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El amanecer del planeta de los simios

Ciencia ficción. Acción Tras la aparición del devastador "virus de los simios" desarrollado en un laboratorio y que casi acabó con los humanos, un grupo de simios muy evolucionados, capitaneados por César, se han convertido en la raza dominante del planeta. La única amenaza para su desarrollo la representa un grupo de seres humanos que han sobrevivido al virus, al que ahora son inmunes. Los hombres necesitan la energía de una presa cerca del asentamiento de lo ... [+]
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Críticas 230
Críticas ordenadas por utilidad
19 de julio de 2014
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Antes de empezar a repartir loas a este trabajo, me gustaría que nos pusiéramos en antecedentes:

-J.J. Abrams, el actual chico mimado de Hollywood, produce una película inspirada en el subgénero japonés de monstruos “a lo Godzilla” llamada 'Cloverfield', conocida en España como 'Monstruoso'. El marketing dinamitó nuestras mentes con la coletilla “del creador de 'Lost'” como si nada o nadie importase más que él. La labor de dirección se la encomendó a un semi-desconocido en las pantallas grandes, Matt Reeves, y el resultado fue una más que entretenida cinta de monstruos muy por encima de las dos adaptaciones norteamericanas de 'Godzilla'.

-2011. Se estrena la osadía de una precuela sobre un clásico del cine de ciencia-ficción, con el añadido de haber sido maltratada por las consecutivas secuelas y enterrada por el remake de un Tim Burton nada lúcido en aquella ocasión. La película, contra todo pronóstico, es un justo homenaje a la obra original, 'El planeta de los simios', y una acertada dirección de Rupert Wyatt.

-Dejan cabos sueltos para una posible continuación de 'El origen del planeta de los simios', si los productores lo desean. Rupert Wyatt cede el testigo a Matt Reeves; dudas en torno a si dejar morir en paz la saga ahora que ha sido el legado bien parado o asumir el riesgo de profanar por enésima vez el cadáver y puede que para destruirlo para siempre. Matt Reeves tiene la papeleta más dura, el honrar a un título clave del siglo XX y enfrentarse a las comparaciones con esa precuela/reboot que dejó tan buen sabor de boca a todos. Resultado, y parafraseando a Todd McCarthy de ‘The Hollywood Reporter’: “En los anales de las secuelas, El amanecer del planeta de los simios es a 'El origen del planeta de los simios' lo que fue 'El imperio contraataca' a 'La guerra de las galaxias': es mucho mejor”. Para qué andarse con rodeos si un hombre lo ha descrito de forma maravillosa en tan pocas palabras.

Situado en lo que parece ser 10 años después de la amenaza bacteriológica que acabó con la mayoría de la especie humana, César(Andy Serkis) y su grupo de simios siguen conviviendo alejados de todo rastro del hombre, hasta que Malcolm (Jason Clarke) y un reducido grupo de hombres llegan a sus tierras en busca de una presa con la que abastecer de energía a lo que queda de la ciudad de San Francisco. Esta aparición genera africciones entre los humanos y los simios.

A partir de esta introducción la película nos sumerge en una reflexión sobre el respeto entre diferentes razas – en este caso, tomando como uso las dos especies para tal idea-, el uso tan poderoso como maquiavélico de la demagogia, y por supuesto las consecuencias de la guerra, en la que todos, absolutamente todos, pierden. Es en su mayoría un guion muy elocuente en la que esta fábula, representa lo peor de nosotros mismos. Aquel que busque un mensaje sugestivo en una película palomitera, está de enhorabuena. Y para colmo, la acción, por fin, resulta BELLA para el ojo humano. Es decir, esa violencia y situaciones que uno degusta cuando ve a James Cameron en su mejor estado de forma -'Aliens', 'Terminator 2'- o a Michael Mann en sus balas disparadas con estilo durante sus filmes. Estamos hartos de CGIs cutres que en 10 años darán vergüenza o que traten al espectador como a un chimpancé sin la cepa del virus. En esta, no. Ya puede Michael Bay mostrar la mayor tecnología de píxeles muertos en la próxima entrega de 'Transformers' que no logrará lo que consigue Andy Serkis y los encargados de “vestirle” con los efectos digitales: que llegue.

Véanla en la pantalla más grande, con las gafas 3D, y siéntanse a gusto porque 'El amanecer del planeta de los simios' evoca a otras épocas donde nos llegaba cine comercial de calidad. Y sobre todo, sean testigos de la proclamación de Matt Reeves como nuestro César del cine palomitero. Su hogar es este, las superproducciones. Y el futuro, a sus pies.


http://fila7.mandapelotas.es/2014/07/19/el-origen-del-planeta-de-los-simios-hogar-futuro/
ScUdDeTtO
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20 de julio de 2014
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Al final vamos a tener que dar las gracias a Tim Burton por su pésimo remake de "El Planeta de los Simios" en 2001, un sonoro batacazo que hizo plantearse a la 20th Century Fox, propietaria de la franquicia, abrir una nueva vía de interés a un producto devaluado y casi condenado a la extinción.

