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El juez

Drama. Comedia En una pequeña población francesa, el juez Michel Racine es presidente de un temido tribunal de lo penal. Tan duro consigo mismo como con los demás, es apodado "el juez de las dos cifras": con él, siempre caen más de diez años. Todo cambia el día en que Racine se topa con Ditte Lorensen-Coteret. Ella es miembro del jurado que va a juzgar a un hombre acusado de homicidio. Seis años antes, Racine estuvo enamorado de esta mujer, ... [+]
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Críticas 16
Críticas ordenadas por utilidad
9 de noviembre de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Veo en DVD "El Juez" la película francesa escrita y dirigida por Christian Vincent quien dudó al estrenar el film tres días después del tiroteo de la sala Bataclán en París ya que "la gente no tenía ganas de nada". Con unas excelentes y creíbles interpretaciones de Fabrice Luchini (ganador de la Copa Volpi en Venecia) y Sidse Babett Knudsen (quien obtuvo el Premio César a la Mejor actriz secundaria), un atrayente guión (mientas en el Tribunal de Lo Penal con la intervención del Jurado se juzga el fallecimiento de una bebé, el temible Presidente del Tribunal se encuentra con una Jurado de la que estuvo enamorado hace algunos años), una correcta ambientación, muchos primeros planos, una inteligente realización, una natural mezcla de géneros (judicial, comedia romántica y drama) y poca peripecia, he disfrutado de esta película para ver y sentir sin que me haya parecido que el cine francés peque -de algún modo- de acomodaticio. De 6,5.
amaya pujana levy
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25 de diciembre de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vi “L'hermine” (Francia, 2015), dirigida y escrita por el reconocido Christian Vincent y protagonizada por Fabrice Luchini y Sidse Babett Knudsen. Esta buena obra retrata un amor en el contexto de un tribunal penal en una pequeña población francesa. Un duro juez (interpretado por Luchini), está juzgando un infanticidio y resulta como jurado del caso una médica (Knudsen) de la que él había estado enamorado. Ahora bien, un problema inicial es cómo clasificar la cinta. Algunos la ubican como comedia, otros como drama, no falta quien la vea como romance y bien podría ubicarse también como del género Law & Cinema. Pues bien, tiene de todo un poco, aunque esto no siempre haya caído bien en la crítica especializada, pues he leído más de una postura negativa del filme por su indeterminación y su poca claridad narrativa en este punto en concreto. Sin embargo, para mí esto no es ningún problema, y suponiendo que lo fuese, hay otros factores que logran un balance muy positivo. Empiezo señalando la afinada y muy natural interpretación del dúo protagónico, que logra transportar al espectador a una historia compleja a la par que sincera. Es muy interesante ver cómo en la complejidad y frialdad de un tribunal, con sus reglas y teatralidades, la calidez de las relaciones humanas sale a nuestro encuentro. Nada mejor para un romance que un ambiente como el aquí retratado. Y esto me lleva a otro asunto: la cinta no es ni será un ícono del género de Law & Cinema, pues lo jurídico, en general, ni lo judicial, en especial, es el foco del director; aun así se retrata con mucho acierto, casi que como diagnóstico documental, el sistema judicial y el procedimiento penal francés. En este sentido, la obra evita el arquetipo de las películas del género de Cine & Derecho, pero no escapa del todo de él, por lo que bien puede ser vista, con muy buenos resultados, en un ciclo de cine foro jurídico. En conclusión, no dejo de aplaudir la película y espero que por sus méritos coseche triunfos en festivales y premiaciones de cine. 24-12-2016.
Andres Botero
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29 de marzo de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muy bien hilado guón sobre la atracción que muestra un magistrado -enmascarado en una aparente severidad - hacia la doctora que le curó algunos años atrás de una dolorosa afectación de un nervio en la cadera.

Una película pretendidamente sencilla, que tiene una notable humanidad ( que especialmente sabrán encontrar los que rondan - como el que escribe - las edades de los protagonistas y en situaciones vitales similares.)

