Cenicienta

Cuando uno se sienta en la butaca del cine para ver una película en general espera sorprenderse. Cuando además lleva a su hija, cambia de perspectiva y pretende que la pequeña disfrute, sin importar cuánto realmente termine apreciando personalmente la cinta. Y allí es donde cabe aún más la posibilidad de asombro. Esta película ME HA GUSTADO MÁS QUE LAS ÚLTIMAS QUE HE VISTO PARA ADULTOS. Es sencillamente DELICIOSA. Un vestuario y ambientación destacadísimos, banda sonora MUY acorde, actuaciones correctas -algunas casi sobresalientes, y pequeños giros de tuerca que lejos de modificar la historia original le aportan cierta cuota de realismo (incompleto, obvio) resultando en un disfrutable ilusionismo. Envidiable guión (es realmente bueno) y delicada y dedicada dirección. Película merecedora de más de un Oscar (se verán los resultados llegado el momento). Atrapa, no tiene una escena de más, y hasta conmueve Y fundamentalmente, transmite valores. ¿Por que 9 entonces? Quizás al principio algunas escenas son algo estereotipadas y tan breves que parecen dirigirse hacia un desenlace característico de falta de ideas y bajo presupuesto. Nada de esto sucede finalmente. Vale la pena. Véanla, no tiene desperdicio. Me queda pendiente volver a verla, por supuesto sólo y en idioma original. Saludos a todos, desde Argentina.

La historia de Cenicienta fue llevada a la pantalla grande desde el mismo origen del cine, con los cortometrajes mudos del pionero soñador Georges Mélies, hasta la posmodernidad que le da vueltas de tuerca en actualizaciones para adolescentes, cada vez más lejos de los cuentos de hadas, donde al prosaico príncipe se lo puede contactar por Internet.

Ya sea en producciones animadas o con actores de carne y hueso, Disney es el estudio más especializado en el universo de las princesas y las heroínas. Últimamente, éstas han intensificado su iniciativa o han reavivado su esencia con toques de actualidad, desde la adorable Rapunzel de “Enredados” o la reciente reivindicada “Maléfica“.

En el caso de la flamante versión del británico Kenneth Branagh, experto en obras shakespereanas, su equilibrado relato se inclina por la versión más clásica y moderada de la leyenda, tal como lo hizo Disney en 1950, cuando adaptó el barroco y cortesano cuento del francés Charles Perrault.

Esta flamante Cenicienta con el agradable rostro de Lily James, sin dibujitos ni vueltas de tuerca, corporiza una heroína que, si bien muestra valentía, su extrema bondad la lleva a activar la rebeldía solamente en situaciones límite, por lo que sigue siendo la más sumisa entre las recientes protagonistas del universo Disney.

Es que Branagh optó por ser fiel a la versión animada original de los años cincuenta y darle -eso sí- mucho lujo visual, con un deslumbrante diseño de producción, vestuario inolvidable y una catarata de efectos visuales.

Sin el surrealismo de Tim Burton en su versión de “Alicia...”, sino más bien humanizando, la estética y la magia mostrada en sus limitaciones, esta Cenicienta modelo 2015, definitivamente no profundiza la tendencia de personajes femeninos fuertes y con características más independientes respecto de los cuentos de hadas y los films clásicos. La inocencia que transmite la película, desde lo elemental de los parlamentos a lo estereotipado de los personajes, la direcciona en particular a los niños, aunque difícilmente un adulto que acceda a ella, no la pase de maravillas.

Disney nos trae su segunda propuesta de llevar sus clásicos de animación a imagen real con esta “Cenicienta” que mantiene la historia por todos conocida y la adorna de tal manera que sorprenderá para bien a muchos dejándonos un buen sabor de boca y haciéndonos preguntarnos si sus siguientes propuestas como son “La bella y la bestia” o “Dumbo” sabrán mantener este nivel.

Y es que esta nueva versión del clásico es una montaña rusa de emociones ya que consigue mezclar magistralmente momentos muy románticos y dulces (casi empalagosos…) con otros muy dramáticos de una forma muy fluida algo que hace que la película sea muy fácil de ver y entretenida, y es que Disney es muy inteligente y sabe que parte del éxito de una buena película es tener un villano a la altura de la circunstancias y de esto se encarga magistralmente Cate Blanchett haciendo como la malvada madrastra y sus dos hijas repelentes. Dando la nota de “color” una irreconocible Helena Bonhan Carter en el papel de hada madrina (aunque su papel sea muy secundario…) de rubia platino y vestida de flamante blanco algo radicalmente opuesto a los papeles y al estilo al que estamos acostumbrados a verla.