Lejos queda aquella saga de cinco títulos, iniciada con la cinta original, rodada en 1968 por ese gran artesano, injustamente olvidado, que era Franklin J. Schaffner, virtuoso de los acabados luminiscentes. Un film que contenía uno de los finales más contundentes de todos los tiempos, y que acabo degenerando en secuelas de regreso, huida, rebelión y batalla a principios de los 70, todas ellas cintas ingenuas, con sus habituales mensajes ecológicos, tan de moda por aquella época.

Es así como llegamos al momento actual, y a la sorpresa que supuso ese origen del planeta de los simios, estrenado en 2011, un trabajo que aunaba con habilidad los elementos que la formaban como película, intensificando el valor de su propuesta con un desarrollo visual y narrativo muy convincentes.

Los éxitos exigen continuidad, el cine a fin de cuentas es un negocio, y ese origen también gusto mucho a la audiencia, que siempre es soberana, por lo que era inevitable contar con una secuela, llamada a ocupar posiciones destacadas entre los taquillazos más sonoros de la temporada estival.

Dejando a un lado las cifras, lo que realmente importa de este nuevo amanecer es su calidad como producción cinematográfica, y su lógica comparación con su antecesora, con la que pierde gran parte de ese factor sorpresa que tanto ayudo a vigorizar el poder de la apuesta. Por suerte, los acabados técnicos se mantienen intactos, gracias a una continuidad en el uso maestro del CGI, perfectamente combinado con el sistema de captura de movimientos, que deja unos resultados muy concluyentes a la par que deslumbrantes.

Si a ello unimos una dirección artística bastante esmerada, que presenta una ciudad de San Francisco sumida en un deseable caos post apocalíptico, y la siempre estimulante partitura de ese genio de la composición llamado Michael Giacchino, podemos concluir que los apartados técnicos de la cinta rayan nuevamente a un nivel muy superior a la media, al menos respecto a lo que se espera en este tipo de producciones.

Del argumento, reprochar ese tufillo familiar que desprende ese enfrentamiento entre simios y humanos, donde los villanos son seres amargados y solitarios, podridos por el rencor y la venganza, y los héroes protegen los valores y la seguridad de su prole, todo muy políticamente correcto y excesivamente estereotipado.

Concluyendo, este nuevo trabajo, cuyo responsable es Matt Reeves, no supera las esencias de ese origen filmado por Rupert Wyatt, solo resulta por momentos más espectacular, pero también es más artificioso, pese a su esfuerzo por resultar contenido, algo que no la convierte, por mucho que algunos se empeñen en lo contrario, en un título memorable.

Un argumento que tampoco debe ser esgrimido para obviar sus virtudes, casi todas localizadas en el plano estético, es por eso, que resulta muy fácil abandonarnos en esa entretenida fantasía de diseño que proporcionan sus imágenes, y mientras nos preparamos para la guerra, quizá baste con decir aquello de "Al César, lo que es del César", para justificar su concurso.



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alcaide
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20 de julio de 2014
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Interesante y curiosa, la filmografía de Matt Reeves asume el riesgo de mantenerse firme en el terreno de la relectura, la secuela o el remake. El autor de la –incomprendida y notable- versión norteamericana de esa obra maestra del cine de terror contemporáneo que es DÉJAME ENTRAR, del sueco Tomas Alfredson, parece sentirse muy cómodo aceptando proyectos que surgen al amparo de éxitos precedentes.

Hace tres años Rupert Wyatt, mediante EL ORIGEN DEL PLANETA DE LOS SIMIOS, era capaz de estimular un impecable acercamiento a uno de los clásicos de la ciencia ficción de los años sesenta, EL PLANETA DE LOS SIMIOS, de Franklin J. Schaffner, título que había sido víctima de una evidente degradación en las cuatro posteriores secuelas firmadas hasta el año 1973 y de una infausta remodelación perpetrada por el título que, sin duda, marca el lastimoso declive de Tim Burton. Wyatt, lejos de intentar un remake al uso, proponía una precuela que situaba su autonomía narrativa en los hechos anteriores a la trama argumental desarrollada en el film original protagonizado por Charlton Heston. Esta aportación dirimía un hallazgo magnífico que se convertía en la causa principal del fuste, la garra, la singularidad y el atractivo de ese viraje hacia el origen: la gestación, el contacto y el descubrimiento de la furia de un personaje tan grandioso como el simio César.

