A Good Woman

Típica película de engaños y desengaños en la que los actores son muy guapos y visten muy bien, pero amenizada por chispeantes diálogos (no en vano es una adaptación de una obra teatral de Oscar Wilde). Las dos actrices principales vuelven a demostrar su buen hacer. Es una pena que Scarlett Johansson haya quedado relegada a películas de segunda.

Me ha encantado esta película, es una verdadera delicia, no entiendo la nula acogida que tuvo en nuestro país. El único defecto que le encuentro es su escaso metraje, ya que dura una hora y media justa y a mí por lo menos me ha dejado con ganas de mucho más, de seguir sabiendo acerca de sus personajes y de cómo les van las cosas tras todo lo que se nos cuenta en esa hora y media. A su director, Mike Barker, lo descubrí en "Chantaje", otro film más que correcto, así que ya se ha convertido en otro de mis realizadores a seguir. El casting con el que cuenta es de gran nivel, empezando por una sorprendente Helen Hunt, cuyas miradas me encantan, una actriz que me enamoró en "Mejor, imposible" y a la que auguraba una mejor carrera cinematográfica. Finalmente creo que está siendo poco valorada, pero aquí hace un cambio radical de registro, interpretando a una mujer fatal y haciéndolo realmente bien, bravo por ella. La acompaña otra buena actriz, aunque a veces no lo parezca, una Scarlet Johansson en uno de los papeles que mejor le he visto interpretar últimamente. Es perfecta para encarnar a esa joven enamorada, recién casada e inocente. A mí me ha gustado la Johansson desde que la descubrí en "El hombre que susurraba a los caballos" y es cierto que, a veces se le pueda achacar algo de sosez en su forma de actuar, pero a mí me gusta. El tercero en discordia es mi adorado Tom Wilkinson, un maravilloso actor que a mí me encanta, quién una vez más está perfecto como ese bonachón millonario enamorado del personaje de Hunt. A Stephen Campbell Moore lo descubrí en "The history boys" como tímido profesor y aquí encarna a un personaje totalmente distinto, un playboy divertido y con respuesta para todo. A mí me gusta este actor cada vez más. Y aparte de estos actores y actrices ya conocidos por mí, me encuentro por primera vez con la divertida Milena Vukotic y un guapísimo Mark Umbers al que no pienso perderle la pista. Otro factor más que positivo son los ingeniosos diálogos, sobre todo los llevados a cabo por los personajes de Hunt, Wilkinson y Campbell Moore, una auténtica maravilla, al igual que la impresionante puesta en escena y las ideales localizaciones de la costa italiana. La recomiendo, sin duda.

Llama la atención, sobre todo, el magnífico guión de Howard Himelstein: culto, refinado, mordaz, irónico y repleto de frases ingeniosas, aspecto que debemos agradecer al hecho de estar basado en una obra del genial dramaturgo inglés Oscar Wilde ("El abanico de Lady Windermere").

La pareja de actrices protagonista, Helen Hunt y Scarlett Johanson, realizan un papel más que loable. Muy recomendable para estos tiempos de pobreza intelectual; ya que la gente no lee, ver esta película es como asistir a la lectura de una jugosa obra literaria (salvando las distancias, lógicamente).

Como me gustaron "Gosford Park", "Retorno a Brideshead" y "Una familia con clase", es decir, retratos de la aristocracia inglesa de finales del s.XIX y primeras décadas del s.XX, me lancé animosamente a ver este otro relato que a priori tenía buena pinta, porque estas películas suelen ser sólidas y se acercan, de una forma u otra, a una clase social hipócrita y decadente.

Y, desde luego, no me decepcionó. Sus más destacables factores residen en una perfecta dirección artística, una música repleta de excelentes temas jazzísticos y en el trabajo de dos grandes intérpretes que aquí no hacen sino impulsar aún más al filme: Helen Hunt y Tom Wilkinson. El resto de actores, pues miren, ni fu ni fa (Scarlett muy mona ella, no nos olvidemos).

Si a ello le sumamos unos diálogos realmente inspirados, en los que abundan los destellos de ingenio y agudeza, y una fotografía que le sabe sacar un gran partido al bucólico paisaje amalfitano y a la irrepetible luz mediterránea, queda una obra sumamente entretenida y atractiva, brillantemente ambientada, cuyo lastre recae en su historia, basada en una obra de Oscar Wilde, para mí algo tonta, llena de malentendidos y giros, pero que, al fin y al cabo, ofrece una una interesante reflexión sobre el matrimonio y el adulterio.

Estúpido telefilm folletinesco en el que unos pijillos andan muy atribulados en sus fiestas, sus villas en la costa italiana y sus yates. Se buscan unos a otros, creyéndose extasiados por la presencia del verdadero amor, cuando en realidad lo que sienten es la acumulación del líquido vital en su entrepierna. Los criterios de elección de ellos oscilan entre las medidas físicas de las féminas y las medidas físicas. Los de ellas, varían entre el tamaño de la cartera y el tamaño de la cartera.

Muchas veces me planteo como puede haber tantos directores que piensen que tienen una historia sólida con poner a un@s cuant@s actores jovenes y guap@s y que se líen entre ellos.

Muy recomendable para una calurosa tarde estival, se le baja un poquito el volumen y como hay colorcillos, suena musiquilla de vez en cuando y los actores no gritan, creo que resultará ideal para echarse una siesta.