Amor a segunda vista

Ópera prima del novato director Max Nichols que peca de ser tópica y sencilla. Aún así, esas mismas faltas quizás sean su mayor virtud, pues no busca ser ambiciosa y lo que narra es una historia encantadora simple y directa al grano. No se pierde en diatribas y ataca el modo en que se buscan parejas en la actualidad, criticando la artificialidad del método en cuestión: citas a través de internet.
En la parrilla de salida, nos presenta dos actores que prácticamente se llevan la gran parte del metraje: la simpática Analeigh Tipton (Damiselas en Apuros) y un estupendo robaescenas Miles Teller (Whiplash), siendo este el mayor atractivo de una cinta pasajera.
La peli desprende simpatía y se deja ver sin problemas, pero es muy predecible, tanto como las vías que debe seguir el camino de un tren. Lineal en su puesta en escena, no deja espacio para sorpresas o conflictos a un nivel más elevado; pero tiene un encanto especial que desprenden este tipo de películas románticas que son capaces de atraer al público para echar ese visionado. Y aunque al final no hallemos algo especial, logra mantener vivo el interés hasta el desenlace final, sea previsible o no.
Interesante y fácil de ver, es un pasarratos recomendable aunque después se olvide rápidamente. Y como digo, merece la pena ver a Teller en este papel tan normal y franco como mi vecino Paco el del tercero.

Poco romanticismo, poca creatividad, o mejor dicho, nula creatividad, enamoramiento no natural, sino forzado para el pésimo guion, personajes conformistas con vidas patéticas, reflejo de las del espectador joven de hoy en día, pero que no dan ninguna pista para cambiarlas. Es como si la película te dijera: es normal. Bueno, es común, en realidad, pero no por ello habría que conformarse. Mensaje de aceptación de la tecnología y métodos de hoy en día para buscar pareja, unos tiempos decadentes mostrados como normalizados; asimismo, representación deprimente, típica del concepto actual, de la vida sexual en pareja, ignorando otros valores más importantes.

Diálogos de comedieta floja y de humor caduco, aunque en ciertas partes brillan por su originalidad y factor sorpresa, pero al fin y al cabo es lo que es, una banalidad de película, una banalidad de historia o cuentecillo narrado con los ingredientes y esquema de película de sobremesa que no va a llegar a ninguna parte sino para ser reproducida en televisión un domingo de vida patética consentida.

Durante la primera parte de la película pensé que era la peor comedia romántica de la última década. Después remontó un poco para volver a caer en picado. Los rollos de una noche y el mundo de las citas por internet se dan la mano en el guion de una página que sustenta la historia. Todo ocurre porque sí y el ritmo nunca es el apropiado para que resulte mínimamente creíble. A pesar de ello sería una más de tantas para pasar el rato, si no fuera por el mensaje entre líneas al que aludo en el título y que comento en el spoiler.