Desde ese punto de vista, cabe decir que la operación emprendida por Reeves en esta EL AMANECER DEL PLANETA DE LOS SIMIOS no desmerece en modo alguno con respecto a la anterior porque tiene muy en cuenta tanto la importancia de ese personaje como el hecho de que éste ya no puede reportar la sorpresa aprovechada en el precedente: el espectador que acude a esta secuela conoce de sobra las características que deslumbraron en 2011. El guión del film que ahora nos ocupa urde su estimable entramado de acontecimientos siendo consciente de esta salvedad, de ahí que desde muy pronto intente proponer una serie de elementos que le reportan la mayor parte de sus logros al disponer que el reencuentro con la figura de César no sea, obsesiva y pacatamente, el único polo de interés sobre el que va a gravitar el film.

La primera de estas nuevas disposiciones tiene que ver con la demarcación espacio-temporal elegida para encuadrar la historia. Un efectivo prólogo apuntala la aniquilación humana que principiaba en la conclusión de EL ORIGEN DEL PLANETA DE LOS MUERTOS. Rápidamente, mediante una espléndida secuencia inicial desarrollada en un ambiente forestal que no va a ser abandonando en todo el metraje nada más que en momentos muy puntuales, se le apercibe al espectador de dos ideas fundamentales: primero, han transcurrido diez años con respecto al final del episodio anterior; segundo, la evolución de la inteligencia de los simios es más que evidente. La capacidad de César ha generado un grupo animal bien organizado, capaz de establecer diálogos entre ellos, de escribir, de asentarse como tribu y de defenderse como grupo. El meollo narrativo principal lo generará la aparición de un grupo de humanos supervivientes a la gran pandemia que viven ocultos entre los restos de la ciudad de San Francisco y que necesitan poner en funcionamiento una presa que hay justo al lado del asentamiento en el que se hallan establecidos los simios. Los recelos entre los dos bandos no tardarán en producir conflictos, traiciones y violencia.

Producto consciente en todo momento de su naturaleza de transición y por lo tanto episódica (nos hallamos frente al segundo capítulo de una trilogía), EL AMANECER DEL PLANETA DE LOS SIMIOS asume este menoscabo con una honestidad no muy frecuente en producción de similar contingencia. Reeves apura con eficacia varias ideas escénicas de partida: la prestación de los parajes selváticos y de los urbanos completamente derruidos pero cubiertos de un espesor forestal tan frondoso como desesperanzador, una cierta estructura de western emplazada por detalles como las luchas a caballo, como las incursiones en territorio enemigo o como el aire de fuerte asaltado que tiene el recinto en el que se esconden los humanos (de alguna forma los simios simulan indios tratando de defender su espacio de la amenaza del hombre blanco y de sus armas), y el cuidado tanto en la mostración de la violencia (primacía del cuerpo a cuerpo que brinda el protagonismo de las criaturas animales) como en la justificación de la misma.

Con todo, hay un apartado contra el que la habilidad escénica de Reeves nada puede hacer y que deviene el mayor lastre de toda la impecable función: la exigua entidad con la que vienen ornamentados todos los humanos. El afán por establecer una simetría de conflictos en ambos bandos lleva a la convocatoria de personajes tan mal desarrollados como el hijo de Malcom o sus ayudantes en la expedición hacia la presa. Más aún si tenemos en cuenta que para tratar de no agotar en demasía la figura de Cesar, el guión sí tiene la soberbia habilidad de situar frente a éste la figura del que, sin duda, es el mejor personaje de toda la película: Koba, ese simio conflictivo, que no olvida la escabechina que los humanos cometieron con su cuerpo (esa cicatriz en la cara) ,que es leal a su señor, pero que no es capaz de asimilar su trato condescendiente y tolerante para con el grupo de humanos que llegan a su reducto.

De factura técnica irreprochable, narrada con un sentido del ritmo efectivo, indesmayable, atento tanto al desarrollo de la acción encuadrada como al detalle descriptivo dentro de la misma, EL AMANECER DEL PLANETA DE LOS SIMIOS alcanza el más señero de sus objetivos: mantener el nivel del film del que es deudora y, sobre todo, crear no pocas expectativas de cara al que tendrá la misión de cerrar esta digna trilogía creada al albur de un imprescindible clásico.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Musiczine
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21 de julio de 2014
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Empecemos comentando que Matt Reeves hizo un trabajo medianamente notable en la que no ha empeorado la saga con esta entrega. Estamos, a su vez, con un Andy Serkis que hizo lo que debía hacer, un papel excelente fundamentado en hacer un parecido al líder de un grupo de simios.
Es una obra distinta a esta saga, debido a que sigue un ambiente parecido al anterior filme, la cantidad de frases, cliches o mismo situaciones planteadas en la anterior cinta de un par de años, sigue vigente en esta.

