No sé decir adiós

He de reconocer que vi esta película por las críticas tan positivas que ha tenido y por el premio conseguido por la actriz. Solo quiero reflejar que nunca más me guiaré por los premios, ni me convenció la historia, ni me convenció la actriz. La historia mil veces contada anteriormente y con un argumento hacia ningún lugar, y llena de interpretaciones donde poner cara de circunstancias y miradas al infinito tienen la fuerza interpretativa.

No suele ocurrir, pero en ocasiones unas muy buenas interpretaciones no dan lugar a una muy buena película, a veces ni siquiera a una buena. “No sé decir adiós” disfruta de un reparto interesante, con mucha química, pero no sabe explotar este estupendo recurso para reforzar su idea de guion, y su argumento no termina de convencer.

No parece ser un problema de Lino Escalera, experto director de cortos series de tv, que tira de esa experiencia para filmar una película llena de planos asépticos y fríos como pide la historia. No es un problema de sus ángulos ni de la forma en la que quiere narrar la idea, aunque su labor tampoco ayuda a dar brío al conjunto, simplemente se limita a cumplir en lo que es su primera película.

Tampoco es un problema de los personajes, anclados a un presente complicado y a un futuro muy duro. Mientras que el trabajo de Diego o Dueñas es muy creíble y contenido, casi real, el de Poza peca en exceso de soberbia. En ocasiones algo acelerada y casi siempre histriónica y elevada de tono, quizás esté concebido como ese personaje que se rebela ante la inevitable enfermedad, pero en ocasiones está tan pasada de vueltas como su personaje que resulta distante desde el punto de vista del espectador.

Esta sensación que proyecta el personaje de Poza es la que prevalece durante toda la película, incapaz de conectar con el público a nivel emocional. Siempre marca distancias y se aleja del espectador incluso en los momentos en los que éste debiera sentirse identificado o cercano. Tan fría y con un argumento sencillo pero profundo, le falta voluntad y convicción para golpear al público aunque fuese con alguna secuencia más lacrimógena, cuya ausencia sorprende pero se agradece, buscando aún más crudeza en la situación.

“No sé cómo decir adiós” narra una terrible realidad ante la enfermedad y cómo los personajes se enfrentan a ella de manera muy diferente. Estos comportamientos funcionan bien entre sí pero no le dan a la película la profundidad necesaria como para encontrar la habilidad de quedarse en la retina.

Festival de cine de Málaga. No sé decir adiós. He de confesar que la presentadora del primer largometraje de Lino Escalera condicionó mi aproximación a la obra al referirse a una de las hermanas protagonistas como la pródiga y a la otra como adaptada. Esto pone de manifiesto las dificultades que tenemos para analizar las relaciones familiares fuera de los referentes culturales que actúan como molde simbólico de nuestra compresión. La dinámica relacional que determina otro de nuestros referentes transgeneracionales, el quinto mandamiento, explica que unas hijas abandonen todo para dedicarse al cuidado del padre enfermo de muerte. Para Lévi-Strauss las diferentes culturas, sus conductas, esquemas lingüísticos y mitos revelan la existencia de patrones comunes a toda la vida humana. No parece existir estructura familiar fuera de estos modelos. Describe un espacio relacional familiar asimétrico, jerarquizado de modo que el ejercicio del poder está concentrado en unas pocas figuras difícilmente intercambiables; mitológico en el sentido de que su organización y normas internas, la distribución de roles e identidades toman sus significados de una narración simbólica transgeneracional, y normativo porque está definido por reglas tanto explícitas como implícitas que provocan la recurrencia de pautas conductuales. La película de Escalera no cuestiona este esquema atribuyendo la forma de vida de cada hermana a decisiones particulares y no a una causalidad derivada de la relación con el modelo de paternidad y maternidad. Esto convierte la película en descriptiva y plana sin compromisos ideológicos. No tiene otro remedio para sostener una historia que concluye con la muerte que apoyarse en la excelente aportación dramática del trío de personajes principales.

El debut de Lino Escalera no ha podido ser mas alentador y a la vez devastador. Un film que se desarrolla a traves de una familia donde Carla (Magistral Nathalia Poza) recibe la llamada de su hermana Blanca (Sensacional Lola Dueñas) donde le dice que su padre (Juan Diego, sin palabras). Esta enfermo. Escalera convierte este hecho en una huida sobre todo de Carls y José Luis en una huida hacía adelante hacía lo inevitable. Hacía algo que no tiene vuelta atrás. Con un fino humor será uno de los grandes films españoles de la temporada... Narra también de las distintas maneras de comunicación e incomunicación que está muy presente en la película que Escalera inteligentemente utiliza para dar una consistencia a esta preciosa película sobre el final de la vida.

Nos llega este gran drama español que obtuvo varios premios en el último festival de cine de Málaga. Ganó el premio especial del jurado, el premio al mejor guión, mejor actriz y mejor actor secundario.

La película esta dirigida por Lino Escalera, el cuál debuta en el cine, es su ópera prima después de haber dirigido varios cortometrajes y series de televisión.

Desde el primer minuto nos damos cuenta que vamos a ver un drama familiar, una gran historia verdadera que va a lo terrenal y a emocionar al espectador. Trata sobre el reencuentro entre familiares y el poder recuperar todo el tiempo perdido. Uno de los aspectos fundamentales de la historia es la dificultad y el miedo de decir el último adiós.

Es una película donde los personajes femeninos tienen una gran fuerza. Nos demuestra como cada una de las dos hijas viven la futura perdida del padre. Mientras Blanca, el personaje de Lola Dueñas, se muestra pragmática, su hermana Carla, papel interpretado por Nathalie Poza entra en en una espiral de negación provocado por no querer aceptar la inminente muerte. Pasa de la alegría a un miedo inminente a la perdida de una escena a otra. Que decir del trabajo de Juan Diego, esta espléndido.

La cinta hace una gran reflexión al espectador, en ocasiones tenemos la incapacidad de lidiar con las emociones y esto nos puede provocar: el dolor, la rabia, el cariño y el amor que desprendemos hacia nuestros seres queridos.

Es bastante recomendable, aunque es un drama, también hay algún momento de humor, sobre todo al principio. El guión es original y la idea esta muy bien desarrollada.

Lo mejor: Las interpretaciones de los actores protagonistas.
Lo peor: Alguna escena grabada en el coche que se hace algo larga.