Odio, de Dani Rovira (TV)

Dani Rovira llega a este monólogo después de superar un cáncer y lo demuestra con un odio fingido.

Sin salirse de las convenciones del género y usando sobre todo a la mitad del especial un humor muy blanco, demuestra una vez más su dominio del escenario y de su cuerpo. Y esta vez, con un añadido: sin miedo a la pausa ni a la seriedad. En ciertos momentos, se detiene para contar su experiencia y su reflexión y funciona perfectamente en un formato ligeramente más rompedor que lo que ha hecho hasta ahora. Rompedor en la forma que tiene de mezclar el drama con el humor para reírse de sí mismo, así como ya han hecho sus predecesores en otros monólogos actuales para Netflix. Pero también es ligeramente novedoso en sus temas: se ríe de su cáncer, de los seguidores del equipo de fútbol en decadencia de su ciudad, Málaga (con el riesgo a críticas por parte de los ultras), de las personas amantes de los animales, de su género (con un chiste bastante irreverente en el que hace crítica y reflexión dejando un recadito para los hombres que ni siquiera consideran avisar a su pareja sexual antes de eyacular en su boca) e incluso de las personas a las que admira.

En definitiva, se ríe de sí mismo y del odio en un monólogo que no cambia el género. Combina chistes que antes jamás habría hecho con otros ya recurrentes y celebrados en sus anteriores actuaciones, en un especial en el que se siente más libre que nunca, invitando a la recapacitación y a reírnos un poco más sin salirse demasiado del tiesto.

¿Qué calificamos cuando vemos este monólogo de Dani Rovira? .... sorry, se dice stand up.

¿Calificamos según la cantidad de risas que nos sacó por minuto de espectáculo, o calificamos esa experiencia que nos brindó Dani por hora y media?.
Es que solemos ir ya con un preconcepto a todo antes de dar play. Si la descripción dice comedia-stand up ya vamos con la idea de que debemos reírnos sin respiro y, si pasamos varios minutos pensando, razonando sobre cuestiones de la vida cotidiana, si nos saca de la risa y nos hace despertar un poco a la realidad que solemos cerrarle los ojos, ... pues ya bajamos la puntuación ... es que fueron varios minutos sin risas, vaya putada.

Dani Rovira volvió luego de estar discutiendo con San Pedro, si era de subir o no. Ya sabemos que mandó a don Pedro a tomar por culo y Dani sigue haciendo de las suyas; pero no igual que antes, pues ahora comprende otras cosas (que muchos que han estado con un pie del otro lado han vivido) y eso lo transmite en su show; y lo tranmite con una muy buena mezcla de sensibilidad, ternura y humor.

Sin dejar el humor, Rovira nos toca la sensibilidad y, sin dejar de ser sensible, Rovira nos saca muchas carcajadas.
Si bien está grabado en un teatro, bien puede ser visto como si Dani estuviera en la sala de tu casa, pues así lo sentí yo.

Sácate ese stress por un buen rato, sirvete una picada y disfruta del nuevo Dani Rovira.