Yo, yo mismo e Irene

Cuando oí hablar sobre ella pensé que seguramente sería una película bastante mala así que no me interese mucho por el tema. Pero cuando la vi, no podía parar de reír. ¡Es una comedia desternillante! Jim esta genial aunque quizás un poco repetitivo. Nuestra querida Zellweger creo que hizo un papel estupendo, me encantan las caras que pone.

Totalmente recomendable

Reconozco que a la vigesimocuarta vez de verla no me hizo tanta gracia.

Yo, Yo Mismo e Irene es una película altamente estúpida de gente con intención de hacerlo pasar bien. O como mínimo con intención de pasárselo ellos bien mientras la hacían. Es una película sucia, que no tiene reparos en reírse de temas casi tabú y que, precisamente, se acaba ablandando tanto y centrándose en el pseudoromance que acaba perdiendo fuelle. A todo esto hay que sumarle su extrema duración para una película de su género.

Es una de las comedias más básicas y a la vez mejores de Jim Carrey y los Farrelly. Yo, Yo Mismo e Irene tiene además un componente rabioso por parte del carismático actor, que volvía a la comedia tras el despecho que le supuso que la real academia obviara sus trabajos más serios en Man on the Moon y El Show de Truman (con cierta razón). Esta pequeña venganza y vuelta a las andadas de Carrey puede que supusiera unos cuantos pasos atrás para los más puristas, pero no deja de ser una gamberrada digna de agradecer para los que disfrutamos del humor del pedo-caca-culo-motherf*.

Una fórmula repetida con una película cómica camuflada en una road movie. Falta de chispa en la última media hora, pero el viaje merece más la pena que el destino.

Creo recordar que tenía ganas de ver esta película, pero no se poqué creía que era un drama. Un amigo me la vendió tan bien que decidí darle su oportunidad. Por desgracia, creo que me la puso demasiado bien.

Empezando por lo malo, diré que la fotografía de Mark Irwin me parece poco trabajada. No digo que la estética no sea correcta; es una comedia, y como tal los planos y escenarios están menos cargados dramáticamente que en otros géneros. Yo me refiero a que la sensación que tengo es que ha sido un aspecto de la película que se ha descuidado, del que se ha pasado en cierta medida, supongo que porque a los Farrelli no les interesa tanto ese aspecto.

La historia en sí, como premisa, me muy atractiva. La situación inicial es genial, y como se desarrolla hasta la aparición de Hanck está muy bien. El problema es que me parece que podía haber dado más de sí, y que la gracia prácticamente recae en la actuación de Jim Carrey a partir de ese momento. No digo que esté mal, ya que este tío es un pedazo de artista en lo suyo, y el resto de la película se aguanta por verle a él. Y, bueno, por una atractiva Renée Zellweger.

Con algunos momentos muy buenos, es una película que se ve bien, pero yo a una comedia le pido que me haga reir durante a carcajadas toda, toda la película.

Jim Carrey es un crack. Partiendo de esta base podemos ver como encarna de manera muy buena a dos personajes totalmente distintos en la misma película, y lo mejor de todo, practicamente lo hace de forma instantánea, no tiene tiempo para ir al espejo y mirarse a ver que tal lo hace; de un segundo a otro cambia voz, cara, gestos...

La película no está al nivel de una grande de la comedia, está claro, pero sin duda hay que premiar la idea original de los hermanos Farrelly y la interpretación trabajada de Jim Carrey.

Totalmente recomendable para pasar una tarde de comedia con un maestro del género.

Yo, yo mismo e Irene de Peter Farrelly y Bobby Farrelly es una comedia de road movie basada en un agente de policía de Rhode Island que tras el abandono de su mujer cambia de forma de ser y se vuelve alguien demasiado blando y carente de carácter que oculta en su interior una afilada y malvada personalidad. Dirigida con un ritmo vigoroso y con un estilo puramente cómico en los gags de Jim Carrey, es una obra divertida que aunque no sea imprescindible si cumple notablemente con lo que se espera de ella y satisface con su humor a toda clase de públicos, concluyendo uno de los rescatables films del genial cómico en su mejor momento para deleite de sus seguidores y el resto del público en general.
La fotografía es lumínica y alusiva en sus espléndidas imágenes repletas de detalles de humor por ser estéticamente apropiada en lo que ofrece, sacando las risas de toda la familia. La música es variada y divertida en sus estimulantes melodías llenas de ritmos que cumplen con un estupendo acompañamiento musical según la acción. Los planos y movimientos de cámara consuman una dinámica labor técnica mediante el uso de grúas, ascendentes, descendentes, cámara en mano, panorámicos, reconocimiento, plano-contraplanos, travellings, steadycam, avanti, retroceso, generales, detalles y primeros planos que sacan lo mejor de las interpretaciones y la acción.
Las actuaciones son jocosas y auténticas sobre todo en el caso del protagonista absoluto Jim Carrey que vuelve a estar genuino y admirable en un doble papel y Renée Zellweger que está acertada en su acompañamiento del principal, siendo oportunas las interpretaciones de Anthony Anderson, Mongo Brownlee, Jerod Mixon y Chris Cooper entre otros. La dirección artística emplea para estos unos vestuarios y caracterizaciones sugerentes del lugar y de cada profesión en una correcta labor que junto con los decorados y exteriores te transportan in situ.
El guion, escrito por los directores junto con Mike Cerrone, es puramente cómico y su historia gira más bien en el humor que rodea una trama poco trabajada pero eficaz para satisfacer al público menos exigente pero con un sentido del humor acorde al estilo de Jim Carrey, finalizando un buen film que se recuerda por varias escenas y gags hilarantes. Esto se lleva a cabo con una narrativa expresiva y efusiva por parte del protagonista que es hilarante e insinuante según la personalidad que adopta en una disparatada tarea que lleva a cabo unos diálogos sarcásticos y agrios que serán del agrado de todos. Cabe señalar también, el montaje lineal y acompasado que exprime gran historia a buen ritmo y no se hace pesado en absoluto.
Para finalizar, la considero una obra divertida y esencial dentro de la filmografía cómica de Jim Carrey que sin ser de las mejores tiene en su interior unos cuantos gags y diálogos ácidos que serán las risas de todos aquellos que se decidan a visualizarla. Recomendable por su dirección, actuaciones, fotografía, música, montaje, movimientos de cámara, vestuarios y diálogos que vuelven a Yo, yo mismo e Irene, un film jocoso y con el mejor Jim Carrey gesticular en su interior.