El tren de las 3:10

En esta película se le dá mucha importancia al tema de “la moral": un saqueador y asesino ( Ben Wade), un granjero pobre y de mala fortuna, que estuvo en la guerra entre el Norte y el Sur, donde perdió una pierna (Dan Evans), un representante o dueño de los Ferrocarriles del Pacífico que pierden mucho dinero por los saqueos de Wade, un veterinario que a veces tuvo que oficiar de médico cuando no había otra cosa para salvar alguna vida, Un cazador de recompensas pero con un estricto código para diferenciar lo que está bien de lo que está mal, y el más pestilente de todos, uno de los acreedores de Evans que no podía pagar sus deudas y participó en el saqueo e incendio de su establo. Cuando apresan a Wade estas personas en lugar de ajusticiarlo deciden exponer sus vidas para llevarlo a abordar un tren que a las 3.10 lo llevaría a la prisión de Yuma.
En todo el trayecto uno va viendo cómo cada uno va saldando una cuenta pendiente, en algunos casos justamente y en otras no.
El tema es que entre el “asesino saqueador” y el “hombre ya sin identidad” diezmado por la pobreza, su incapacidad física, una esposa que poco puede hacer, un hijo adolescente que quisiera ver en su padre a un ganador y lo que ve es a un hombre que lucha con molinos de viento, porque lo está perdiendo todo, se produce cierta empatía. Evans nunca sucumbió al objetivo de ese viaje: subir a Wade al tren de las 3.10 aún cuando le ofrecieron la suma equivalente a la que cobraría. El carisma de Wade lograba cosas impensables, Evans era un francotirador de primera y tenía otra característica: no abandonaba sus objetivos, él mismo confiesa que no es obstinación, además tenía un peso más: un hijo de 14 años que tenía que reivindicar la figura de su padre, y al mismo tiempo se convirtió en hombre a los 14 años. Wade y Evans eras brillantes en los que hacían, de todas maneras en algún momento de confesiones mutuas puede verse el costado flojo de cada uno..hasta en eso pudieron sellar su empatía.
El Villano y Perverso Charlie Prince se ocupó de dejar en esta película un sabor amargo