Blue Valentine

Buena película, que plantea una angustia que podría no tener fin y ser peor, pero estuvo bien, no es necesario ahondar más, aunque no me hubiera importado que retorcieran más la ruptura. Quizás el personaje femenino no este muy dotado de elementos para profundizar, quizás no sea más que otra historia contado por un hombre, con su visión de las cosas, en una sociedad dominada por el pensamiento masculino, quizás por eso no hubo un paso más.

El amor entendido como aquello que simboliza esperanza, felicidad pero también sacrificio y sufrimiento. Retrato del amor en sus fases, entendiéndolo como sentimiento puro y como mero compromiso si no se mima con el paso del tiempo. Una bella película imprescindible para aquellos que concebimos idílicamente este sentimiento.

Una bella historia de amor desgastado, llena de sueños e intenciones nobles que se desgastan acumulando numerosos desencuentros. Con una presentación simultánea de presente y pasado, Derek Cianfrance nos presenta un film intimista, con un reparto excelente y unos protagonistas a quienes empiezas a querer desde el comienzo.

Interesante, elegante, atrevida, elegante, inteligente, poderosa, intensa, contundente, confusa, arrebatadora, emotiva, certera y apabullante reconstrucción y seguimiento de las fases surgidas y vividas en una relación de pareja con sus subidas y descensos por la monotonía de la vida.
Gran trabajo de los protagonistas, Ryan Gosling y Michelle Williams, , con unas interpretaciones dignas de aplauso con las que consiguen dar sentido a una historia que podría ser demasiado simple, pero que consigue tener toques geniales al jugar con las etapas de la vida de una pareja común.
Gran trabajo interpretativo, para una historia sencilla y efectiva que consigue funcionar gracias al manejo inteligente de los tiempos y distribuciones de los momentos de la pareja. Gran selección musical y correcta banda sonora que como la película, sin contar nada excepcional, consigue dejar ideas y mensajes claros.
La película está bien, pero puedo decir que no es de las que vaya a volver a ver.

Opera prima de Derek Cianfrace, este melodrama de tono costumbrista y estética "indie" aparece con una composición sólida desde lo formal, en casi todos sus aspectos. Gosling y Williams (su belleza y frialdad compiten mano a mano) tienen la química adecuada para encarnar una especie de sinfonía sobre la degradación del amor de una joven y agraciada pareja. La fotografía soporta ese tono amargo y lánguido que intenta transmitir el film; además, hay un uso preciso y funcional del flashback como herramienta que compone el relato, que a su vez es aprovechado para introducir giros dramáticos de manera eficaz, y logra así mantener el interés sobre la resolución del conflicto. Tal vez el guión resulte un tanto endeble en función de lo que promete desde un principio, y de lo que finalmente termina concretando, y la idea de "manifiesto generacional" resulte un tanto trillada y poco solvente a la hora de la verosimilitud. Pero si la idea es que, aunque doloroso, las vicisitudes del amor valen la pena ser vividas, entonces el saldo es ampliamente favorable.