La isla de los olvidados

"Basada en hechos reales". Ese rótulo que hace que en películas como esta sea todo más cruel y difícil de digerir aunque a estas alturas ya no nos asustemos ni asombremos por nada. Más difícil de entender es como joyas como esta nos llegan a nuestro país con tanto retraso y a salas tan contadas, pero es un debate eterno y quizá para otro momento.

La cinta nos cuenta las vivencias de unos chavales en un reformatorio, situado en una isla olvidada (que recuerda mucho a la famosa Alcatraz) condenados por crímenes más o menos graves según cada caso. El protagonista, último en llegar junto a otro, está en el punto de mira de profesores y compañeros. Temido y señalado a partes iguales, seguramente sea el "criminal" más peligroso del lugar (que parece más un campo de concentración que reformatorio, teniendo métodos de tortura como mover piedras de un lugar a otro bajo la nieve como ya vimos en películas como Bent) , tras haber matado a un policía a golpes y estar allí de paso a la espera de ser posiblemente trasladado.

La película va avanzando en medio de una cada vez más cargada atmósfera, a un ritmo pausado, con diálogos sobrios y miradas tristes y oscuras de un reparto que rinde todo él a un nivel notable y del que seguramente nos pueda sonar más Stellan Skarsgård, presente en superproducciones hollywoodienses. La película arranca pareciendo una Mentes Peligrosas noruega, con las disputas entre alumnos, tensión en una clase plagada de almas perdidas y aunque la comparativa pueda ser cogida con pinzas, con un profesor como nexo de unión entre los alumnos aunque sea por motivos totalmente opuestos en cada película.

Lo que pone todo en marcha es un plan de fuga y sus consecuencias directas y colaterales, llevando el dicho de "la unión hace la fuerza" a su máximo exponente. Se muestran entonces ante nosotros las entrañas del correccional con supuestos criminales que dan lecciones morales a sus educadores que resultan ser cobardes y en algún caso despreciables, tomando la justicia por bandera y poniendo el bien del grupo por encima del personal. La isla de los olvidados es la enésima joya que nos llega del norte de Europa para dejarnos impactados con lo que nos cuenta y como nos lo cuenta, dejarnos helados con un relato cargado de duras e impactantes secuencias que te dejan con un nudo en la garganta, quedándote incapaz de reaccionar mientras los títulos de crédito finales ya han hecho acto de presencia.

Nota: 7'8

http://www.elperiodic.com/noticias/201543_critica-isla-olvidados-2010.html

En twitter: @er_calderilla

Cumple los tópicos, y típicos personaes de película de drama carcelario infantil. Si has visto Ondskan o Sleepers, no encontrarás nada nuevo. Sin embargo, tiene una atmósfera envolvente que hace que merezca la pena.

Erling es un joven que entra en el reformatorio/casi cárcel de Bastoy, pronto nos daremos cuenta de que se trata de un chico rebelde difícil de disciplinar y fácil de rabiar. Para entrarlo en vereda se encargará otro chico encargado del barracón C, Olav, más conocido como C1.

Bastoy es un reformatorio duro donde tendrán que trabajar mucho y en duras condiciones y donde a la más mínima muestra de rebeldía se castiga fuertemente. Erling, o C19 como se le conoce en el reformatorio, irá cogiendo afecto por sus compañeros, especialmente por C1 y C5, pero pronto ocurrirá algo que cambiará radicalmente el carácter de alguno de ellos.

Me asombra la tibieza de algunas críticas. A mí esta película me sorprendió, por no decir me cautivó, desde el minuto cero. Comprendo que las historias de cárceles y reformatorios suelen barajar casi siempre los mismos elementos, pero decir eso es no decir nada. Lo que cuenta es la fuerza y el convencimiento con que el director nos sumerge en la historia y, al menos a mí, me mantuvo pegado a la butaca durante las dos horas que duró la proyección. Para mi gusto también se podría haber titulado "Una amistad en el infierno" o algo parecido. Uno se lo llega a pasar realmente mal asistiendo a los abusos a que son sometidos los internos y, al mismo tiempo, los lazos de amistad y solidaridad que se van trenzando entre los chicos evitan que la cinta caiga en el simple tremendismo. Los actores, todos sin excepción, me parecieron estupendos.
Así pues, si son capaces de soportar las emociones fuertes no se la pierdan. Especialmente espléndidas me parecieron las imágenes finales.

Sinceramente esta película no nos enseña nada novedoso. Es muy parecida a películas de cárceles de niños o internados que hayamos podido ver, un rebelde, un reformado, uno que lo pasa muy mal, un profesor malo y un director que solo mira para sí mismo.
Quizás lo mejor de la película no sea como transcurren los hechos, todos muy creíbles, sino como cada personaje usa la confianza, la desconfianza, los engaños y la amistad para llegar a un beneficio propio y cuando por primera vez alguien actúa para ayudar a otra persona es cuando estalla todo.
La película es totalmente recomendable, entretiene y a la vez enseña como educaban a los críos que iban por mal camino.

Un par de chavales llega en barco a una isla carcelaria, el chico A fuerte y listo llega con la idea de escapar lo antes posible, el chico B débil y algo tonto llega para obedecer y poder así volver a casa. Se deberá de ocupar de ellos un chico C al que le quedan tres semanas para ser libre (hay que recordar que cuando llegan no tienen una condena que cumplir con una fecha limite sino que serán liberados por una decisión del director y finalmente del comité), reformado y una especie de mano derecha del director (sin exagerar como en otras películas) que en la película tendrá que tomar una decisión, mirar para otro lado y así poder salir de allí o defender su honor.