamund Pike, Matthew MacFayden, Jena Malone, Carey Mulligan, Simon Woods... todos ideales a pesar de haber tenido mejores materiales en los que desplegar su talento) y un grano a recordar gracias a sus elegantes fotogramas y banda musical clásica. Pero desde luego no es "Elizabeth" (1998), "Belle", "La favorita" (2018), "Mujercitas" (2019), "María, reina de Escocia" (2018), "Ammonite" (2020), "El secreto de Mary Reilly" (1996), "La chica danesa" (2015), "12 años de esclavitud" (2013), "Lejos del cielo" (2002) u otras cintas de época con mayores vicisitudes, honestidad y hondonadas. "Orgullo y prejuicio" se queda más bien en un "Australia" (2008), "La feria de las vanidades" (2004) o "La duquesa" (2008).

Lo mejor: Su fotografía.
Lo peor: Su guion en ciertos puntos muy arquetípicos y garabateados.
Spark
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13 de diciembre de 2022
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La vida de Jane Austen y sus obras han sido y serán versionadas eternamente. Parece que la temática "austenite" es una tendencia que siempre vuelve. El amor y el desamor es un juego tan antiguo cómo el aire que respiramos.

Sin intención de meterme en temas que no me incumben, el romance en la época de la Regencia era un truco para enamorarse y casarse. El matrimonio es un negocio, una inversión, una empresa que hay que escoger de la mejor manera posible para vivir una vida tranquila y si puede ser obtener un buen estatus.

Me gusta como muestra la situación de la mujer en esa época, sus pocas libertades y sus limitadas posibilidades respecto a los hombres y lo dice de manera clara. Tener cinco hijas es cómo una maldición porque tiene que casar a todas y encontras buenos partidos o maridos ricos que permitan seguir viviendo cómo aristocracia silvestre.

Obviamente buenos peinados; buen maquillaje; buen vestuario; buena ambientación; buenas interpretaciones y grandes e icónicas escenas de baile. Buen libro y buena película.


Momento favorito: La última escena...
Momento dudoso: La amistad de la amiga de la protagonista...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Eugenio Manrique
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28 de octubre de 2019
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Orgullo y prejuicio es la adaptación de la novela homónima de Jane Austen, publicada en 1813. Sobre si es fiel o no con respecto al libro no puedo opinar, porque, que recuerde, no lo he leído, de modo que me limitaré a dar mi opinión de la cinta. Tengo que aclarar que no acostumbro a ver películas de tipo romántico como esta, y eso puede haber condicionado mi valoración final del producto. Sin embargo, intentaré ser lo más objetivo posible.

En primer lugar, las actuaciones son bastante buenas, en especial dos: la de Keira Knightley y Judi Dench, sin desmerecer la de Donald Sutherland. Knightley fue nominada, de hecho, al Óscar por su papel, aunque al final fue Reese Witherspoon quien se alzó con la estatuilla por su papel en Walk the Line. Su trabajo me parece fantástico. El del otro protagonista, Matthew Macfayden, también es bueno, pero no me termina de llegar de la misma forma que el de la actriz. De todos modos, creo que el reparto está a la altura en su conjunto.

Algunos han dicho que la fotografía de esta película es muy bonita, y no lo niego, pero considero que hay que dejar las cosas claras: no es nada del otro mundo. He visto bastantes películas (El Renacido, o Gravity, o Coco) en las que este aspecto está mucho más trabajado. Lo que sí hay que reconocerle a Orgullo y prejuicio es la atención al detalle en los vestuarios y caracterizaciones de los personajes, como no podía ser de otro modo, por otra lado, tratándose como se trata de una historia de hace casi doscientos años.

Un punto negativo que no puedo dejar de mencionar es la duración de la película, que sobrepasa las dos horas por poco. Entiendo que esto se debe, al menos en parte, a la necesidad de dar cabida al material de la novela original, pero a mí se me ha hecho un poco pesada por momentos, aunque no he llegado a aburrirme demasiado. Simplemente, como ya comenté, no es el tipo de cinta que suelo ver. En contraposición, el director maneja la cámara a su antojo, de manera sublime, y querría destacar en especial la escena del baile, al comienzo de la historia.

Con relación a los personajes, sobresale el protagonismo de las mujeres, rasgo característico, por otro lado, de las obras de Austen. Aquí el personaje protagonista se contrapone a su madre y a la mayoría de sus hermanas. Mientras ella permanece independiente y mantiene su propia identidad, las demás desean con toda su alma encontrar a un hombre rico gracias al cual poder tener una vida agradable y cómoda. La única persona que apoya a Elizabeth, que así se llama el personaje de Knightley, parece ser su padre, interpretado por Donald Sutherland, que para mí siempre será (sintiéndolo mucho) Coriolanus Snow, el villano de Los juegos del hambre. Me fascina, a propósito de este actor, su versatilidad, pues Snow y el personaje que encarna aquí difieren en muchos más aspectos de los que coinciden.

Para terminar, tengo que decir que la banda sonora, aunque no es antológica, ni marcará un antes y un después en el modo de entender la música, sí resulta muy apropiada para el tono y el contenido de la historia, y contribuye sin duda a crear la atmósfera adecuada y típicamente romántica en el sentido literario de la palabra, que hacía alusión al desbordamiento de las emociones y al predominio de estas sobre la razón. Por último, el título resume a la perfección los grandes pecados de los protagonistas: ambos son orgullosos (sobre todo el señor Darcy, al que interpreta Matthew Macfadyen) y tienen prejuicios sobre el otro.

En suma, Orgullo y prejuicio, de Joe Wright, es una buena película, principalmente por su historia y algunas de sus actuaciones, pero no se la puede catalogar como "obra maestra" ni de lejos, pues no resulta excelsa en ningún ámbito más allá del puramente sentimental, y puede llegar a aburrir en determinados momentos, además de ser, en general, bastante predecible. La recomiendo solo si os gusta este género o si habéis leído la novela y tenéis curiosidad por verla. También, claro está, si os encanta Keira Knightley. Más allá de eso, no merece tanto la pena. Es probable que en unos días apenas me acuerde de ella, y esa es, para mí, y por muy subjetiva que sea, la auténtica prueba de que una película es buena con mayúsculas.
jorge84cine
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