El corredor del laberinto: Las pruebas

La última (de momento) película de otra serie de aventuras de corte juvenil (véase la serie 'Divergente' o la que próximamente llegará su último capítulo a nuestras carteleras 'Los juegos del hambre').

Intentaré no caer en spoilers, aunque el título de la misma, ya es uno enorme, la película consiste básicamente en correr, huyendo como cobardes (risas malvadas llenan mis adentros).

Nos encontramos con las peripecias que nuestros jóvenes protagonistas tendrán que vivir una vez han escapado del laberinto, tras la fuga del cual son rescatados por ¿los buenos?, se encuentran en un mundo post-apocalíptico, desértico y destruído, esto podría sonar a Mad Max, pero un Mad Max hecho con desgana, y con un protagonista que a diferencia de áquel (bastante parco en palabras) no cierra el pico en ningún momento (lo que yo definiría como un tío cargante hasta decir basta).
Thomas lidera de nuevo la cuadrilla, ya no están en el laberinto, mientras ellos salen, la historia de la saga entra en uno, del cual, visto lo visto, hasta dudo que salgan en la tercera parte (el próximo otoño en sus cines más cercanos) porque es un bucle continúo, un corre, corre que te pilla, para no llegar a ningún lado, un espectáculo que a duras penas cumple como un mero entretenimiento. Si no fuera por el café que me había tomado previamente, probablemente me hubiese citado con los angelitos en mi butaca.

Dylan O'Brien en el papel de Thomas, el ¿guapo? Thomas, no consigue que empaticemos en toda la película con él, a años luz de Jennifer Lawrence y su álter ego Katniss Everdeen (ésta si que GUAPA, con mayúsculas). Los efectos especiales, más o menos correctos, no es un tema que me apasione mucho, el croma canta un poco. El guión flojo, muy flojo, no sé si porque la novela (ni me la he leído, ni pienso) no da para más o por torpeza al llevar la historia la gran pantalla.

En definitiva, si aquel privilegiado que tenga el honor de leerme quiere algún consejo, aquí va: coja sus euritos y gástelo en algo mejor.

Una copia barata de los Juegos del Hambre, que de por sí no es santo de mi devoción. Pero por lo menos fue innovadora en su momento. Esta es una mezcla muy mal realizada de Los Juegos del Hambre y Guerra Mundial Z. Por cierto, los Zombies aparecen de la nada y curiosamente se parecen bastante a los de The Last of Us. Es tan pero tan aburrida que estuve conversando con un amigo las 2:12 horas que dura esta pérdida de tiempo comercial para gente sin materia gris. No le casco un 0 porque no me lo permiten. Desde luego lo tenían asegurado.

Nunca un título se vino a tanto engaño como esta segunda parte de la más que interesante "El corredor del laberinto".
Básicamente; NO HAY PRUEBAS..
Tan sólo una huida hacia adelante sin mirar atrás(no vaya a ser que se les ocurra preguntarnos para qué diantres metimos a ese montón de hormonas adolescentes en enormes y costosos laberintos).
Casi como si de un partido de béisbol en el que, base tras base, sólo queda seguir corriendo sin pensar mucho en ellas. Al llegar a la siguiente, un nuevo y ridículo líder al que enfrentarse, uuna nueva criatura copiada de otra saga(zombies de World War Z o chasqueadores del videojuego The Last of Us) y una nueva huida.
Mención especial merece esa ridícula especie de sociedad que sobrevive en un entorno desolado y que se dedica a ir a fiestas dónde toman absenta sin temor alguno a los zombies que el día anterior poblaban ese mundo.
Esperaba con interés esta segunda parte, no espero ya nada de la tercera.
Por cierto, el cartel también miente; no pasan por encima de ese edificio...

El director norteamericano y experto en efectos visuales Wes Ball vuelve a dirigir la segunda entrega de la franquicia de ‘El corredor del laberinto’ titulada en esta ocasión ‘El corredor del laberinto: Las pruebas’, continuación de la interesante y bien realizada primera entrega y basada a su vez en las novelas de James Dashner.