Ritmo cinematográfico notable, sabiendo alternar sesiones judiciales, en su "justa" (!?) medida, con escenas de la vida corriente de los protagonistas. Se va deshilando el ovillo y haciéndonos saber las incógnitas y piezas que componen "el caso", manteniendo la expectación hasta las reveladoras imágenes finales.

Excelente actuación de ambos protagonistas, muy contenidos en sus expresiones faciales y en su tono dramático, , obsequiándonos Sidse Babett Knudsen,con esa preciosa mirada y sonrisa.

Preciosa canción de fondo "Dreamers" de la cantante Claire Denamur. Se puede escuchar esa delicia , con letra en inglés sobreimpresionada, en https://www.youtube.com/watch?v=e2i5kh62UHU

Nostálgica, y reveladora, cita por el magistrado del comienzo del texto de la canción "Les passantes" de Georges Brassens, sobre un poema del mismo nombre de Antoine Pol. Se puede disfrutar del texto del poema, en francés, al final del artículo sobre Antoine Pol en
https://www.agoravox.fr/culture-loisirs/culture/article/printemps-des-poetes-antoine-pol-52424

Una pelíciula bella, un pequeño gran regalo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
vanyehao
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13 de junio de 2016
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine neorrealista moderno está en manos de los franceses. No hay estadísticas, al menos que yo sepa, pero si de cada diez películas que se hacen reflexionando sobre la condición humana, no son más de la mitad francesas me corto algo.
Esta historia pone la mirada en un tribunal de justicia francés, en particular sobre la figura del juez. Se celebra un juicio sobre la muerte de un bebé de siete meses. Preside el tribunal un hombre curtido en estos menesteres que para unos es justo y para otros no, que el mismo vive su profesión de una forma puramente mecánica y al que personalmente las cosas le van de aquella manera que le suelen ir a casi todos. En el momento del juicio tiene la gripe, por ejemplo. Algo que el guión se encarga de dejar bien claro. Decía yo para mí, tendrá algo que ver con el desenlace. Pero no. Al final del juicio casi está curado. Vive en un hotel porque se está divorciando amistosamente, como no podía ser de otro modo siendo en Francia.
En el jurado, en la peli hay todo un curso de cómo son y actúan los jurados en la justicia francesa, incluido el apunte sociológico de su procedencia, aparece una antigua conocida del juez que tiene la virtud de volver a la vida al juez. Y así asistimos al renacer de una historia de amor que en su momento quedo truncada y que ahora entre sesión y sesión del juicio se va reavivando.
Al final el jurado dictamina sentencia y se inicia otro proceso. Tiene la peli un final tan cursi que incluso para el cine francés es excesivo. No lo cuento porque si lo hago van a verla.
¿Qué me estás contando?
Esta es una pregunta que yo me hecho muchas veces viendo cine francés. ¿Para qué? ¿Qué necesidad había?
Claro que puede suceder que sea un cine tan etéreo, espiritual, inasible, sugerente, sutil que yo no lo coja. Todo puede ser.
Como guinda del pastel el papel principal del juez se queda en un apunte de personaje, porque creo entender que se trata de pergeñar un personaje estricto, airado y un tanto atrabiliario pero hay momentos de los diálogos con la protagonista en el bistró que más parece que padezca estreñimiento que otra cosa, claro, como anda con gripe. No sé, siendo sincero, si es un problema de interpretación, de guión o de dirección.
Hay que creer mucho en “l’amour” para que esta película tenga algún sentido y para poder ir confiado después de ver la escena final, que no, que no la cuento, a un juicio o a un hospital, pues ella es médico anestesista.
Resumiendo una película vacua, pretenciosa que no sé qué diablos ha querido contarnos. O igual era un documental. Un documental de cómo se enamora y desenamora la gente, que teniendo en cuenta que todos somos gente, maldita la falta. Vamos al cine a emocionarnos, a fantasear un poco…pero si resulta que entramos y nos proyectan un trozo de lo que acabamos de dejar fuera… ¿Para qué cantaba Aute, cine, más cine por favor?
cinefiloman
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26 de mayo de 2016
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un juez firme, a la espera de sentencia.