Pero es que esta producción tiene aún más cualidades destacables y es que el vestuario, los decorados y el diseño de producción son excelentes tanto que yo pienso que tiene muchas opciones para ganar bastantes premios en esas categorías, ya os digo que habrá momentos en los que nos quedemos con la boca abierta viendo el nivel de detalle y belleza de algunos escenarios (sala de baile, castillo, carroza, etc…) y de cómo el vestuario encaja como un guante a esta producción muy bien rodada por Kenneth Branagh, un director con mucha experiencia y oficio en películas de este estilo y en obras de Shakespeare.

En definitiva esta “Cenicienta” me ha sorprendido para bien y me ha gustado más de lo que esperaba de ella haciendo que un producto claramente dirigido a un público muy específico (género femenino e infantil, mayormente madres con hijas) sea disfrutable por todo el mundo y deje huella en el espectador haciéndonos preguntarnos si preferimos la versión animada o esta, yo me quedo con esta.

Nota: Al principio de la proyección se emite un divertido corto llamado “Frozen Fever” basado en la popular y taquillera película “Frozen” que nos enseña como Elsa prepara el cumpleaños de su querida hermana dejándonos alguna que otra canción y una ligera mejora en la animación. Ojala Disney repita esto al igual que hace Pixar con sus producciones y nos obsequie con más cortos como estos en sus películas, la verdad es que se agradecen.

Magnifica adaptación de la película animada que todos conocemos. Al contrario que otras versiones de películas clásicas, se mantiene fiel al original añadiendo ciertas innovaciones que encajan a la perfección. Desde el primer minuto te envuelve en su atmósfera con los paisajes, el vestuario y la magnifica actuación de todos y cada uno de los actores que dan vida a los personajes de este mágico cuento. Es una buena película para disfrutar en pareja o en familia, porque,ante todo, es entretenida y está muy bien ejecutada. Evidentemente, hay amor, romanticismo y bastante azúcar, aderezado con un poco de drama, justo los ingredientes que hacen falta en todo cuento de príncipes y princesas.

El cuento de siempre y tan cursi como se podría esperar de una versión que adapta de manera fidedigna el clásico de 1950. Ciertamente aquí apenas y hay espacio para la ironía, ya que los giros son casi idénticos y la mayoría de personajes conservan su carisma tal como se les recuerda; aunque claro, ahondando un poco más en sus motivaciones, un aspecto en el cual valdría la pena destacar la actuación de Cate Blanchett como la cruel madrastra, era tan odiosa y petulante, pero aun así llegue a sentir algo de pena por ella, que no simpatía por sus acciones, más aún cuando intentaba dar a entender el porqué de tanta crueldad hacía su hijastra.

La dirección de Branagh ha resultado correcta, realmente se buscó dotar de agilidad el ritmo de una historia ya demasiado conocida por todos, a pesar de que ciertas escenas dramáticas pudieron tener algo más de peso en el guion, al menos así lo percibí. Respecto a los apartados visuales también sale ganando por mucho, los suntuosos palacios, los paisajes del reino costero, el juego de colores en cada vestido de baile y la recreación de las escenas fantásticas con efectos CGI, logran mantener una bella atmósfera de cuento disneyano sin llegar a parecer sobrecargado.

Es de agradecer que varios elementos icónicos se hagan presentes en esta versión, desde los ratones que parecen hablar entre ellos con unas curiosas vocecillas, hasta la emocionante escena al sonar las campanadas de la medianoche y la consiguiente huida mientras el carruaje es perseguido por la guardia real, en verdad me gustaron mucho esos detalles.
Esta Cenicienta sigue siendo tan cursi como el clásico, eso es indudable, pero ahora el manido mensaje acerca de que "la bondad lo puede todo" cobra más fuerza que nunca, gracias a la tierna actuación de Lily James como la protagonista, aunque por ahí he llegado a leer que su belleza no se ajusta a lo que debería ser Cenicienta; respecto a eso, sólo puedo decir que a mí me ha parecido encantadora, siempre evocando romanticismo y dulzura, principalmente en las escenas cuando viste su gran atuendo azulado y baila con su príncipe encantador. Puedes llegar a creerte una actuación tan dulce como la de Cenicienta hasta en sus momentos más ingenuos, como aquellos cuando entabla conversaciones con la familia de ratones quienes la adoran desde que era pequeña.

Así después de algunas adaptaciones live-action de cuentos, poco afortunadas como "Alicia en el País de las Maravillas" o verdaderamente fallidas como "Maléfica" y "La Belle et la Bete" que me hicieron dudar bastante de esta versión de "La Cenicienta" (es que hasta los tráiler de cine no le hacían justicia), es muy satisfactorio para mi encontrarme con una película que realmente cumpla con mis expectativas acerca de lo que significa un cuento de hadas sumamente mágico y "romanticoso". Mucho mejor de lo que esperaba, si Disney planea hacer más adaptaciones live-action de sus clásicos siguiendo un estilo como este, pues que bienvenidas sean.