Este filme goza de un sentido diferente, ya que estamos acostumbrados en esta saga a ver unos efectos visuales muy excelentes pero ... no esperábamos otra cosa, es decir, en dicho filme ya iba a estar claro que los efectos y la fotografía iba a ser excelente.
Dicho filme no va a aportar un grado de acción al que estamos acostumbrados, si no que va a estar más vigente el pensamiento, la psicología y sobre todo, los sentimientos. La acción va a ser un resultado de estas tres cosas juntas interactuando, y que únicamente se dará lugar en los últimos minutos.

Aunque también es cierto, que los sentimientos aparecidos, coquetean significantemente también con la anterior cinta, y hace que para los espectadores no nos resulten algo distinto, si no algo ya sabido.

A medida que avanza el filme es cuando podemos disfrutar más de un filme propiamente dicho. Aquí es cuando comienzan a dispararse los conceptos en muchas direcciones, y si se comprenden debidamente, darán lugar a un disfrute de alto rango.
Con esto debemos tener en cuenta una serie de conceptos importantes que podemos sonsacar del filme:

Observamos como los simios no presentan tantas diferencia entre los humanos como estos creen, en todos los sentidos posibles.

Entre los simios no dejan de haber una serie de comportamientos, al igual que los humanos, por distintas visiones acerca de una opinión o acto, de ahí surgen las diferencias entre los mismos componentes de una especie. Siempre va a haber alguien que se quiere sobreponer, tanto en humanos como en simios, al poder que ya está pactado. Esos componentes que se quieren sobreponer en humanos y simios gozan de un elemento muy fundamental que tienen en común: el egoísmo. En ambos lugares se quiere llevar a cabo su propio fundamento y opinión como el único aplicable a una solución.

Otro punto de vista es la confianza. La confianza va a surgir más fácilmente (como es natural), de los comunes que entre los desconocidos, es ahí donde se pone el ejemplo de lo mucho que le costó al simio líder César la confianza con el humano, y como posteriormente serie traicionado por quien no esperaba.

Con el anterior caso, podemos denotar una personalidad propia que goza el propio simio, que es sus formas de pensar. Un ejemplo lo podemos encontrar en los perros. Existen una serie de perros que debido a sus tratos con sus dueños son cariñosos, tímidos, tranquilos ... que se les puede acariciar, sin embargo existen otros que no desean tocarles por la desconfianza que nos tienen.

Otros rasgos muy parecidos entre humanos y simios es el deseo de proteger a su propia familia, estableciendo cada unos sus propias pautas y de ahí que surgieran los múltiples roces entre dichos sujetos. En todo momento del argumento, este filme mantiene siempre este concepto, exceptuando las diferencias entre personas que se dan entre el grupo de personas y el grupo de simios.

Y quizás la diferencia por excelencia que obtenemos, es que César ha conocido una personalidad excelente (aparece en la anterior entrega.) El motivo por el cuál sea fundamental, será el motivo por el que siga existiendo aún la raza humana y también, que se llegara a hacer una especie de pacto de confianza entre ambos grupos, cuando nadie era partidario de que existiesen. Si en vez de César, fuero otro simio que fuera maltratado (como se dará en el filme), el que llegue a asumir la liberación y se llegara a convertir en el líder, terminaría con las pequeñas porciones humanas que consiguieran haber sobrevivido en la tierra.

Otro rasgo, que hará que sigan surgiendo parecidos entre ambas especies, será la venganza. Todo ser humano que le han hecho daño determinadas personas, querrá vengarse, pues eso mismo ocurrirá posteriormente, con los simios que han sido maltratados.

Terminemos diciendo que no llegará a existir un único héroe, ya que serán varios los que intenten luchar por lo justo.
Cinéfilo verdadero
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24 de julio de 2014
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No creo que merezca un 7. Le doy un 6 por la espectacularidad de sus efectos, que es por lo que más destaca. Los simios están muy bien hechos. Creo que es lo mejor que se ha hecho digitalmente hasta la fecha, por encima incluso de Avatar. Pero no tiene más. La historia es de lo más ramplona y meramente de transición hacia la tercera parte de la trilogía que espero brille más que ésta. Me gustó mucho más El origen del planeta de los simios. Creo que cuenta cosas mucho más interesantes. A mí ésta se me hizo lenta, aburrida, sobre todo por lo predecible que es. El comienzo apunta hacia otra cosa pero pronto, a los 10 minutos, ya sabes como va a ir el asunto y empiezas a abotargarte en la butaca.
compo
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