Empiezas sabiendo de un juez, para conocer un juicio y acabar descubriendo el amor reencontrado en un tribunal, diferentes giros en una jugada a tres bandas, que pretende conectar las carambolas en plano único y seguido de estímulo interesante.
Y hace un buen trabajo, sobrio, digno y cercano, fundamentalmente gracias a la naturalidad y comodidad de sus dos actores principales, unos excelentes y deliciosos Fabrice Luchini y Sidse Babett Knudsen, quienes comparten una afinidad e intimidad presencial que enamora y sonroja, seduce y alecciona a seguir indagando sobre ellos.
Pero, he ahí que pierde fuerza y rumbo, coraje y marcado pues se limita a presentar e instruir vagamente sobre los hechos y sus personajes, insinuando y contando tenuemente para que sea el espectador quien rellene y configure la historia, pero dejando claros y huecos importantes.
Y esa es la partida, la estratagema que usa Christian Vincent para exponer sus vidas y relato, no aclarar la verdad, no ofrecer seguridad de andadura y conocimiento, sino pretender que sea la concurrencia quien resuelva, con ese desenvolver a través de la información aportada, cómo tuvieron lugar éstos y cuál es la resolución que nos dictan los mismos, a partir del olfato y perspicacia de cada uno.
Pues como ilustra el mismo juez, al atento y confundido jurado, “el principio de la justicia no es sacar a la luz la verdad”, mandamiento que también se impone en las relaciones humanas donde se avanza a tientas, con el riesgo de lo poco abonado/de lo ínfimo descubierto, esperando una conclusión benefactora y complaciente a los intereses del afectado, donde impera ese temeroso mar de dudas que surge cuando se ama a alguien y se está en fase reciente de conocer a la persona, magnificada y ensalzada a maravilla hermosa por los escasos datos recolectados, sin estar seguros de la realidad de los mismos, pues hay mucha ensoñación sugestiva involucrada de nuestra parte.
Todo ello deja un relato cándido, veraz y amable que no profundiza enormemente en la razón de la audiencia, pues ésta queda como vidente esquiva que sabe pero no ratifica, intuye pero no cerciora, gusta pero echa de menos mayor calado y remate en los tres puntos enfocados.
Desconcierto grato no confirmado, que distrae tu mirada y mente hacia donde le apetece, según surja, para tener un poco de todo pero nada sólido en conjunto, puertas abiertas para un juicio que maneja la habilidad del despiste, la ausencia de datos y la veracidad del procedimiento judicial a su antojo para exponer la labor de un juez, la obligación de un jurado, la incertidumbre de un juicio, la sorpresa de un hallazgo, la ilusión de un recordatorio, la posibilidad de un mañana, con esa sutileza que permite enterarse y participar pero no saborear ni regodearse en el mismo.
Humanidad, indulgencia y desconocimiento para la clase media alta y la marginal, retrato puntero, locuaz y sensible sobre la cara formal y externa y lo que esconde el interior emocional de la persona que se revela debajo, distinta visión de la justicia más esa intuición, paciencia y madurez que dominan los pasos diarios de quien la representa y ejecuta.
En la vida pocas cosas se saben con absoluta certeza, es el cambio, presentimiento e indecisión la que domina el escenario, se avanza por elecciones asentadas en opiniones y valoraciones propias y, a partir de ahí ¡suerte de no equivocarse!; “puede que nunca sepamos la verdad, sólo los implicados la saben”, por tanto, como invitada observadora, únicamente queda fijar la mirada, prestar atención y dilucidar una opinión propia.
Cálida en lo personal/fría en lo laboral, curiosa en general..., aunque se le achaquen decisivas lagunas y vacilaciones.
No pretende resolver, sólo un esporádico contacto.

Lo mejor; la pareja protagonista, en complicidad y por separado.
Lo peor; abre frentes que no desea concluir.

lulupalomitasrojas.blogspot.com.es
lourdes lulu lou
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