La película, continuando exactamente en el mismo lugar donde nos dejó su predecesora, cuenta como Thomas (Dylan O’Brien) y el resto de clarianos –llamados así por convivir en el claro de un bosque– tratarán de averiguar cualquier pista en referencia a la poderosa corporación conocida como CRUEL. En dicha búsqueda pasarán por multitud de dificultades y realizarán sorprendentes descubrimientos como por ejemplo la existencia de La Quemadura, la presencia de una resistencia y la coexistencia de un peligroso virus mortal que transforma a los infectados en unos peligrosos seres (sí, nuevamente una especia de zombies).

Pensando sobre ‘El corredor del laberinto: Las pruebas’ lo primero que diré es que resulta como una más de las muchas películas sobre universos distópicos que llegan a las pantallas en los últimos años: ‘Los juegos del hambre’ (pero sin tan espectacular reparto) o ‘Divergente’. La mayoría de estos films recurren a la aventura, el cuidado diseño de producción y a unos jóvenes protagonistas rodeados de reconocidos rostros Hollywoodienses. En esta ocasión todo ello se cumple pero, al igual que sucede con muchas segundas parte de una trilogía, tiene el difícil reto de interesar lo suficiente al espectador para no sentirse obligado en ver la tercera; algo no siempre al alcance de todos. La película tiene un elevado ritmo y no ahorra en situaciones de cuidada belleza visual, además de poseer varias secuencias en las que logran que la tensión del espectador se eleve por encima de la media. Sin embargo el cíclico guion (adaptación realizada por T.S. Nowlin) hace que la historia no avance –no paran de correr de un lado a otro– y canse prematuramente al espectador. La principal merma en relación a la primera parte radica en la pérdida del misterio que envolvía todo su desarrollo y que provoca que no se empatice en nada con los protagonistas. Mucha acción mal desarrollada que fomenta la trivialidad de la ficción a pesar del intento de giro hacia un relato más oscuro y profundo.

Para esta segunda parte, además de con Patricia Clarkson, la producción ha querido contar con los televisivos Aidan Gillen (Meñique en ‘Juego de tronos’), Giancarlo Espósito (el magnífico e irrepetible Gustavo Fring en ‘Breaking Bad’), Nathalie Emmanuel (Missandei en ‘Juego de tronos’) y el buen secundario Barry Pepper; todo ello con la clara intención de dar mayor visibilidad al film y potenciar en parte el menos reconocible reparto juvenil (Dylan O’Brien, Thomas Brodie-Sangster –también de la galardonada ‘Juego de tronos’–, Kaya Scodelario o Ki Hong Lee) algo que logran a medias ya que ninguno integra un personaje que haga temblar ni emocionar lo más mínimo.

Recomendada para quienes se dejaron llevar por la primera entrega y disfrutaron lo suficiente como para visualizar no una más, sino dos (por suerte la tercera parte no será dividida en dos –como así han manifestado–, algo que ya sucediera con ‘Harry Potter’, ‘Crepúsculo’ o ‘Los jugos del hambre’). Esperemos que se estén guardando lo mejor para su cierre de trilogía.

Lo mejor: El aspecto visual y su cuidada producción. El elevado ritmo del film.
Lo peor: La torpeza del guion. Sensación de déjà vu. El reparto está bastante mal.

Valoración:
Banda sonora: 5
Fotografía y efectos visuales: 6,5
Interpretación: 4
Dirección: 5,5
Guion: 4
Satisfacción: 5
NOTA FINAL: 5

@hilodeseda - www.habladecine.com

Me sorprende la inocencia del protagonista que roza la imbecilidad... en realidad esta película es una versión de Los Goonies en modo zombie, en donde el Laberinto no se ve por ningún sitio y parece que no tiene nada que ver con la primera parte.