El día que Nietzsche lloró

Me cuesta calificar esta película. No se si es simplemente mala o me lo parece por la imagen que me da de Nietzsche (a partir de ahora, N.)
Como película es larga, con algunos momentos un tanto hilarantes (también me cuesta evaluar eso), pero se soporta. No es un ladrillo. Ese, en parte, es el problema. Apenas se roza la superficie de la filosofía de N. Ni voluntad de poder, ni superhombre...solo alguna pincelada, y una bonita escena explicando el Eterno Retorno. Por lo demás, N. se nos presenta básicamente como un escritor neurótico, débil y solitario, similar al personaje de Jack Nicholson en Mejor imposible. Dentro de la historia, N. es un secundario, una pieza, con un peso específico casi idéntico al que tiene Freud, e inferior al de Lou Salomé, verdadero eje de todas las historia. Breuer, N., Freud, Ree...solo faltaba haber puesto por allí a Jung, aunque supongo que es cronológicamente muy posterior.
El verdadero protagonista, el Dr. Breuer, es un médico judío (detalle sobre el que se va insistiendo), un infeliz que hace una terapia a dos bandas con N. que la apoya con Freud. Lo que hace que la historia no deje de ser un cuento de matrimonios, celos, triángulos amorosos, y N. allí, solo, con sus neuras. El notas. Que sea responsable de la filosofía más dura que se ha escrito es secundario: era un notas solitario y neurótico que necesitaba salir más y hacer amigos. Que no es que en la realidad no pudiera haber algo de eso, y hasta más neurosis, pero ese no es el tema. Este no es un biopic estricto, es una interpretación aguada.

Cine de calidad, mucha calidad. Esta película junta a Freud, Nietzsche, Breuer y a Lou Salomé. Es ficticia y a la vez biográfica. Analicemos el film.
-Fotografía: muy clásica pero bastante resultona. Hay algunas imágenes muy bellas aunque la iluminación adolece de una gama cromática muy reducida y luminosa. Cumple, especialmente cuando se requieren planos medios.
-Montaje: Sin duda un extraño montaje, si logra atraparte verás que tiene un ritmo endiablado. Sin embargo, si no te atrapa es muy lógico que se haga lenta. Esto es debido al uso de escenas cortas que desarrollan la trama muy rápido especialmente el segundo cuarto de película. Si pierdes el ritmo te pierdes la película.
-Guión: sutil, con frases grandiosas y una muy notable aparición de Freud. Todos sabemos en lo que se va a convertir, todos sabemos que es el padre del Psicoanálisis, todos sabemos que es un genio, pero aquí es joven. Es cierto que el guión resulta a veces algo enfarragoso, pero tiene una calidad aceptable.
-Personajes: que decir de los personajes. Retratados de forma magistral (especialmente el personaje de Lou Salomé) y muy bien caracterizados. El problema es que los actores son bastante limitados, pero aún así poder ver a Nietzchse en pantalla, ese tupido bigote, esos ojos, esa expresión. Es simplemente genial.
-Dirección artística: los decorados cumplen, especialmente el café del principio y el despacho de Breuer. Los exteriores son bastante resultones. El vestuario es notable, al igual que la caracterización de los personajes. Los vestidos que luce Lou son fantásticos, muy vistosos y además bastante realistas.

Muy buena idea seguida de una mala realización. Así es como yo definiría la película del estadounidense Pinchas Perry, "El día que Nietzsche lloró".
Es dificil adaptar de forma verosímil la vida de un personaje famoso, en este caso el filosofo alemán F. Nietzsche, al cine ya que generalmente sus vidas no son tan apasionantes como las que estamos acostumbradas a ver en las películas. Por otra parte es necesario que quien realice esta interpretación audiovisual se informe suficientemente sobre el personaje y en cuestión. Creo, por lo tanto, que en esta película se peca por exceso y por defecto. En primer lugar por exceso, ya que me parece evidente que la vida del filósofo ha sido deliberadamente transformada con el fin de así ser más atracctiva frente al espectador. En segundo lugar por defecto, ya que la información aportada sobre el filósofo es insuficiente y irrelevante tratándose de quien se trata.
Considero pues que el fin de la película, que sería el conocimiento del filósofo, no ha sido logrado y unicamente sirve como una mezcla de un amor trágico y de la locura. Considero que para realizar una obra de estas características no era necesario involucrar a personajes de la cultura como Freud, Breuer y Nietzsche.
Me parece muy interesante la idea de pasar al cine la vida y ideas de Nietzsche, pero quizás debería ser una labor reservada a los documentales.

Que digo yo que antes de escribir acerca de Nietzsche uno se informa un poco. No vaya a ser, digo, que uno suelte perlas del estilo de "el socialista" o "el agnóstico" como epítetos del hiperbóreo Federico.
La peli... bueno, la peli tiene un guión que podría dar mucho de sí, pero muy falto de ritmo. La historia es jugosa: los fantasmas de Nietzsche, el amor, el psicólogo psicologizado... Y, por supuesto, unos remiendos zaratustrianos o vogelfreianos. Algunos, memorables. Claro, que con esa puesta en escena tan cutre... pues chico, Pinchas, pinchas en hueso. Arévalo dixit.
Freud, por cierto, eres un copiota.
Los actores... joder, los actores. ¿Quién se encargo del casting? ¿Estaban borrachos? ¿Quién fue el lumbreras que eligió a un actor de vodevil de pueblo para el Dr. Brauer? (Atención a la escena en la que *spoiler*)
Freud, dejar que te llamen Siggy... seguro que de pequeño envolvías tu cacota en papel de regalo y se la presentabas a tu mamá. Has perdido mi respeto.
Conclusión: Si consigues ir saltando, estilo Mario Bros, por los sitios sólidos del metraje, que los hay, hasta puede estar bien y todo.

Lo suponemos, es una peli sobre un tío raro. Es mala en la trama, el guión, las interpretaciones,
Pero es que trata de N. Y sale Freud. O sea que quiere ser histórica. Cualquiera que conozca algo de N., directamente, y en mi caso he leído varias veces al menos el 70% de su obra, incluida la correspondencia, se echará para atrás apenas sale el actor que lo interpreta, porque parece una caricatura.
Hay copiado cuatro frases de N. Y ya está.
Todo es ridículos.
Por salvar algo, la escenografía.